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en el acto tercero, la escena del dame
ro y la declaración, "son de uña gran . PLA . »
delicadeza poética y sentimental:alí
más es lo que se adivina que lo que se lice, hay. una serenidad y un reposo
casi de maestro en la factura, y se ad=
vierte en el autor esa aptitud para sueerir con medias tintas y clarobscuros en el diáloeo, como úsase en el teatro moderno. Sino hubiera amontonado conflictos, ni hubiera pensado en tésis, acaso esta primera obra de Bedoya hubrera sido un completo triunto.. Pero: puesto que tiene tán pasmosa habilidad para encontrar situaciones 1nteresantes, y para mover los personajes; puesto que el chiste fino, la ironía y la comicidad no son ineratos con su 11cenio, estudie, trabaje, sobre todo en la comedia, y nuestro teatro nacional,
Lima. y Octubre a 3 de 1908.
apenas sostenido por Yerovi, tendrá otro autor digno de aplauso que lo represente y lo honre.
Ja
E
La compañía dramática que actúa
en el «<Olimpo> puso al servicio de la obra toda su buena voluntad y acierto. Misuel Muñoz se esforzó en dar verdad á su personaje, debiéndose á él, á la eficacia de su dirección y de su gesto eran parte de los aplausos que escuchó Bedoya, para quien, ó mucho me equivoco, Ó sonarán en otros días ovaciones ruidosísimas y entusiásticas, cuandose afirme definitivamente el autor dramático que apareció con leve destello de relámpago en los dos primeros actos de La Honda de los muertos. 2
Felipe SASSONE.
SEÑOR MANUEL A. BEDOvA. -Con la publicación de este retrato del | autor de «< La Ronda de los Muertos, » podrán apreciar mejor nuestros lectores el mérito 1mdiscutible de la caricatura de Valdelomar. | 4