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PETT CTCCOCOTTECCOCDEDEDEETIDI
se sientan a contemplar el rio Hudson
“desde una de las banquitas instaladas en
la rivera. Al llegar a esta etapa de nuestra historia, ya existen un millon de detalles aque ambos tratan de descubrir para asegurarse que se han enamorado uno del otro.
Es ya entrada la noche. Van a tomar el omnibus que conducirá a Alicia a casa, pero el último se pierde en la dis
tancia. Joe pide al conductor de un ca
mión lechero que les permita subir; el buen hombre los invita para que vayan a ver cómo se carga y distribuye la leche. Cuando una de las llantas se revienta y mientras esperan que la Compañia mande una de repuesto, entran a un Cafe a tomar una taza de cafe y rosquillas.
Al Henry, el chauffeur del camión, comienza a disputar con un borrachín y llueven las bofetadas. Hecha la reparación del camión, Al todavía siente los efectos de la riña y Joe y Alicia se ofrecen a entregar la leche en su lugar. Entre tanto ha amanecido y los dos chicos aceptan la invitación del lechero para almorzar en su casa, donde conocen a su esposa.
Encantados de la atmósfera de cordialidad que existe en ese hogar y sugestionados ante la felicidad del matrimonio, Joe propone casamiento a Alicia y salen corriendo a tomar el tren subterráneo. En la excitación del momento ella toma primero el tren, se cierran las
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puertas y Joe se queda en la plataforma sin poder entrar. Ninguno de los dos se han preguntado el nombre completo, Joe tampoco sabe a dónde vive Alicia y ésta no tiene idea cómo encontrarlo.
Tras vanos esfuerzos e intentos para localizarse, vuelven a encontrarse en la Estacion del Pensilvania. Ya no esperan más y emocionados llegan a la oficina del juez, quien los une en matrimonio tras interminables formalidades. Cuando salen del edificio con el certificado en sus manos, se sienten más extraños que cuando se conocieron. Caminando por la avenida, y sintiéndose muy tristes, un tanto molestos por la situación, pasan frente a la Catedral de San Patricio dónde acaba de verificarse un matri
.«monio. Los novios vienen saliendo ro
deados de su corte de amor!
Sin decir una palabra, Joe y Alicia entran al santuario, las flores estan todavía frescas, el incienso y los acordes de la marcha nupcial todavia llena los ambitos. Se arrodillan ante el altar y repiten ante la Divina Presencia los votos que tan apresuradamente pronunciaron en la turbulenta ceremonia civil.
Allá arriba, en el coro, el organista contempla el cuadro de los dos jóvenes y pareciendo que comprende lo que les pasa, toca para ellos la marcha de Lohengrin, cuando felices y contentos se retiran de la iglesia.
A la mañana siguiente Alicia y Joe almuerzan juntos por primera y última
Vemos arriba a Judy y Bob acompañando al lechero en sus correrias nocturnas y a la derecha en la iglesia y en los momentos en que renuevan su juramento matrimonial en esta interesante y sentimental película.
vez, las cuarenta y ocho horas tocan a su fín. .. . Con las manos entrelazadas marchan juntos hacía la Estación del Pensilvania. . . . Se escucha la orden:
“Vámonos” del conductor del tren. ..... Joe contempla el rostro de Alicia por última vez. Ella trás de la reja con sus ojos humedecidos de llanto le dice: “Vuelve pronto”, pues presiente que su esposo no tardará mucho en regresar.
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