Cinelandia (August 1940)

ps Blanquea secreta y rápidamente Su espejo le dirá francamente sobre sus virtudes embellecedoras. Después de usar un solo pote, usted tendrá el cutis más claro y una piel más suave y atractiva tan deseados por toda mujer que presta atención al encanto facial. Para $ Blanquea las Pecas el cutis LLMAN FRECKLE JE ST CREAM CO. 3 $ LEA CINELANDIA TODOS LOS MESES "¿Sabes Que No Te Ves Muy Bien?" Cuando sus amigos íntimos la hagan esta advertencia, conviene que Ud., sin pérdida de tiempo, consulte a su médico y siga sus consejos, pues él tiene los conocimientos y la experiencia para resguardar su salud y prevenirle de peligrosas enfermedades. Es muy probable que el médico le diga, después de examinarlo, que Ud. no está enfermo, pero que le convendría tomar ciertas medidas de precaución—alimentarse bien, descansar y dormir lo suficiente, estar bastante tiempo al aire libre, haver un poco de ejercicioi y obtener la valiosa ayuda de un buen reconstituyente durante algunas semanas. Hoy en día el reconstituyente de más prestigiio, es el Tónico Bayer, una combinación científicamente balanceada de Vitaminas, Extracto de Hígado, Calcio, Fósforo, Sales Minerales y otros elementos de comprobado valor tonificante. El Tónico Bayer renueva pronto las fuerzas vitales del organismo, porque estimula el apetito y la nutrición, enriquece la sangre y fortifica todo el organismo. Pida Tónico Bayer en su farmacia y tómelo 3 veces al día. 42 El Halcón de Los Mares (viene de la página 23) de esclavitud, y es preferible la muerte mil veces. No es posible escapar. La distancia que separa a las naves enemigas se acorta rapidamente. El “ALBATROSS” ha avistado ya a su víctima y se dirige hacia ella con ánimo de no dejarla escapar. Lopez ultima sus preparativos. Se vuelve hacia Don Alvarez, y le dice: “Baje Ud. a la cámara. Precisa que esté Ud. al lado de su sobrina. No es posible eludir el combate. Pelearemos como buenos españoles.” Don Alvarez se resiste, protesta violentamente. “No es posible. ¿Qué barco pirata puede atreverse a atacar un galeón de su Majestad donde viaja el Embajador de Felipe Segundo? Tal violación del derecho internacional no podrá permitirla Isabel de Inglaterra.” Me niego a abandonar el puente.” Sin embargo, el Capitán insiste, evoca las historias legendarias que circulan acerca de los crímenes de Isabel, su simpatía por los piratas, su asociación con ellos. Isabel condona todos sus crímenes y premia sus atropellos. Finalmente Don Alvarez, tragándose su orgullo castellano, obedece la orden del Capitán y se dirige a la cámara donde está su sobrina, Doña María, acompañada de su institutriz inglesa, Miss Latham. Se pierde en la escalerilla de babor, mientras a lo lejos estalla la primera andanada y empieza el combate. La lucha es breve, intensa, feroz. La “SANTA EULALIA” tiene la ventaja de su artillería superior. Monta cañones de mayor calibre y más numerosos. Thorpe conoce esta circunstancia y el viento está en su favor. Con irresistible ferocidad, se lanza al bordaje. El estruendo de los cañones estremece la quietud del mar. Se oyen los gritos salvajes de los piratas denodados, y a bordo de la “SANTA EULALIA” voces hispanas que rugen: “Santiago y a ellos!” Pronto las naves juntan sus bordas, y en ambas cubiertas luce el filo de los cuchillos. Con medio cuerpo desnudo, erguidos los brazos hercúleos, manchando de sangre las cubiertas, los hombres luchan cuerpo a cuerpo, mientras el sol se pone. En medio de la confusión, y la horrenda vocería, Francis Thorpe aprisiona contra la borda de su barco al Capitán Español y Carl Pitt, artillero del “ALBATROSS” a filo de puñal, obliga al Corneta Español a dar el toque de rendición. La batalla ha terminado. Diez minutos más tarde los remeros esclavos de la “SANTA EULALIA” son liberados de sus cadenas. Eran marineros Ingleses cautivos en su mayoría. La carga del barco vencido es trasbordada al barco inglés. Los viajeros son hechos prisioneros, y en la quietud del ocaso, se unde lentamente el barco español con el pabellón de Castilla flotando todavía en su palo de mesana. El resto de la travesía constituye para los Españoles una sucesión de indigni dades. Thorpe conoce a la sobrina del Embajador. La ve por primera vez y advierte la extraordinaria belleza de su rostro desfigurado por la cólera. El pirata sanguinario olvida un instante la hazaña de su profesión desprovista de todo sentimentalismo. Admira la bravura de la mujer que es su prisionera. Se dirije a ella, y trata de excusar su crimen: “Señora, no fué mi intención causaros tan grave molestia. Lo lamento y os doy mis excusas de todo corazón.” Pero Doña María no puede perdonar nunca a un enemigo de España. Entre ella y Francis Thorpe solo puede existir en adelante un sentimiento de odio y de venganza: “Pagareis por vuestro crimen”. Hoy habeis gozado de la victoria y espero que no esté lejano el día en que os vea colgado de la antena de un barco español.” Apenas el “ALBATROSS” atracó en los muelles de Dover, cuando Don Alvarez de Córdoba se dirigió al Palacio de Buckingham, no sin antes haber hecho una secreta visita a su íntimo amigo y aliado del Rey Felipe, Wolfingham, Lord Chancellor en la Corte de Inglaterra. La misión del Embajador era apaciguar las sospechas iracundas que la Reina encendía contra España. Felipe preparaba ya la invasión de Inglaterra que había de permitirle el dominio total del Norte de Europa. Isabel, cuya sagacidad era famosa, adivinaba los designios del rey católico y miraba hacia el porvenir con desconfianza. La labor de Alvarez de Córdoba era pues, de enorme importancia. Mantener la paz con Inglaterra y conservar las relaciones amistosas con laReina pelirroja mientras se ultimaban los preparativos para una guerra que como consecuencia inevitable, de ser adversa para Inglaterra, había de privarla de su corona. Corte de St. James. El Embajador de España debía presentar sus credenciales con todo el protocolo del caso. Por los viejos salones sombríos circulaban con paso apresurado los guardias de la Reina. Era un día monótono, en que el sol Londinense se negaba a romper su cenefa de brumas. Don Alvarez comparecía ante Isabel armado no solo de su bizarría hispana, sino bien provisto de recursos psicológicos, pues sabía que era difícil hacer de aquella mujer de hierro el instrumento de cualquier plan. Isabel lo aguardaba en la sala del trono. Tras el sonoro vibrar de los clarines ingresó en el augusto recinto acompañado de sus secretarios y ayudantes, el representante del país más poderoso de la tierra. La sonrisa sarcástica de la Reina no le sorprendió, ni le arredró: “Señora”, le dijo, “es triste que acabe de echar pie a tierra en vuestro reino y tenga ya que presentar mi primera protesta en nombre de mis derechos de Embajador.” Con velado: sarcasmo en su sonrisa cortesana, respondió Isabel: “Conozco la ofensa de que se os ha.hecho víctima. Ec: un día de pompa solemne en la