Cine-mundial (1916)

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Labor Fecunda ( Regreso del Representante de la UNIVERSAL—Nueve meses en la América del Sur—Vista las principales ciudades y obtiene impresiones favorables—Elogia los progresos cinematográficos de las Repúblicas vecinas. URT W. LINN, el Gerente del Departamento de Exportación de la Empresa Universal, se cuenta entre los pocos cinematografistas de Norte-Amé rica que conocen a fondo los requistos que es necesario llenar en el extranjero. Hizo sus pri meras armas mercantiles en una de las plazas europeas donde el comercio internacional ha alcanzado mayor perfeccionamiento, conoce en todas sus fases los sistemas de traficar adoptados en las principales naciones del Viejo Continente y es además un veterano de la industria cinematográfica. Perteneció a la Casa de Pathé durante siete años, ocupando cargos de responsabilidad en las sucursales de los Estados Unidos y la Gran Bretaña. Más tarde fundó aquí la Eclectic Film Company con objeto de introducir en Norte-América las grandes producciones de la cinematografía europea y obtuvo un éxito completo. Entre las obras maestras que trajo a los Estados Unidos en aquella época, se destaca “Les Miserables,” magnífica adaptación de la novela de Victor Hugo, cuya fuerza dramática se ha convertido en símbolo.. Salta a la vista, por tanto, que la Universal no podía haber escogido persona más competente para llevar su estandarte a la América Latina, donde el negocio cinematográfico en los actuales momentos exige, por parte de las casas productoras, mucho tacto y un conocimiento perfecto del ramo, tanto en lo concerniente a la parte artística como a los diversos métodos comerciales que se han ido implantando alrededor de la industria. Por eso decidí entrevistarme con el Sr. Linn tan pronto supe que había llegado a Nueva York. ‘Un hombre como éste,” pensé yo, “tan ducho en los sistemas cinematográficos reinantes en Europa y los Estados Unidos tiene a la fuerza que haber juzgado con exactitud la situación latino-americana.’ Y no me equivoqué. “Comenzaré hablándole de la campaña iniciada por la Universal,” dijo el Sr. Linn tan pronto le comuniqué mi propósito, ‘ “que va desarrollándose con bastante éxito. Mi objeto al emprender viaje a la América del Sur no era el de vender películas exclusivamente. La misión principal que hubo de confiárseme fué la de hacer un estudio concienzudo sobre el terreno de los gustos, costumbres, tradiciones e idiosincrasia, en fin, de los “públicos, así como de los procedimientos mercantiles más aceptados en las diversas Repúblicas, ya que habíamos resuelto adaptar nuestras normas a los requisitos que fuera menester llenar en aquellas plazas. Si me he penetrado de lo que necesita y exige la América Latina, como creo, ha quedado cumplida mi misión. Hasta la fecha, todos los informes que llegan de nuestros agentes vienen a confirmar mis observaciones. Con esta seguridad de no dar pasos en falso, los inagotables recursos de la Universal se encargarán de dejar satisfechos a los empresarios de ultramar.” “Durante el viaje visité las ciudades de Río Janeiro, Sao Paulo, Montevideo, Buenos Aires, Santiago, Valparaiso y Lima, regresando a Nueva York por la vía de Panamá con escala en la Habana, la simpática capital de Cuba. Establecí agencias en Buenos Aires y Lima y reorganicé nuestra sucursal de Río Janeiro, que desde aquella fecha ha extendido sus ramificaciones por Sao Paulo, Para, Pernambuco y Porto Alegre.” “Las grandes urbes de la América del Sur poseen teatros cinematográficos que están a la altura de lo mejor que existe en los Estados Unidos y Europa, y los públicos revelan un Junio, 1916 Mr. Kurt W. Linn. II) _AOOÓóá<AAAAAAAAAAAAAAkA<KKK a ————— gq q A KXKXKXKXÁXA)IO gusto refinado y entusiasmo delirante por el nuevo arte, de lo cual tenemos una prueba irrefutable en los precios de entrada que se pagan, por lo general algo más altos que en los Estados Unidos. Pude cerciorarme además—y esto reviste gran importancia—que el negocio está en manos de personas entendidas, de honradez acrisolada y que desplegan caba .llerosa cortesanía en todas las transacciones mercantiles.” “También estoy convencido de que los públicos sudame ricanos son cosmopolitas por excelencia; en materias de arte carecen de prejuicios en pro o contra; distinguen lo bueno y saben apreciarlo, sea cual fuere su procedencia; pero con la misma facilidad que aceptan una obra maestra, rechazan las producciones inferiores que toleran otros públicos menos críticos. Los directores de la Universal se han percatado bien de esta característica y todo el material que se despache a aquellas naciones representará lo más artístico de nuestra inmensa producción.” “En la Argentina, sobre todo, el negocio ha alcanzado grandes vuelos y, a mi juicio, la gran República del Sur está llamada a convertirse en centro productor dentro de poco tiempo. Los señores Martinez y Gunche, proprietarios de “Nobleza Gaucha” y “El Ultimo Tango,” cuya representación tengo en NorteAmérica, han llevado al lienzo -dos argumentos de eran intensidad dramática que están llamados a gustar en todos partes.” “En resumen: Los países de la América del Sur constituyen en la actualidad uno de los mercados cinematográficos más importantes del mundo y la ocasión no puede ser más propicia para introducir en gran escala las buenas marcas norteamericanas, que están a la altura de lo mejor que se produce en Europa.” Y aquí terminó nuestra entrevista. El Sr. Linn no sólo tiene una idea exacta de lo que exigen nuestros públicos, sino que se ha convertido en defensor acérrimo de los gustos artísticos y sistemas comerciales que rigen en la Repúblicas que visitó—actitud mental que me produjo muy grata sorpresa. Luego tuvo el acierto de permanecer nueve meses sobre el terreno, tiempo suficiente para empaparse de la situación. Muchos norteamericanos creen que pasando dos semanas en Buenos Aires, por ejemplo, ya conocen la Argentina, y regresan a los Estados Unidos con la cabeza caliente y los pies fríos, o con una serie de ideas ridículas sin fundamento alguno. El viaje del Sr. Linn está llamado a surtir efecto muy marcado en la industria; su obra ha de orientar y establecer reglas que las grandes casas productoras de este país harían bien en seguir. JORGE HERMIDA. DON JUAN SALA. Desde hace varios días se encuentra entre nosotros el estimable caballero argentino D. Juan Sala, quien tiene conexiones comerciales con los más importantes empresarios cinematográficos de Chile, Argentina, Uruguay y Brasil, y viene a esta con el propósito de efectuar grandes negocios en el ramo. Según nos manifestó a la ligera el Sr. Sala, se propone cubrir desde aquí los mercados de España y la Argentina. Esta es otra demostración evidente de la preponderancia cinematográfica que está adquiriendo la gran metrópoli norteamericana. Presentamos nuestro saludo al distinguido Sr. deseamos éxito en su labor. Sala y le PaAcináÁ 286