Cinelandia (January 1944)

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centro de sus ambiciones. Su generosidad y sencillez son legendarias en la colonia del cine. Y es típicamente americano por muchas otras razones. Nació, hace treinta y ocho años, en Mount View, pequeña aldea en el Estado de Arkansas, donde las colinas se alternan con los bosques, donde la caza y la pesca son abundantes. A los pocos años, la familia se trasladó a Little Rock. Dick tiene dos hermanos: Howard, hoy Vice Presidente del Ferrocarril Illinois Central y que, dicho sea de paso, tiene también muy buena voz, y Luther, alto empleado de la firma International Harvester Company, que vive en la actualidad en Buenos Aires, Argentina. De este hijo, nos dice el padre, que, al igual que él mismo, no sólo no canta, sino que es incapaz de silbar a un muchacho para comprar el periódico. Si le preguntáramos hoy a Dick qué era lo que más le gustaba hacer cuando niño, nos contestaría : cantar “Casey Jones”. Invariablemente, al terminar su canción, decía a quien le oyera: “ahora déme para dulces.” Y si quisiéramos saber qué era lo que más temía, replicaría : mi hermano Howard, el mayor. Y esto pese a que ambos y la "madre, doña Sally "Thompson, cantaban haciendo el más alegre trío en la casa. : Hemos tenido la suerte de conocer al padre de Dick, Mr. Ewing Powell, que reside en Hollywood en una casa sencilla y acogedora. Una tarde, mientras estábamos sentados en el jardín y él fumaba su inevitable pipa, nos contaba como Dick, cuando tenía diez años, iba a cantar a las iglesias; a todas: católicas, protestantes, hebreas; a matrimonios y funerales. Su bien timbrada voz y su agradable modo de ser eran bien recibidos en todas partes. Junto con aprender a ganarse la vida desde niño — costumbre típicamente americana, no obstante los medios de fortuna que la familia pueda tener—Dick se formó un espíritu de comprensión y respeto por las creencias que hasta hoy prevalece firmemente en él. A los diez y ocho, ya terminados sus estudios, obtuvo un ¿puesto de Administrador en uno de los almacenes de provisiones de Little Rock. Pero su vocación musical se acentuaba más y más. Organizó una pequeña orquesta que tocaba los domingos y se trasladó a un nuevo empleo en la Compañía de Teléfonos. De ahí su vocación lo llevó a cantar con una orquesta de mayores proporciones en Louisville. El sueldo era escaso, así es que tomó también el puesto de cantante en uno de los teatros de la ciudad. En todos los grandes cines norteamericanos se acostumbra a poner, una o dos veces por noche, actos de variedades con un maestro de ceremonias cuya voz, presencia y sentido del humor sean atrayentes al publico. Muy pronto Dick obtuvo ese puesto que manejaba con toda habilidad pues sabe tocar practicamente cuanto instrumento musical existe. Al poco la izquierda, n Blondell, k Powell y A ia por Id Pressy dirigida 2né Clair. > Oga las más hihdas canciores populares AS tiempo se había convertido en el ídolo de Louisville. En seguida vino un ventajoso contrato para actuar en el cine “Stanley” en Pittsburgh y por tres años y medio ir a ver y oir a Dick Powell era una de las entretenciones obligadas en la populosa ciudad. En 1932 la empresa Warners lo contrató para la película “Blessed Event”. Dick se ríe cuando cuenta que todo su trabajo se hizo en día y medio de labor. En la película cantó un par de canciones y dijo una sola palabra: Aló. Pero, inmediatamente, vino un contrato por largos años y una película tras otra. Su excelente voz le llevó a la radio donde, entre (Sigue en la pág. 41)