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Una de las historias más graciosas de Hollywood es la que concierne a la nueva estrella de los estudios Republic Catherine McLeod, una linda morena de veintidós años que interpreta el papel principal de la superproducción ] have always loved you. Catherine, que se educó en un convento de la ciudad de Alhambra, en el estado de California, fué expulsada una vez de esta institución por creer las monjas que la muchacha ocultaba a Clark Gable en su habitación.
“Siempre tuve locura por el cine—nos cuenta la nueva estrella—y en aquella
fecha sentía verdadera idolatría por:
Clark Gable, a quien, como otras muchas, consideraba el hombre más gallardo del mundo. Un día, pasando de noche frente a un cine, observe que ante el establecimiento se hallaba una figura de cartón de tamaño natural de Clark Gable, y llevada de mi adoración por él la robé y la llevé a mi cuarto. Las monjas nunca se dieron cuenta de éllo, ya que tenía buen cuidado en ocultarla debajo de la cama cada vez que había inspección. Pero un buen día, y hallándose en mi habitación varias de
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mis compañeras, agarré la figura de Clark Gable y bailé un vals con ella de pareja. Las monjas, que atisbaban por la ventana, creyeron que se trataba de un hombre de carne y hueso y me expulsaron del colegio -sin tardanza.”
Dando por Hollywood Boulevard la acostumbrada vuelta matutina nos tropezamos con Jean Pierre Aumont, el distinguido actor francés que acaba de ser licenciado por el ejército de su patria. Recordaremos que Jean, que llegó al país huyendo de los nazis, iniciaba su segunda cerrera cinematográfica en Hollywood cuando estalló la guerra y le dio ocasión de servir en el ejercito francés, donde ha permanecido cerca de tres años.
Hoy día, gozando de su libertad, casado con María Móntez y orgulloso padre de una chiquilla, Jean se siente el hombre más feliz del mundo.
—Calcule lo bien que me siento—nos dice—cuando comparo mi vida actual con la que llevé durante tres años. Todo lo que tuve que hacer esta mañana fue bailar en el estudio con Ginger Rogers,
Jean Pierre Aumont, recientemente regresado del ejército francés, celebra su vuelta al hogar con una suculenta comida que le ha preparado su esposa María Móntez. María está terminando lla película “Tangier” para la Universal.
por EDUARDO MENDOZA
que estaba guapísima en un traje escotado. El director Sam Wood me dijo que debía mirar los ojos de Ginger como si su sola presencia me quitara el habla. ¿Habrá cosa mas fácil? . . . Porque la chica lo vale. Y por esto me pagan más que a un general del ejército francés. ...
Decididamente, me quedo en Hollywood :
hasta el fin de mis días. ...
Los hermanos King, que batieron un record de velocidad al producir la película Dillinger en una semana, dieron con la magnífica idea de emplear una cotorra para su publicidad. Esta cotorra, que charlaba por los codos—y muchas veces sin ton ni son—fué emplazada frente al teatro donde se exhibía el film tras haber recibido un duro entrenamiento que consistía en pronunciar las palabras “Es una película estupenda. No se la pierdan” cada vez que algún transeunte se paraba a admirar al pájaro. Desgraciadamente, el animal tenía de sí mismo un concepto mucho más elevado que de la película, y tras pronunciar la frase de reglamento empezaba a hablar de sus propias cualidades. Su conversación—o mejor dicho, monólogo—solía terminar de esta manera:
—¿Verdad que soy linda? El resultado es que los transeuntes, bo
quiabiertos ante las gracias del pájaro, acababan por olvidarse del film.
El fin de esta inteligente cotorra fué el de todos los vanidosos: la oscuridad, a la que Frank y Morris King la condenaron al enterarse de sus hazañas.
Y hablando de animales, tal vez los más famosos de Hollywood son hoy día las quince vacas que aperecen en la película de Sam Goldwyn The Kid from Brooklyn. En ella hay una escena que se supone ser tomada en una granja modelo, y como la imaginación de Goldwyn no reconoce límites, el establo donde las vacas interpretan su papel tiene las paredes satinadas y está alumbrado por lámparas neón de colores variados. Con las vacas actúan quince bellezas del estudio, cuyos brevísimos trajes de “ranchera” no son uno de los menores atractivos de la película. Las vacas, por su parte, van ataviadas de anillos y cuernos dorados, y lucen, además, largas pestañas postizas que les comunican un aire glamoroso.
Las opiniones estan divididas sobre si las vacas son mejores o peores actrices
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