Cinelandia (September 1940)

creyón de los labios, como lo hiciera la mujer de antes. No. Es preciso adaptar los colores a todas las variantes que sufren los colores básicos de la piel, cabellos, etc. Por ejemplo, una muchacha tostada por el sol veraniego debe alterar los colores que usa y adaptarlos a las circunstancias. Es decir que el maquillador de hoy opera con elementos de extraordinaria delicadeza y debe utilizar con arte exquisito una variedad de tonalidades que en realidad contribuye a “la mayor simplicidad” del efecto total del maquillaje. Pues realismo, veracidad de color, naturalidad exquisita son los principios básicos hacia los cuales evoluciona el maquillaje femenino. “Un ejemplo típico es el siguiente. Cuando Ginger Rogers y Joan Bennett se tiñeron el pelo de oscuro, todas las diversas tonalidades del rouge, polvos y lápiz de labios fueron reemplazadas por las que correspondían a la nueva coloración del pelo.” “En otras palabras, el equilibrio de los colores es la esencia del maquillaje moderno. Y solo estudiando a cada caso particular este principio estético, podrá una mujer obtener el máximo rendimiento de su belleza natural.” Los Médicos . ... (viene de la página 19) arriba han personificado en la pantalla al “médico pueblerino”, al “Doctor Provinciano”, de quien siempre se ha dicho que es el que más confianza inspira a sus pacientes, el que reparte sin distinción de clases sus servicios; en fin, el médico que sin especializarse en “nada”, sabe de “todo” y se presta a las más duras labores con la sonrisa en los labios. Otras veces se da el caso en la pantalla de médicos que en realidad no lo son. Visten el traje distintivo del cirujano, pero no llevan dentro la llama de su entusiasmo profesional y dejan una impresión de vacío en el público. Entre los médicos del cine que no expresaron con sinceridad y realismo la psicología del personaje encarnado podemos mencionar el nombre de algunos actores cuyo talento por otra parte es reconocido, como Pat O'Brien en “Mi Marido es Médico”, Ricardo Cortez en “La Sinfonía de los Seis Millones” y tantos otros como John Boles, Ramón Pereda, Nils Asther, etc. Tampoco la medicina de John Barrymore, demasiado melodramática, en el film “El Otro Yo”, ni la de Frederic March, demasiado terrorífica, en “El Hombre y el Monstruo”, resultaron convincentes desde el punto de vista del espectador. Las labores de estos astros que sucumbieron porque los arrastró el valor sensacional de los argumentos, contrastan grandemente con las de intérpretes del talento genial de Paul Muni, en “La Vida de Luis Pasteur” o de Edward CG. Robinson en el electrizante “Dr. Erhlich”, que diera al mundo la fórmula del 606 antisifilítico. Estos actores prescindieron de todo elemento superficial e incluso del afán sensacionalista de intrigar al público con situaciones intrincadas o con romanticismos insoportables. Eran sabios, verdaderos sabios que regalaban el tesoro de su sabiduría a las generaciones futuras. Entre los directores de Hollywood hay también algunos. que podemos describir como artistas a quienes obsesiona la medicina. Y entre los escritores norte americanos, más de uno como Lloyd C. Douglas, ha escrito novelas que presuponían grandes conocimientos médicos y lo ha hecho porque Lloyd amó siempre la medicina como nosotros podemos amar a la “luna”: mirándola de lejos y sin atrevernos a tocarla. Por eso no sorprende el éxito de sus obras más tarde adaptadas a la pantalla: “Sublime Obsesión” y “Luz de Esperanza.” En el cine contemporáneo, o mejor dicho, en las películas producidas recientemente, la medicina tiende a desempeñar un papel novísimo. No es ya sólo el anormal, el loco con ideas excéntricas o el médico rural, la figura en torno a la cual gira el argumento .... ahora el héroe es el nuevo graduado, el “pollo” recién salido del “cascarón”, que se lanza a la vida valeroso y decidido, dispuesto a no permitir que se repita en él la tragedia de sus antecesores que triunfaron tarde .. . demasiado tarde. Robert Taylor, “el niño de las niñas”, tiene en su haber un simpático record de esta clase de trabajos: “Sublime Obsesión”, “La Provincianita”, “La Esposa de su Hermano”, etc. También Charles Boyer y Clark Gable, aunque no en el plan de “Adonis”, encarnaron médicos jóvenes en las películas “Mundos Individuales” y “Alma de Médico”. La moderna tendencia del cine de Hollywood es no solo consagrar a los astros nuevos, valiéndose de una gran campaña de publicidad y esparciendo sus retratos en magazines y periódicos, sino que ahora lo primero que se hace con ellos es “doctorarlos en medicina”, presentándolos en argumentos en los cuales se compenetren de la noble misión médica y se desvelen por sus semejantes ganándose con tan bello gesto el amor de una chica hermosa y buena. No podemos concluir este artículo sin mencionar “el cuerpo de enfermeras” de la farándula entre las que figuran algunas de las más bellas muchachas del cine. Todos recordamos a Kay Francis en el papel de Florence Nightingale, en la película “White Angel”. Otras actrices que han vestido el traje inmaculado de la enfermera, son: Loretta Young, Ann Harding, Claudette Colbert, Rochelle Hudson, Virginia Bruce, etc. Las enfermeras desempeñan un papel secundario, sin embargo, en lo que podemos titular una nueva manía cinematográfica de Hollywood. Con el mismo fervor conque antaño nos diera incontables películas de “gangsters”, o más atrás aun, melodramas de tema aereonáutico, hoy Hollywood se empeña en hacer de la medicina el plato de resistencia de la cinematografía yanqui. coto Ñ E 7d 77/, 00) WN Y GRATIS! que le demuestra la facilidad con que puede lb INGLES práctica y rápidamente en su casa. Aproveche la oportunidad que se le presenta de mejorar su posicion. * PIDA EL SUYO HOY MISMO SR. J. A. ROSENKRANZ, PRESIDENTE NATIONAL SCHOOLS, 4000 S. FiGueroA St. Los ANGELES, CALir. E. U, A. DerTO. 9L-10 Mándeme su Libro GRATIS "El Idioma Inglés." /) /) NOMBRE EDAD DIRECCION POBLACION Prov. o Ebo. puta Oe PAÑUELOS DESECHABLES ALEENEX E 5 Tenga siempre una caja : a la mano. Kleenex tiene infinidad de usos, Blanco Durazno Verde Indispensables como pañuelos durante el catarro. Suaves y absorbentes, evitan el contagio. 33