Cinelandia (July 1947)

demás tripulantes también, poniendo en riesgo el éxito de la expedición científica. : Nora figuraba entre aquellos. En es: pera de su segundo hijo, se le había: aconsejado que no se embarcara, pero en el último minuto le dió por navegar. Hechos a la mar, algunos miembros de la tripulación pensaron que era cosa de mal agúero llevar una mujer abordo y resintieron su presencia. Quiso la desgracia que Nora tropezase y se cayese por una de las escaleras de cubierta, quedando fuertemente impresionada. Si ella quedó compungida y momentáneamente indispuesta, tuvo buenas razones para ello, y su actitud fué considerablemente más en consonancia con los hábi.tos marineros que la adoptada por algunos otros miembros de la tripulación, como se probó cuando Flynn se vió obligado a licenciar a varios tripulantes tan pronto como el “Zacca” tocó en Acapulco. Algunos de los despedidos dijeron en su propio descargo que no querían recibir órdenes de un actor. . ... Sobre este accidentado viaje podría escribirse un largo relato, pero vamos a abreviar, en orden a aclarar un supuesto misterio. Nora también echó pie a tierra, pero simplemente porque había pensado no ir más lejos de Acapulco, llevando a cabo unos planes proyectados antes de acuerdo con su esposo. Pero aquí viene lo raro: Errol Flynn, ya lo hemos dicho, es un buen hombre de negocios, aunque algunas o muchas de nuestras lectoras se desencanten. Pero ¡qué le vamos a hacer! Ya hemos citado el caso de nuestro excelso amigo poeta a quien el ser “un genio de las finanzas” no molestaba ser principalísimo poeta (aunque dicho sea en verdad, sus negocios eran ruinosos y aquello era un decir. . . . ) Total, y viniendo al caso de este otro romántico de los “sets” y los mares tropicales del amor y el océano, Errol Flynn pensó dos veces lo de la expedición piscatoria de su progenitor (de quien dicho sea en verdad es tan amigo como hijo) y calculó lo siguiente: “El mantenimiento del “Zacca” me cuesta alrededor de $3.000 a la semana. Arrendando el yate a la compañía andariega y a la sazón por tierras mexicanas, de Rita Hayworth-Orson Welles, por un mes, hago buen negocio. Hagamos pues un alto a la expedición.” Sin embargo, pasado el mes del alquiler, Errol Flynn volvió a posesionarse del timón de su amante más fiel y, remozado el “Zacca” con nueva tripulación, partió de Acapulco para cruzar el canal de Panamá rumbo a Jamaica y Haití. Pensó el héroe cruzar el Atlántico e ir a besar la Costa Azul, que ya se había engalanado de fiesta para recibirle, pero algo más serio que la frivolidad hizo que el capitán-actor desistiera de su hazaña y de su galantería: el anuncio de que un segundo bebé es Especializado en papeles de tipo romántico, Errol Flynn aparece en estas fotos en dos de sus más características actitudes: Arriba le vemos haciendo elegantemente el amor a Eleanor Párker en el film "Nunca me digas adiós”. A la derecha, en pleno atavío bohemio, Errol Flynn «acompaña a Ida Lupino en una escena de "No me abandones”. (oFto Warner). peraba su regreso a casa para desembarcar en el seguro puerto de este mundo. En este episodio tienen ustedes explicado el norte y el sur del carácter de Errol Flynn, héroe legendario y real de cuyo corazón, como de una vela, tiran por igual las maromas de la domesticidad y la vagabundez. Las circunstancias que rodearon su matrimonio con Nora Eddington, la afortunada jovencita que logró embalsar y embalsamar ese torrente de energía humana que es Errol, prueban ese afán de misterio y aventura que tienta siem pre al esbelto actor. Por razones desconocidas, la pareja mantuvo secretamente su matrimonio hasta que nació Deirdre, el primer hijo. Ya pueden ustedes figurarse el revuelo que se armó. Y sin embargo, no se trataba de ninguno de esos deslices que con tanta frecuencia habían hecho comparecer a Errol Flynn en los estrados judiciales. Deirdre había venido a este mundo bajo el amparo de la ley, porque Errol y Nora se habían casado secretamente en México tiempo atrás. Lo que pasó es que el novio usó (Pasa a la página 46) 15