We use Optical Character Recognition (OCR) during our scanning and processing workflow to make the content of each page searchable. You can view the automatically generated text below as well as copy and paste individual pieces of text to quote in your own work.
Text recognition is never 100% accurate. Many parts of the scanned page may not be reflected in the OCR text output, including: images, page layout, certain fonts or handwriting.
A SEPARACION entre Lana Turner
y su esposo Stephen Crane ha culminado en un juicio de divorcio entablado por ella y que Crane no opondrá. Todo lo que ella tendrá que hacer es aparecer ante el juez en una Corte de Los Angeles, presentar su demanda y salir a la calle libre del padre de la bebita que naciera hace cosa de un año. Por fin se desbarata este matrimonio cinelándico, cosa que ha de satisfacer a aquellos de los consejeros “desinteresados” que siempre metieron la cuchara en los asuntos de la rubia despampanante. La felicidad conyugal en el cine solo parece existir en el celuloide de las películas.
En la vida real, Irene Manning está celebrando sus desposorios con un señor particular, un mister Keith Kolhoff. La artista filmó ''Shine On Harvest Moon'' para la Warner Bros.
22
Leslie Brooks, encantadora estrella
de Los Estudios Columbia, posa aquí
durante la filmación de la película
que se titula "Tonight and Every
Night'"" que le dá lugar a lucir todos sus encantos.
TRA SEPARACION que a su
tiempo se resolverá en el divorcio concierne al actor Cary Grant, que hace dos años se casara con la supermillonaria Barbara Hutton, heredera de los cuarenta millones que la dejara el fundador de las tiendas de 5 y 10 cts. Babs, como es conocida mundialmiente, acaba de separarse de Grant, su tercer marido. Los ex-esposos de Babs fueron en orden progresivo, el príncipe georgiano Alexis M'”Divani, y el conde dinamarqués, HaugwitzReventlow. Es decir que los millones de Babs le compraron un príncipe, un conde y un astro cinemático, pero hasta ahora no la felicidad conyugal que muchas hijas de vecino alcanzan. ¿Es qué el dinero a millonadas, como el cine, introduce un número demasiado grande de elementos contraproducentes a la felicidad hogareña? Quizá la felicidad se ve perdida en la inmensidad de un “hogar” con veinte y cinco o cincuenta habitaciones, otro número igual de cuartos de baño, y una falanje de sirvientes, sin mencionar los huéspedes y entrometidos que “se cuelan como si la casa fuera de ellos” y se quedan a vivir por días y semanas.
I NA RINA entre dos o más ciudada
nos humildes en la ciudad del cine pasa desapercibida excepto por aquellos individuos que, por casualidad, fueron testigos de ella. Pero cuando la riña ocurre entre gente del cine, los diarios del mundo se apresuran a darle la publicidad apropiada a una noticia de interés universal. En estos días hubo una querella mayúscula de la que resultó herido y arañado el actor Jon Hall. Su prin