Cine-mundial (1916)

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» Si CINE MUNDIAL del lente: el cráter aparece en línea rectangular con el lente, y la extremidad gruesa inferior de los carbones intercepta la luz lo menos posible. Este resultado se obtiene colocando las extremidades agudas de los carbones en la forma en que se destacan en el número 3 de la susodicha figura. Obsérvese que en el acomodo A la extremidad aguda del carbón inferior empieza a interceptar en todo lo largo de la cuarta línea. En B se verifica esa intercepción antes; mientras que en C, en el cual se ve un arco voltaico de mayor longitud, no es tanta la intercepción en ese sentido. En D se muestra una lámpara demasiado inclinada, lo cual aumenta la intercepción de la extremidad aguda del carbón de la parte inferior. Claro está que no pretendemos con estos esbozos gráficos dar una idea rigorosamente exacta del funcionamiento del arco voltaico; más bien nos hemos propuesto expresarlo de manera clara y sencilla, para que lo estudien los operadores y se precavan. contra probables equivocaciones. Una de las razones porqué recomendamos el empleo de un carbón de la parte inferior de media pulgada en los ajustes D y C de la susodicha figura se encontrará en el hecho de que es mucho menor su poder de intercepción. Generalmente la extremidad aguda de un carbón macizo de media pulgada se quema en un punto mucho menor y más sutilmente que lo efectúa uno de 5%. Como dijimos antes, la posición del cráter estará subordinada completamente a la distancia en que se coloque el carbón de la parte inferior; es decir, el punto en que se ponga respecto del superior. En los números 1, 2 y 3 de la Figs. I y II se describe gráficamente esa proporción gradual y en los ajustes marcados con las letras A, B y C se muestran sus distintos efectos. En el número 1 las extremidades agudas de los dos carbones aparecen en posición central la una de la otra, y el cráter que formarán se muestra en el acomodamiento marcado A. En el número 2 la extremidad aguda del carbón de la parte inferior está colocada un poco más adelante, en un punto algo así como el centro de sus puntas redondas, y el cráter que se forma se destaca en el ajuste indicado con la letra B. En el número 3 aparece la extremidad aguda del carbón de la parte inferior más adelante aún, y el cráter se forma como se muestra en la letra C. No olvide, sin embargo, el operador que esta última desviada posición de los carbones no se debe llevar hasta el extremo, pues en ese caso le ocurrirá al carbón de la parte superior lo que allí se indica en la colocación de los carbones marcada con las letraz Z y D, formándose en parte el cráter detrás de la extremidad aguda del carbón inferior. El ajuste allí marcado con la letra C es magnífico en los casos de corriente continua. Empero, tratándose de corriente alterna ya la cosa cambia de aspecto radicalmente y es, además, en muchos sentidos más difícil de manejar. Ya dijimos que el cráter se forma siempre en el carbón positivo. Eso sucede tanto en los ajustes marcados D y C como en aquellos A y C de las Figs. I y Il; pero no'se olvide que en los dos últimos ambos carbones son alternadamente positivo y negativo en la mitad de cada período. Eso quiere decir que el cráter se formará en ambos carbones. Tenemos, pues, que, dentro de ciertos límites, la cantidad de luz deberá estar en proporción directa con el tamaño del cráter y la manera cómo pueda ponerse esa luz en línea rectangular frente al condensador. Como emana de dos carbones el cráter productor de fuerza, es natural suponer que, para un número dado de amperios, ninguno de los dos deberá ser tan grande como los exigen los ajustes marcados con las letras D y C, y en los cuales toda la fuerza productora de cráter está encentrada en un solo carbón. Y se puede hasta afirmar que el tamaño de los cráteres unidos y formados por FEBRERO, 1916 los acomodamientos marcados allí con las letras A y C no es igual al de D y C, en el cual se emplea igual corriente en amperios. Sin embargo, todos los operadores prácticos están penetrados del hecho de que, a causa de las dificultades ópticas que presenta, no es factible utilizar ambos cráteres. Saben ellos, asimismo, que utilizando sólo uno de los cráteres (el superior) se obtiene un resultado de excelencia invariable, lo cual no resulta con los dos, presentando éstos, como presentan, en la abertura, que pueden proyectar rayas oscuras en la pantalla. Desde hace años se viene tratando de utilizar ambos cráteres, bien valiéndose para ello de lo que se conoce con el nombre de “navaja sevillana,” y tal como se ve en la colocación de carbones marcada con la letra B en la Fig. III, o bien poniendo la lámpara en línea recta arriba y abajo. Pero hoy los mejores operadores; es decir los que obtienen mejores resultados y gozan de los más remunerados puestos, emplean generalmente los ajustes marcados con las letras A, C y D, C, o bien utilizan en forma muy modificada la ya citada posición de “navaja sevillana,” colocando el carbón de la parte inferior de modo que se incline algo en relación con las barras sostenedoras de la lámpara e inclinando también el carbón de la superior para que corresponda con aquél. Sin embargo, este plan bueno como es, se va postergando, prefiriendo los operadores el corriente D y C. Desde hace mucho tiempo venimos aconsejando que se haga idéntica distribución en los arreglos marcados D, C y A, C, y no vemos motivo alguno poraue debamos arrepentirnos de esa recomendación primera. Juzgados teóricamente, los acomodamientos de las posiciones de la lámpara en línea recta de arriba a abajo y “navaja sevillana” son los mejores; pero no resultan en la práctica si se les juzga desde el punto de vista de la iluminación en la pantalla. La posición “navaja sevillana” facilita los medios de obtener mayor intensidad lumínica a través del lente y para un número dado de amperios. La única dificultad estriba en que no se mantiene firme la luz, o, por decir mejor, que la iluminación en la pantalla no se puede sostener de un brillo uniforme. De ningún modo: recomendaremos que se coloquen los carbones en posición: perpendicular. Fig. No. II. Aceptadas, pues, las razones que acabamos de exponer y suponiendo que sólo nos proponemos utilizar el cráter de la parte superior, ello quiere decir que como quiera que la luz depende del tamaño del cráter y las dimensiones de éste dependen de la fuerza de la corriente en amperios, deberá utilizarse un suficiente número de estos últimos para aumentar el cráter hasta llegar a obtener en el telón los deseados resultados. Ya antes habíamos dicho que la fuerza de la corriente continua se dirige toda hacia la formación de un cráter y la alterna divide su fuerza en dos. De lo cual se deduce que si deseamos alcanzar, si quiera aproximadamente, con el acomodamiento A, C, los resultados que se obtienen con el de D, C, nos veremos obligados a utilizar una fuerza mayor de la corriente en amperios. Con frecuencia se oye afirmar que es imposible obtener con la corriente alterna, tan buenos resultados como con la corriente contínua. Esto no siempre es cierto, por lo que se refiere a la brillantez de proyección sobre el telón, pero será necesario usar doble número de amperios, o tal vez más, para conseguirlo. Con 80 amperios de corriente alterna pueden lograrse los mismos resultados en cuanto a brillantez, para todas las aplicaciones de luz, que usando 40 amperios de corriente contínua. Pero desde luego esto resultaría de un gasto excesivo. Aparte de la brillantez, usando corriente alterna se tropieza con una dificultad que se evita cuando se emplea la corriente contínua. (Continuará en el próximo número, que llevará la Fig. No. III.) mo PácINa 75