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Stillman Co., Fabricantes, Aurora (11!.),U.S. A: a
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Toma, Nena. ..
Todos en la familia usamos
KLEENEX
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Brenda Marshall
(viene de la página 7)
tropical que encierra en su psicología algo de la poesía turbulenta del mar alborotado y del bosque ubérrimo. A nadie se le ocurriría que una muchacha de corte europeo, dueña de una estampa continental, fuera el producto de las tierras orientales, pero Brenda nació en la isla de Negros donde su padre era dueño de una plantación de azúcar. Quizás por eso su figura inquietante, su alma y su cuerpo, tienen un vigor exótico. Brenda es una morena que tiene el dulzor de la caña de azúcar, el sentimentalismo ardiente del trópico, la emoción de continente lejano.
Para los norteamericanos es una muchacha a quien han apellidado a menudo de “expresiva”, “linda”, “ardiente”, “sentimental”, etc. Es una norteamericana y cuya consagración en la pantalla ocurrió cuando encarnaba a una heroina europea, si nó de nacionalidad, a lo menos en sus características fundamentales.
Algo que impresiona a cuantos la conocen es su voz. Una voz baja, dulce, penetrante. Voz de misterio, voz de muchacha de novela, algo irreal y fantástica. Desde que el cine adquirió el uso de la palabra la voz se ha convertido en una de las características primordiales del actor o la actriz. Sin referirnos a la expresión dramática que posée la voz de un actor hay astros que triunfan solo porque tienen un tono y calidad de voz que impresionan. Hay voces que permanecen largo tiempo en la memoria y una de ellas es la de Brenda Marshall. Su voz tiene algo de terciopelo y de caricia interior. Su alto contenido sensual despierta en la imaginación audi
tiva un mundo de visiones fantásticas.
. Por eso. podíamos apellidarla la
muchacha cuya voz no se puede olvidar.
Brenda además es una excelente actriz. Tiene un temperamento dramático extraordinario y facultades de expresión que admiraremos detenidamente cuando salga a la luz pública su próximo film. Desde muy joven tuvo intenciones de dedicar su vida al arte dramático. Brenda fué a la escuela en Texas, estado monótono donde solo se conciben planicies inmensas y hombres a caballo tostados por el sol, pero desprovistos de todo contenido espiritual. Debemos honrar la memoria de Texas, sin embargo, porque ha dado a la civilización pozos petrolíferos, cabezas incontables de ganado y
* Brenda Marshall. ....
Brenda vivió algun tiempo en Nueva York donde comenzaron a tomar cuerpo sus planes de llegar a ser actriz. En Nueva York tomó clases en la academia teatral de Madame Ouspenskaya, la famosa actriz que hemos admirado en numerosas películas, “La Bala Mágica del Dr. Erlich”, entre otras.
La época que Brenda eligió para triunfar en el teatro no era precisamente la más a propósito, porque, por entonces, imperaba en este país la tremenda y memorable crisis económica. La muchacha impertérrita al ver que le era imposible abrirse paso en los escenarios luminosos de Nueva York prefirió el modesto sueldo de la Organización Teatral Federal, institución del gobierno, antes que resignarse a abandonar sus ambiciones.
Los teatros federales eran vistos con poco entusiasmo y se les consideraba más O menos una empresa oficial de caridad pública. Pero hacia esa época
el enorme éxito obtenido por algunas de
las piezas dramáticas presentadas, hizo