Cinelandia (September 1942)

Record Details:

Something wrong or inaccurate about this page? Let us Know!

Thanks for helping us continually improve the quality of the Lantern search engine for all of our users! We have millions of scanned pages, so user reports are incredibly helpful for us to identify places where we can improve and update the metadata.

Please describe the issue below, and click "Submit" to send your comments to our team! If you'd prefer, you can also send us an email to mhdl@commarts.wisc.edu with your comments.




We use Optical Character Recognition (OCR) during our scanning and processing workflow to make the content of each page searchable. You can view the automatically generated text below as well as copy and paste individual pieces of text to quote in your own work.

Text recognition is never 100% accurate. Many parts of the scanned page may not be reflected in the OCR text output, including: images, page layout, certain fonts or handwriting.

ESTE PASTEL DE CARNE SIRVE A 6 PERSONAS . . . y sólo lleva Y2 libra de carne de res 9. We. A. AY pu Ny ATA | Es ligero y sabroso, además, porque está hecho con POLVO ROYAL = Con este plato tentador y económico Vd. le saca más provecho a su dinero . . . con menos gasto de carne sirve Vd. más porciones. ¡Pero no deje de hacerlo con Polvo Royal! Porque Royal es de confianza . . . protege sus ingredientes y le ayuda a evitar fracasos en el horneo. No corra riesgos con polvo de hornear de calidad dudosa. ¡Use el Polvo Royal! Compre una lata hoy mismo. 50 PASTEL DE CARNE DE RES Í ) O A A ASA o o o e o GRATIS += == 2 2 Nuevo y Valioso Folleto Económico O “Ahorre dinero sirviendo estos sabrosos O El Libro “Royal—Recetas Culinarias” Su Nombre Su Dirección CEludad 22 AE Envíe el cupón, indicando el folleto que desea, a: Pan American Standard Brands Inc., Depto. CL-942 595 Madison Avenue — New York — EE. UU. de N.A. platos” Ciérnanse juntos 114% tazas de harina, 3 cueharaditas de Polvo Royal, Y cucharadita de sal, 1 cucharadita de pimentón y 4 de cucharadita de pimienta blanca; añádanse 3 cucharadas de mantequilla, manteca o margarina; incorpórese muy bien con un tenedor. Agréguese 34 de taza de leche (o mitad leche y mitad agua) y revuélvase hasta que se mezcle bien. Derrítanse 2 cucharadas de grasa en una sartén de hierro de 221% cm. (9 pulg.) y fríase allí Y de taza de cebolla quede Añádase el líquido de 1 taza de tomates, cocidos y pasados por un colador, Y% cucharadita de sal y Y libra de carne de res cruda, picada; déjese que rebanada hasta que blanda. dé un hervor. Espárzase la mezcla que contiene el Polvo Royal encima de la mezcla de la carne y Cuézase en un horno caliente a 246” C. (475% F.) por unos 20 minutos. Voltéese en una fuente grande o platón dejando la parte que tiene la cubierta de masa hacia arriba. De 4 a 6 porciones. ayuda de Cinelandia resultan de todo nuestro agrado y nos hacen pasar deliciosas tardes complacidas en extremo . . . ¡Cinelandia es insubstituíble! por éste y más motivos . . . Sus artículos son siempre amenos e interesantes . . . ¡y sus fotografías muy hermosas! .. . Cada cuaderno es una grata sorpresa y un nuevo acierto de su director . . . Mis felicitaciones para el Sr. Vidal como para sus excelentes colaboradores . . . y mis mejores deseos para que esta preciosa revista nunca nos falte y tenga siempre los éxitos lisonjeros que merece.— D. Gutiérrez, Ave. Bolivar 585, Monterrey; N. L. México. El rival (Viene de la pág. 19) Pero ninguno de ellos había de aprovecharle, pues, en atención al misterio de su nacimiento y al lugar donde sus salvadores la descubrieron, rodando el tiempo las gentes dieron en llamarla “Camino.” II Interior de un hostal castellano sito en la plaza del pueblo, junto a la mole taciturna, tres veces secular, de un convento de monjas. La gente no cabe en el vasto recinto, de techo ahumado, que a la vez sirve de cocina y de comedor. Mujeres y hombres, en su pluralidad forasteros llegados a la feria que empieza aquella noche, discuten a gritos y se apretujan contentos alrededor de las mesas; unos juegan al tute, acompañando el ciego vaivén de los naipes con risotadas y denuestos; otros cenan y muchos beben estacionados a la vera del mostrador, desde donde el mesonero, atento al pingúe negocio que hace, reparte entre su clientela dichetes y sonrisas. Marea el olor a tabaco barato, asordece el ruído. Poco después de las ocho la concurrencia comienza a desbandarse para asistir a los fuegos artificiales que el Ayuntamiento tiene ofrecidos, y la hospedería recobra su quietud, y su atmósfera bochornosa se orea con el gran caudal de aire que a bocanadas irrumpe por las puertas, abiertas de par en par. Entonces “Camino,” la crida del mesón, con una regadera ligeramente moja el solado, lo que sosiega el polvo y da al ambiente una amable frescura, y así, de pronto, el obscuro comedor, húmedo y callado, parece una gruta. Hecho esto, la moza lanza un suspiro de liberación y se sienta. Sus catorce años son bellísimos: es alta, delgada, vivaz; lleva los brazos desnudos y el pañizuelo de seda bermeja con que se abriga los hombros realza la gracia de su rostro gitanesco, como de bronce, donde los rasgados ojos y los inquietos cabellos rivalizan en negrura. Bajo la ancha campana del lar tertulian los artistas que a prima noche trabajarán en el circo ambulante levantado en la plaza. Son ocho y ya todos se han endosado sus trajes de botarga. Hablan en voz baja. De ellos, el equilibrista, el mas flaco de la pandilla, luce un ““malllot”” flamante. Los payasos son dos: uno viste de amarillo y otro de azul; ambos se tocan con gorritos puntiagudos de color gris, y en sus semblantes enharinados, las narices maquilladas de rojo se destacan grotescas. También hay cuatro mujeres, tres jóvenes y una ajamonada, de complexión hercúlea, ataviadas con indumentos orientales. “Camino” observa a los saltimbanquis insistentemente, y en su intención absorta laten, barajadas, una curiosidad y una melancolía. Pero en quien sus ojos de azabache se hincan con más decidida voluntad es en “Pipo,” el saltarín árabe, hermoso y flexible como un dios joven. En el silencio del comedor, mal alumbrado, oliente a humedad, “Camino” y el acróbata se miran, y cada mirada es como un hilo de araña que va del uno al otro. Desde un rincón, la tía Rufi—vieja que goza de fama de embrujadora—les mira a hurtadillas, por encima de sus 43