Cinelandia (August 1943)

Chismes y cuentas (de la página 29) Joan Crawford acaba de abandonar los fi estudios de Metro Goldwyn Mayer y entra a Al fortalecer los ya nutridos cuadros de Warner | Bros. Las razones de Joan son claras y poderosas. 1 Ha dicho al estudio que ella se sentía tratada fl como un disco, todavía bueno pero algo antiguo, y que ella estaba segura de que su Ii tabajo y el estudio se perjudicaban con ello. La verdad es que actuaciones como le vimos a Joan hace años en “Vírgenes moi dernas” y “Lluvia” de Sommerset Maugham ¡no se han vuelto a repetir; lo único decente l que recordamos del último tiempo es su ' actuación en “Mujeres.” Con Warner tiene ya programadas dos ¡ películas. XK *k % María Montez se casa en estos días con Jean Pierre Aumont el gran galán francés. Se dice que sus padrinos de boda serán Jeannine Crispin y: Charles Boyer. Nosotros no nos atrevemos a aventurar nada ' sobre el feliz futuro de la pareja, conociendo «el carácter tempestuoso de la que aquí en 1 América se hace llamar “la”? Montez, como si fuera una prima donna, y conociendo el ' Memático carácter gálico; pero el hombre ¡ propone . . . y como cada vez que María se 1 ha propuesto algo lo ha conseguido, nada de ; raro que fueran eternamente felices. Por lo | menos eso se lo deseamos. KO OX * Jean Arthur es otra de esas estrellas que ¡no sufren eclipse en Hollywood ni aún parcialmente. Nada ha sido bastante para que esta : muchacha, cuya belleza es una de las más || interesantes y serias de Hollywood, pierda el universal aprecio del público. Se rumorea que pronto tendrá a cargo suyo un romántico ' papel en una comedia con Ronald Colman. * * * “Claudia” la comedia que se dió por más “de dos años en Broadway y que aún sigue ' manteniéndose en los teatros de provincia, “será llevada a la pantalla en los estudios de "Twentieth Century Fox. Su protagonista será la misma que inter pretó el rol en las tablas: la adorable Dorothy McGuire. Mucho se habla del “temperamento” de Dorothy, y se dice que el triunfo se le ha subido algo a la cabeza. Pero nosotros que la conocemos podemos asegurar que es una de las actrices más dulces y encantadoras que verá el cine, y por cierto, una de las mejores intérpretes que vendrá a unirse a la formidable pléyade que dirigen Ingrid Bergman, Jennifer Jones y Dorothy McGuire. Próximamente Cinelandia publicará una entrevista a nuestra amiga. El Ministro del Ecuador (de la página 33) ni sus ideas políticas están en contra de los aliados. Ya ve ud cómo el espíritu francés está ahora luchando a las órdenes de De Gaulle y Giraud. Le pregunto si cree que la guerra producirá grandes cambios: —¿Qué duda cabe?,—responde inmediata“mente. No sólo en el orden político y eco“nómico sino en el orden social, el porvenir nos aguarda muchas sorpresas. Además es necesario y justo. Habrá que hacer muchos sacriE ficios para evitar una fratricida lucha de que hacen sus hijos. clases ; será absolutamente necesario elevar el standard de vida de los trabajadores y la clase media. Es indudable, termina, que los tiempos despreocupados y alegres que hemos tenido la oportunidad de ver están muertos. La humanidad necesita un mayor reparto de justicia, de “chances” para que triunfen los hombres trabajadores y honestos. El Ministro no teme aparecer avanzado. Es un profundo convencido de la importancia y ventajas del capitalismo ; pero acepta regocijado todos los adelantos que la sociología ha traído al mundo. La charla se desliza apasionadamente: los problemas de la guerra presente, la difícil situación económica y política porque ha atravesado su patria; los grandes esfuerzos Cerca de terminar la visita, revisando algunos nombres de artistas de cine su pesamiento regresa a Francia y a la Europa que recorrió a pie, en bicicleta en automóvil . . . los nombres de Cécile Sorel y Sarah se mezclan a los de las calles de Montparnasse donde pasó alegres años de juventud con sus hermanos. . Al despedirse y estrechar su mano, nos queda una impresión de regocijo y de amplitud difícil de expresar. Con hombres de esta índole, es indudable que el porvenir de SudAmérica está asegurado. Un dólar por carta (de la página 4) file”, “Escuadrilla de la Aurora”, y muchas otras. En tiempos de paz las películas de guerra ofrecían una atracción particular, la atracción diríamos de las cosas prohibidas o de lo que al hombre le está vedado contemplar en la vida real. En un mundo de relativa paz y sosiego, el estallido del cañon en la trincheras de Amiens, o el rugido de los aviones en las encarnizadas batallas por el dominio del espacio, eran novedades que sacudían al público de su modorra burguesa. Pero los tiempos cambian; la paz bucólica del “mundo bueno” ha pasado a la historia ; tres años bastaron para que la civilización ofreciera al mundo cultural del siglo veinte el gran espectáculo del progreso y la Ciencia escalando cumbres jamas alcanzadas. Hubiera podido pensarse que frente a la realidad del planeta sangrentado, los grandes Emires del Cinematógrafo tratarían al menos de consolarnos y que los prodigios del séptimo arte ofrecerían partos que llenarían a la humanidad de maravilla, contento y esperanza en el retorno a la vida de paz. Pero las cosas no son así. Cuanto más se prolonga la Guerra, más se empecinan los productores en estos temas. Pero ¿es que los directores de Hollywood han olvidado tal vez que la función primordial del cinematógrafo es entretener la mente, despejar la imaginación de un público de boletines de guerra? No desconocemos los valores educativos del cinematógrafo ni sus esfuerzos por hacer conocer al gran público los adelantos de la ciencia guerrera, pero es también el caso de decir que lo poco agrada y lo mucho enfada. Basta y sobra con lo mucho que se ha visto de la guerra hasta ahora. 40 o 50 películas con argumentos de guerra en un año es un buen record, como para que la gente de Hollywood se llame un poco a sosiego y dedique más celuloide a temas que hagan pensar y reflexionar a la humanidad en los beneficios de un mundo organizado en la tranquilidad de uno paz, en la que creen y confían muchos cinegéticos de buena voluntad. Cayo Bueno, UsUAHIA Patagonia “Ya heperdido hasta la camisa... la suerte quenopuedo perder la Crema Arrid que me puse en las axilas.” Los hombres y mujeres que se enorgullecen de su pulcritud, saben cuan prudente es aplicarse un desodorante que prevenga el olor del sudor en las axilas, y a la vez, evite las manchas en las mangas de los vestidos y las camisas. No es de extrañar que miles de personas en todas partes del mundo acostumbren ponerse Arrid. Arrid se usa más que ningún otro desodorante para las axilas. Es el desodorante preferido por estas 5 razones: E 1. Evita el olor causado por el sudor debajo de los brazos. 2. Arrid previene contra el sudor excesivo debajo de los brazos y evita las manchas y el deterioro de los vestidos y las camisas. 3. Arrid se aplica en medio minuto— desaparece al instante. 4. Arrid es una crema pura, blanca, sin grasa. Es especialmente agradable para los hombres. 5. Arrid ofrece protección completa de 1 a 3 días. 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