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El automóvil «Mercedes», vencedor del premio del A. C. F., en cl circuito de Dieppe
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El vencedor del circuito de Dieppe
Es todos los años, desde hace cuatro, se efectuó este de 1908, la gran carrera de autovóviles en el circuito de Dieppe. El inmenso público aficionado al nuevo deporte, la industria entera, todos, en una palabra, esperaban el triunfo de Italia ó de Francia: Nazzaro ó Rigal, los dos emocionantes corredores, cuyas victorias son innumerables. Sin embargo, el vencedor de la gran prueba fue un alemán, Lauechstenlagger, piloto de una <Mercedes». Las <Fiat» no tuvieron suerte: las constantes averías de sus neumáticos, concluyeron por eliminarlas al cabo de poco tiempo de lucha; y las franesas apenas s1 hicieron cosa digna de mención. | + * %
LA PRODUCCION DEL PLOMO Durante el año 1907, la pS
dei plomo en todo el mundo se elevó á 992.300 toneladas.
El principal productor fueron los Estados Unidos, de cuyo extenso territorio se extrajeron 340.700 tonela
das de dicho metal.
El segundo lugar lo ocupó España, con 185.800; el tercero Alemania, con 140.000; el cuarto Australia, con 97. 000; el quinto Méjico, con 72, 000, y el sexto Bélgica, con 25.800.
España produjo el año citado 4. 900 toneladas más que en 1906, y 5.200 más que en 1905.
CINEMA
UN RADIOMETRO
El hombre ignorante que, obligado á acampar á cielo rasoen una fría noche de Enero, oyera decir que las estrellas envían calor á la tierra, lo pondría un poco en duda. Sin embargo, toda persona medianamente 1nstruída sabe hoy que las estrellas son astros análogos á nuestro sol, y mucho mayores que él la mayor parte. Es, pues, evidente, que emiten gran cantidad de calor; pero, por la enorme distancia á que de nosotros se encuentran (la más próxima tarda cerca de cuatro años en enviarnos su luz) las cantidades de ese calor que llegan á la tierra son tan pequeñas, que re
=sultan imperceptibles para la sensib1lidad humana.
Sin embargo, lo queno podemos nosotros percibir con nuestros sentidos, lo podemos conocer por medio de aparatos é instrumentos especiales. Todo consiste, pues, en construir un aparato suficientemente “sensible para que pueda impresionarse porel calor estelar.
Este problema lo acaba de resolver, según se asegura, el profesor E. F. Nichols, del Colegio de Darmouth, en los Estados Unidos. Para ello ha construído un radiómetro tan delicado, que con él se puede medir el calor de una bujía desde una milla de distancia.
La sirena y los rateros.
—Por qué me lleva Ud. preso?
—Porque le. ha sacado Ud. el relojá un caballero. ;
—¿Y Zapata no se lo saca á todo el mundo, á las doce del día, claro y cen sol?