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Otro ejemplo de que dos astros de primera magnitud pueden juntarse sin que resulte un choque interplanetario de funestas consecuencias, es (hasta ahora) la Ri feliz pareja Clark Gable-Carole Mi
Lombard.
oído nunca o casi nunca, la elegía falaz de las estrellas que sufren, la historia cruenta de los ídolos que mezclan con pan de lágrimas el champaña de los aplausos.
Vistos desde lejos estos seres maravillosos de la pantalla probablemente provocan la envidia de millones de hombres. Sus vidas inquietas, la abundancia económica en que viven, la admiración que por ellos sienten las multitudes de todos los países, todo contribuye a crear una falsa leyenda, un halo ficticio en torno a las vidas fantásticas de los astros de cine. Y con extraordinaria frecuencia la sección cinematográfica de los diarios
Dos ejem | conyugal
esparse por el mundo la noticia de que tal o cual estrella se acaba de divorciar o acaba de casarse por segunda vez. Las | nuevas matrimoniales generalmente con| tienen una buena dosis de escándalo y de sensacionalismo.
No es posible pensar en una estrella que se casa pacíficamente en la iglesia | con el consentimiento de papá y mamá. | No. Las estrellas solo se casan en fugas sensacionales, a prisa y corriendo, como quien tiene que apresurarse antes de que MN el juzgado se niege a concederles la | licencia, como quien comete un acto censurable que es preciso no divulgar. Cuando una estrella se casa en Yuma o | en Mexico, todo el mundo se entera; si | se casa en cualquier corte de justicia o | iglesia de Hollywood la noticia pasa desapercibida.
Así desde el primer momento el matrimonio de los astros queda en la imaginación del mundo asociado a la idea de truco publicitario, de escapada novelesca.... ñl
Un periodista rehusa siempre hablar E de tópicos monótonos y desdichadamente, en la era en que vivimos, la vida doméstica es un tema monótono hasta más no poder. Si de los productores depen
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