Cinema (Peru, 1908-1909) (October 1908)

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A A AA A II CINEMA Entre los comentarios y los consejos de los mirones, vá, lenta y agradablemente, des lizándose la partida de carambolas. Y mientras al vencedor en el combate se le tribu tan aplausos y ovaciones, el vencido escucha, solo, como todos los vencidos audaces é hiperbólicas diatribas.... ra sus tristezas, una ayuda, en una palabra, en todos los instantes yen todas las ocasiones de la vida. eN dois desear, poriamor a la juventud, que es el vigor de la patria, que el Centro vea, muy pronto, convettidas en hermosas realidades sus aspiraciones del presente. Ojalá, como antesindicamos, no tuerza su camino. Enel Perú. las más felices iniciativas de este género se han maloerado á veces ante la ingerencia de los menudos y deleznables intereses del momento. La política todo lo envenenó; el espíritu de secta y de partido, penetrando en hogares é instituciones, cuyo objeto nada tuvo qne ver en sus principios con esa mala hembra de las democracias americanas, segó en flor las más halasueñas esperanzas y los ideales más nobles. Que el Centro Universitario no olvide las amarvas enseñanzas de nuestro pasado, y hasta podíamos decir de nuestro presente. Sus miembros no deben ser otra cosa que animosos cultores del ideal y la belleza. Y la política ni es bella, ni sienifica otra cosa que la práctica miserable y rastrera de la vida. Cuenta, el Centro Universitario, con la protección al parecer decidida, de los elementos oficiales. El ex-ptesidente Pardo que, como yá hemos dicho, asistió a la inauguración del localle prometió, tán amplia como puede desearse, á sus jóvenes oyentes. No hay porqué dudar de lo sincero de esos ofrecimientos, desde que, al eonvertirlos en realidad, el eobierno contaría con la benevolencia y el aplauso del país entero. Instituciones de esta naturaleza que son un positivo adelanto para la república, reclaman la atención y el cariño de los poderes constitucionales; su existencia es un bien general, que átodos sirve y entre todos reparte sus beneficios, y como a bien de la colectividad es preciso conservarlo y enerandecerlo. Esto, que hasta hace poco tiempo, no parecía haberse comprendido en el país, comienza á abrirse paso y á tener las seguridades de un axioma. Las masas necesitan cultura; y nada mejor para repartir entre ellas el divino pan del espíritudque la creación y el fomento de instituciones como el «Centro Universita 110.