Cine-mundial (1916)

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Ecos del Mes DNA MAY, la célebre actriz norteamericana que tan popular se hizo en Inglaterra, ha donado cien mil dólares a la Cruz Roja de los aliados, cantidad que percibió por su trabajo en tres o cuatro películas. En estos momentos sufre un ataque de apendicitis y se asegura que no volverá a representar ante la cámara aunque salga bien de la operación. A Empresa Fox ha resuelto por lo visto mantener a las E otras compañías en constante sobresalto. No pasa semana sin que ejecute alguna incursión en los territorios artís í ticos de sus competidores, y por lo regular siempre logra capturar alguna actriz o actor de nombradía. La víctima más reciente ha sido la Empresa American, que acaba de perder a Art Accord, una de sus “estrellas” más populares en los Estados Unidos. ¡Alerta, Noriega! Más vale ser cabeza de ratón, etc. ORMA TAL MADGE,;, hasta poco una de las estrellas de la gran constelación Triangle, acaba de formar compañía independiente e ingresará en el grupo capitaneado por Selznick, que con Clara Kimball Young, Alla Nazimova, Kitty Gordon y esta última adquisición se está poniendo a primera fila entre las grandes empresas cinematográficas de los Estados Unidos. JUANITA HANSEN. Primera actriz de la Empresa Keystone Més. OSBORNE (la “Marujita Rayodesol” de la Balboa, cuyas cintas se exhiben por el mundo bajo la marca Pathé) tiene un genio endiablado, a pesar de sus cuatro años mal cumplidos. El otro día, al terminar varias escenas acuáticas, decidió que era más agradable seguir retozando en la bañadera que trabajar ante la cámara. El director Henry King apeló a todos los recursos amigables para sacarla del baño y hacer que se vistiera. Como la diplomacia no daba resultados, se la llevó sin más contemplaciones envuelta en una gran toalla. Mientras la chiquilla ejecutaba este mutis forzado pataleando y pronunciando a media lengua insultos contra King, llegó un periodista a los talleres con objeto de hablar con la primera actriz. —Ahí la tiene usted —dijo el fotógrafo señalando al director que se alejaba a toda prisa. —Hombre, ese es Mr. King, pero dónde está la señora.—En la toalla —contestó el otro impertérrito. OU TELLEGEN, el gran actor europeo que recientemente contrajo matrimonio con Geraldine Farrar, es un iconoclasta. No sólo ha resuelto abandonar el lienzo por las candilejas sino que se propone adaptar a la escena hablada varios de sus éxitos cinematográficos. MARJORY DAW. Primera actriz de la West Film Company. Diciemere, 1916 O ANS de George K. Spoor, el administrador A general de la Essanay, llegó Max Linder a Chicago el viernes 10 de Noviembre. En las oficinas de la empresa, después de las presentaciones de rúbrica, le entregaron los libros de cuatro argumentos. C UANDO Max Lindet salió del hospital pesaba 95 libras escasas. Según nos informó Mr. Petimaitre, su secretario, ya hoy anda cerca de las 135 como en sus buenos tiempos. INCENTE SERRANO daba los últimos toques a las escenas marítimas de “Un Montecristo moderno” cuando se le acercó cierto individuo de mala catadura y hercúleas proporciones. —i Necesita un testaferro?—preguntó el sujeto con voz ronca. —¿Un qué? —Un testaferro. Un actor testaferro. Yo nado, zambullo, me arrojo de un auto a toda velocidad. Soy cómico mientras toman la película, pero no cuando la exhiben. El público se figura que es el primer galán el que hace estas salvajadas, pero no es verdad. Yo soy el que las hago. El actor le informó que no se necesitaban “testaferros.” L OS directores de Pathé están aguzando el seso para en contrar nuevos modos de matar a Ralph Kellard, protagonista de “Perla del Ejército,” la nueva serie de la marca citada. En “Ravengar” Kellard perece entre los tentáculos de un pulpo que lo arrastra al fondo del mar. En la nueva serie desaparece en el gran descarrilamiento del segundo episodio. OR el detalle de los 46 baúles de ropa nuestros lectores se darán cuenta de que el simpático Max viene dispuesto a sostener en la “Ciudad del Viento” ' (Chicago) su prestigio de hombre elegante. HAPLIN acaba de | perder un buen compañero. Leo White, el “conde francés” que recibía los inúmeros puntapiés, trompadas y linternazos de fantasía, firmó contrato la semana pasada con la Fox. H. B. WARNER. Primer actor de la Empresa McClure. E NTRE William Fox, el magnate de los múltiples teatros, compañías de todos los géneros, empresas cinematográficas, números de variedades, etc., etc., y Herbert Brennon, autor-director de “La hija de los dioses,” se ha declarado una especie de “vendetta” siciliana que lleva trazas de durar más que la popularidad de la cinta. La discusión comenzó con indirectas punzantes en la prensa, hubo luego varios pleitos y culminó prohibiéndosele a Brennon la entrada en el Teatro Lírico de Nueva York, donde se exhibe el fotodrama. IRCULAN la mar de rumores sobre las futuras actividades del “Caballero Kerrigan,” nombre que le dan en España no sabemos por qué. Dícese que formará compañía propia; que dejará el cine para dedicarse un año al teatro hablado; que no abandonará los carteles de la Universal, De todo lo cual se desprende que el hermoso Jack continuara bajo el estandarte de Laemmle—mediante un aumento en sueldo. RNEST WARDE, el irascible director de la Empresa Thanhouser, dirige a su propio padre, Frederick Warde, cómico veterano también de muy malas pulgas. Aunque todo, marcha perfectamente durante los horas de trabajo, se nos asegura que el viejo Warde, en privado, se expresa a veces en términos poco edificantes sobre los métodos autocráticos del hijo. o Pácina 498