Cinelandia (August 1942)

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A IRFIERAT A y preguntaron la causa de su disgusto. Pero antes de que pudieran contestar, Jerry, a quien nunca le había gustado hacerse pasar por lo que no era, tomó una decisión. —Señor Hawes—dijo—más vale que sepa usted de una vez que las verdaderas “Novias desconocidas” son Brenda y Cobina, que acaban de escaparse. Mucho me temo que la función de esta noche esté perdida. En medio del silencio que siguió, Hawes se volvió súbitamente hacia la puerta. Phoebe le cogió del brazo. —¿A dónde va usted ? —AÁ avisar al público. No podemos seguir adelante con esta farsa. Mejor es que lo sepan cuanto antes. —¿ Pero no comprende que tanto usted como nosotros quedaremos cubiertos de ridículo? ¡Déjeme unos momentos para encontrar una solución ! Phil entró en aquel momento en el camerino, y Jerry se apresuró a informarle de lo que pasaba. Con gran sopresa suya, el oficial, en vez de tomarse a mal su impostura, contestó tranquilamente: —¡Con que Brenda y Cobina se han escapado! Debiera habérmelo figurado cuando Hambone y Daffy me telefonearon desde Middletown para anunciarme que se habían casado ... Phoebe saltó sobre su asiento al oír estas palabras. —¡ Entonces nos hemos salvado! —¿ Como ?—replicó Phil—Es demasiado tarde para hacerlas venir aquí a tiempo para la función ... Phoebe se rio alagremente. —¿ Y quién piensa en semejante cosa? Tengo una idea mejor. Cogió el teléfono y pidió el número del hotel donde estaban las dos mujeres. Cobina se puso al aparto. —Phoebe—dijó antes de que ésta empezara a hablar—Siento decirle que lo único que nos interesa ahora es el amor de Hambone y Daffy. La función puede irse al diablo. Déjenos en paz. —i¡ Pero Cobina !—exclamó Phoebe— ¡Esto va a arruinar nuestro crédito para siempre! La mano de Phil arrebató el receptor de la suya. —¡Cobina! — dijo — Déjeme hablar con Hambone. En cuanto éste se puso al aparto, el oficial habló rápida y concisamente. Su subordinado, que le conocía bien, se guardó mucho de replicarle. A los pocos minutos, un micrófono estaba instalado en la habitación de las dos mujeres y su acariciante voz se difundía por todo el teatro, mientras Jerry y Kitty, en el escenario, imitaban con sus labios la pronunciación de las palabras de la canción. Una cerrada salva de aplausos recibió su actuación. —Y ahora, amigos—anunció Hawes al entusiasmado público—Tengo que haceros una confesión. Jerry y Kitty no son las “Novias desconocidas”. Las verdaderas son demasiado tímidas para pre 50 sentarse al público, y han decidido permanecer en el anónimo. ¿Os gustan las que hemos elegido como novias visibles? La audiencia permaneció en silencio por unos instantes. De pronto, la voz de un marinero se dejó oír desde la galería. —¡No pueden ser mejores !—gritó— ¡ Amigos, quedémonos con ellas y olvidémonos de las otras! Una tempestad de aplausos y carcajadas recibió sus palabras. Kitty comprendió que su carrera estaba hecha. Jerry, por su parte, sentía como la mano de Phil oprimía dulcemente la suya. En un rincón del escenario, Crouse estrechaba a Phoebe entre sus brazos. Las “Novias desconocidas” le habían traído a ella un vestido de novia de verdades Un hogar feliz ..... (Viene de la pág. 12) nocturnos sinó muy raras veces, beben moderadamente, no trasnochan y se cuidan personalmente de sus intereses. El resultado es que en su hogar no hay desavenencias ni escándalos, cosa que saben muy bien los periodistas que se dedican a la caza de aquéllos en Hollywood. Racientemente han construído una casa en los alrededores de la ciudad. Lejos de seguir el ejemplo extravagante de la mayoría de las estrellas de cine, Jane y Ronald han procurado que sea cómoda sin exageraciones, y que su emplazamiento y distribución se adapten a las diferentes etapas del futuro desarrollo de su hijita, cuyo papel en su hogar es predominante. La simplicidad de su vida es, repetimos, el único secreto de su buena armonía. He aquí algunos detalles de la misma: Jane diseña sus propios trajes, dirige la cocina, se encarga de las compras y cuida personalmente de su hijita. Como distracciones, juega al poker moderadamente, juega al golf y al tennis, nada y lee. Ronald es, por su parte, un gran aficionado a los problemas políticos y sociales de nuestro tiempo, y a su estudio dedica una gran parte de sus horas libres. También, como buen periodista, escribe continuamente, aunque ninguno de sus escritos se haya publicado hasta el presente. La pareja recibe, de vez en cuando, las visitas de Jack Benny, Pat O'Brien, Allen Jones y John Payne, que, con sus respectivas esposas, son sus mejores amigos en Hollywood. Obsérvese que los cuatro se cuentan entre los actores menos juerguistas de la ciudad del cine. Recientemente, la guerra ha separado a esta feliz pareja, llevándose a Ronald Reagan a las filas del Ejército. Ronald, sin embargo, no se queja de su suerte, afirmando que su hogar se vería tarde o temprano amenazado y destruído— como tantos otros en Europa—si se permitiera la existencia de bandidos como Hiro-Hito y Hitler. Para Ronald, como para millones de personas en toda la América, es preferible sacrificarse ahora y luchar a tiempo, que esperar inútilmente y entregarse con las manos atadas al poder de la tiranía. Chismes y cuentos .... (Viene de la pág. 25) Hollywood se ha dividido en dos bandos a consecuencia de este asunto. Uno de ellos, a cuya cabeza se halla Bárbara Hutton, afirma que Fleming, en estado de embriaguez, armó camorra al mayordomo sin motivo alguno. Errol Flynn, por su parte, apoya decididamente la actitud de su doble, asegurando que quien se hallaba en estado de embriaguez era Gosta, hasta el punto de ser incapaz de cumplir sus obligaciones, motivando la intervención de Fleming. Hasta hoy nadie sabe a ciencia cierta lo que sucedió, a excepción, naturalmente, de los interesados, y la policía se ha visto obligada a abrir una investigación. Entretanto, Gosta, que es quien pudiera dar una versión más fidedigna del hecho, se encuentra aún en el hospital sin haber recobrado el conocimiento. Se teme, incluso, que el infortunado mayordomo fallezca a consecuencia del golpe recibido. GENIO Y FIGURA... Durante la última alarma sufrida por Los Angeles a consecuencia de la guerra, Cecil B. DeMille, que es guardia nocturno en casos de urgencia, vio una luz encendida en casa del célebre cómico W. C. Fields. El conocido director fué inmediatamente a llamar a su puerta. —¿No ha oído usted la sirena?— preguntó. —No—contestó Fields. —Bueno, pues sepa usted que estamos en estado de alarma. Apague inmediatamente todas las luces de su casa. Y no se olvide de llenar su bañera por si cayeran bombas incendiarias . ... —¡ Caramba !—interrumpió Fields— ¿Ni siquiera en estado de alarma puede usted prescindir de la escena de la bañera? : ¿QUIEN NO QUISIERA AYUDAR A MARTHA? En uno de los estudios de la Paramount se filmaba una escena de “My Heart Belongs To Daddy”, en la cúal, Martha O'Driscoll debía sacarse su vestido y arrojarlo violentamente a la cara de Frances Gifford. El traje estaba confeccionado especialmente para que Martha pudiera quitárselo en un abrir y cerrar de ojos, a pesar de lo cual, el director notó que la operación requería más tiempo del que había calculado. —¿No podría ayudar a Martha alguien de los que están por ahí cerca? —preguntó. Dos técnicos de sonido, un ayudante de cameraman y tres electricistas por. poco se matan unos a otros en su precipitación por cumplir los deseos del director. 0] á 4