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¡Cuando visitamos el estudio de Radio -RKO una verdadera invasión de encan-tadores insultos nos saludó. No sabíamos cual de las dos estaba más enojada, y con razón. Las dos chicas son encantadoras, las dos tienen una formidable carrera por delante y el estúpido de . mejor no digamos su nombre, se equivoca. La auténtica Patricia, esa tremenda morena, con ojos casi violeta, vestida como una reina, después de mucho consintió en perdonarnos, no sin que echara sus lagri-mones. A Martha, no la pudimos conseguir, y sólo después de prometerle que en nuestra próxima edición aparecerían ambas, juntas y con sus auténticos nom“bres, apenas si aceptó el darnos un ligero saludo.
Una escena de .. . otra escena
Fred Astaire acaba de cambiar de “partner” nuevamente.
¿Cuántos nombres que él ha contribuído a hacer gloriosos han brillado junto al del imponderable bailarín? ' Ginger Rogers, su hermana Adela Astaire, Rita Hayworth y ahora último Joan Leslie.
Parece como si Fred infundiera a cada
una de sus acompañantes un espíritu especial que sólo puede hallar equivalente en la maestría que cada una de ellas adquiere definitivamente.
Sin duda que la más famosa de todas fué Ginger Rogers, pero ella insistió tan tenazmente en que era una actriz dramática, que el estudio debió deshacer el binomio. En un comienzo la actuación de Ginger no convencía a nadie: todo aquel encanto y dinamismo desaparecie
ron desde que no trabajaba con Astaire,.
hasta que de pronto la obstinada chica comenzó a entregar al cine las más osadas y exactas interpretaciones de la muchacha norteamericana. Poco tiempo después Ginger conquistaba el premio de la Academia Cinematográfica.
Pero el que no pasa nunca de moda; el que llena los teatros tan luego como su nombre aparece, es el modesto muchacho que pasa inadvertido en las multitudes de su país y que dió al “Tap Dance” categoría de danza internacional artística. En su última cinta, Astaire demuestra una vez más que sus trucos de danzarín están lejos de agotarse y que sus condiciones de actor y cantante están tan brillantes como en aquellos lejanos días de “Top Hat.”
foan Fontaine nos lo jura...
Durante algunas escenas de la filma'
cin de “Frenchmen's creek” (Arroyo de los franceses), en la que la estrella es nuestra encantadora a favorita Joan Fontaine, y su galán Arturo de Córdoba, fué preciso que se dirigieran a una de las regiones más hermosas de los Estados Unidos (de la que hablamos en nuestra Sección de “Hollywood por Dentro”). Algunos días—según nos dice—no se podía filmar por diversas razones Climatéricas, y ella inmediatamente aprovechaba las horas libres para dedicarse a la pesca.
Como nosotros dudáramos un poco, la inteligente actriz corrió a su camerino y volvió trayendo algunas fotografías en las que aparece retratada con alguna de sus víctimas. Á nosotros no nos quedó otra cosa que tragar saliva y creerle. Pero en el fondo nos hemos quedado con la duda.
En los Estados Unidos aquel refrán español de “Para mentir y comer pescado, hay que tener mucho cuidado”, se
(Sigue en la pág. 38)
Dos bodas celebradas casi a un mismo tiempo: la admirable CAROLE LANDIS, después de recorrer unas 30.000 millas en avión para entretener a los soldados en el extranjero, se da un respiro para casarse y
xra A hasta para cortar torta de boa ca das, con un apuesto Capitán AE, osas de Aviación. ye a das ge Abajo, le lindísima LINDA IS eros 30 DARNELL, cae al fin en las ragora eS pe ma! redes de Pev Marley, uno can aa mi de los más brillantes ''camera
men” de Twentieth CenturyFox.
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