Cinelandia (January 1944)

Record Details:

Something wrong or inaccurate about this page? Let us Know!

Thanks for helping us continually improve the quality of the Lantern search engine for all of our users! We have millions of scanned pages, so user reports are incredibly helpful for us to identify places where we can improve and update the metadata.

Please describe the issue below, and click "Submit" to send your comments to our team! If you'd prefer, you can also send us an email to mhdl@commarts.wisc.edu with your comments.




We use Optical Character Recognition (OCR) during our scanning and processing workflow to make the content of each page searchable. You can view the automatically generated text below as well as copy and paste individual pieces of text to quote in your own work.

Text recognition is never 100% accurate. Many parts of the scanned page may not be reflected in the OCR text output, including: images, page layout, certain fonts or handwriting.

ocupar la mesa de invitados. Por ese priviW legio pagan 100 dólares cada uno. Se requieren tres mil voluntarios cada moche. La mitad de los alimentos es domado por 35 compañias en la ciudad de Los Angeles; en realidad una enorme y patrió Vtica contribución. Nosotros compramos el resto y tenemos el mismo cuidado con muestros puntos de racionamiento que cual¿quier dueña de casa. Los cien mil muchachos que vienen cada mes a nuestra Cantina consumen 80,000 'torrejas de pan, 25,000 pintas de leche, 400 Vlibras de mantequilla, 1,500 libras de café, 20,000 naranjas, 30,000 galones de ponche, 75,000 paquetes de cigarrillos, 100,000 peidazos de torta 150,000 sandwichs. Todo gratis para ellos. Durante los primeros seis Meses, 25 ¡diferentes orquestas los han entretenido Ecada noche. Y así Uds. pueden ver, todos trabajamos. Durante las primeras semanas, mi preocupación. más seria fué el lavado, las sobras y basura. Pero la cosa fué fácil; cada vez que le pregunté a un soldado, marino o aviador sí me ayudaba un poquito, siempre he obtenido la más entustasta cooperación y el problema se ha resuelto fácilmente. Ellos me ayudan y parecen estar felices de hacerlo. Una noche noté que un soldado estaba sólo, comiendo, y parecia sentirse muy abandonado. Parecía de más edad que el bresto de los muchachos y juzgando por sus condecoraciones debía haber tomado parte ben muchas batallas. Aceptó los refrescos y ¡alimentos que yo le traje y, de improviso, comenzó a hablar sin levantar la vista. No Ucrei que siquiera me hubiese reconocido. — Señorita Davis, —me dijo,—muchas beracias. Muchos de nosotros pensamos que jamás veríamos esto. Muchos, nunca lo verán. Son los que no han vuelto de la ducha. Y ... quisiera decirle . . . cuánto haprecio esto de estar sentado aqui, mirarla y tomar una taza de café. Mis dos recuerdos fundamentales de la guerra serán, cuando ella termine, las muestras de agradecimiento que he visto en los muchachos que aquí servimos. No hay ninFguna cosa que no trataría de hacer por ellos. Y el sentimiento de cooperactón, ayuda y buena voluntad entre todos los trabajadores de esta Cantina me hacen sen tirme orgullosa de nuestra ciudad: HollyWOOd. Arriba, BETTE DAVIS, JOHN GARFIELD y LEOPOLD 'STOWOSKY, al centro, un grupo parcial de asistentes al Primer Aniversario de la "Cantina de Hollywood''; abajo, ¡JANE WYMAN, rodeada de soldados que piden autógrafos.