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HORNEAN MAS APRISA—SE LAVAN MAS FACILMENTE —ECONOMIZAN COMBUSTIBLE
S realmente un placer hornear con los utensilios de cristal refractario marca Pyrex .. . hornean más aprisa .... la comida tiene mejor sabor . . . ¡y sirven para tantas cosas! No se manchan ni se descoloran ... por lo tanto, los alimentos se pueden hornear y servir en el mismo recipiente vistoso.
Los utensilios marca Pyrex son transparentes, su fuerte cristal, resistente al calor, soporta la alta temperatura del horno sin romperse ni rajarse. Son más higiénicos, no absorben el sabor de los alimentos, y se lavan fácilmente.
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japoneses, después indios africanos. En ver-. dad es un caso muy triste. La familia quiere. que se guarde la reserva más absoluta. Les. encuentro toda la razón.
En ese momento apareció en la puerta Eddie Cantor, vestido con su traje de indio. y deteniéndose. q
—Sh, sh,—murmuró colocando un dedo sobre los labios, —me vienen persiguiendo.
—Si,—contestó la enfermera suavemente, —pero no tenga cuidado, nosotros lo pro-. tegeremos.
Los asistentes saltaron sobre él y lo ama--. rraron ; fueron inútiles las protestas de Eddie * que les decía que tenía que ir al teatro para la fiesta. 'Ú
¿La fiesta? ¡Oh! Todo iba a pedir de boca. En ese momento Bette Davis estaba cantando “O son muy jóvenes o muy viejos.” El teatro estaba repleto y el público feliz. : Dr. Schlenna dirigía la orquesta y Mr. Farnsworth no cabía en sí de gusto. Joe se sentía un poco inconfortable representando a su. peor enemigo, pero con la compañía de Pat y de Tom se sentía un poco mejor. El proble[| ma era que se acercaba el número en que. cantaba Eddie Cantor y Pat convencía a Joe. que él podía perfectamente cantar como Eddie Cantor; quien sabe, mejor.
Mientras tanto el verdadero Eddie Cantor estaba colocado en una mesa de operaciones : le iban a poner anestesia para ser operado.
—Yo soy Eddie Cantor,— decía,—¿que no entienden Uds? Tengo que volver al. teatro, a la función de beneficio. ¡Déjenme ' en libertad !
—Si—contestaba la enfermera,—Ud. es: Eddie Cantor pero cálmese, nada le va a pasar | y después de la operación se va a sentir muy bien. :
— ¿Operación? — gritó Eddie — Si estoy ' completamente sano! ,
En ese instante entró el médico cirujano.' Miró extrañado a Eddie Cantor y le pre> guntó qué hacía ahí. Cuando Cantor le explicó, el médico se rió de buena gana y, efectivamente, lo dejó en libertad.
Mientras tanto, Joe estaba aflijidisimo so+: bre el número que iba a tener que hacer, pese a las palabras entusiastas de Pat. La fiesta era todo un éxito. Errol Flynn estaba haciendo un número de vodevill que tenía en; cantado a medio, mundo.
A la puerta de los camerinos llegó Eddie ' Cantor, el verdadero. Venía acompañado de dos policías que querían comprobar qué era lo que había de verdad en este individuo que se decía Eddie Cantor. Guando Joe se enfrentó a él casi se desmaya pero hasta el proprio valet de Eddie Cantor confirmó que Joe era el verdadero y que el otro era un simple impostor que se aprovechaba del pa-recido. Y así Joe siguió a cargo de la fiesta.
En seguida, salió al escenario e hizo su número tal como Eddie Cantor lo habría hecho. Grandes alegorías musicales se sucedían unas a otras. La canción de Tom, mas bien, las canciones que cantó, fueron sensacionales. Pat estaba feliz. Y el público, al terminar la funcion, hizo los más elogiosos f comentarios sobre el programa y estaba con| tento de haber contribuido a una buena: causa y haber gozado de tamaño espectaculo. .
¿Y qué pasó con Joe, Tom y Pat? Bueno, Uds. han visto demasiadas películas para que repitamos en palabras el cuadro final de cada film.
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Hollywood estrena (De la pág. 27)
La pequeña aldea está aterrorizada por la. cantidad de accidentes que se vienen sucediende, uno después de otro y el Gobernador del * Estado comisiona a Roy Rogers para investigar estos casos que se sospechan de sabotaje. Roy, sus dos amigas y su compañero Smiley Burnett se hacen contratar por estos dos.