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de esa índole hecho en Italia, y el primer ensayo, seguido ya por muchos otros, ha sido todo un éxito. Es buena la interpretación de Alberto Capozzi y Elena Maskowa.
Entre las otras obras norteamericanas que mejor aceptación tuvieron, mencionaremos: "La moderna Loreley" (Hansey) por Tyrone Power y Frances Burnan; "Satcha," por Norma Talmadge; "Qué más podía hacer un hombre" (Hosley); “El príncipe solitario," por la pequeña Baskette; “Га imperatriz” (Pathé N. Y.), por Doris Kenyon; “El maestro silencioso," (Selznick) por Robert Warwick; “El instinto" (Pathé), por Rafael Duclos; “Jinetes de la noche (Bison), por Elen Sedgwick y Fred Church; *Manos arriba," por Lufas Wils
rod; “En pos de una ilusión" (Cabot Film); “La hija del mar," por Mary Miles Minter; “Flor de primavera”
(Pathé), por Pearl White; “Las aventuras del explorador Stanley” (Horsley).
En exhibición privada se presentó “La . hija de los dioses," grandioso trabajo de la Fox, protagonista la Kellerman. Es una obra de gran aparato pero no creemos que despertará aquí todo el interés que espera la empresa. Las fantasías mitológicas o simbólicas así como las reconstrucciones históricas pueden ser admiradas por nuestro público sin producir el entusiasmo que entre otros públicos.
Han ido exhibiéndose varias cintas de actualidades sobre la guerra, autorizadas por los gobiernos de la Entente, todas presenciadas con mucho interés, entre ellas “La batalla de Peronne,” “La batalla de Messines,” además de la serie de actualidades “América en la guerra.”
CARNAVAL. M OMO este año ha ido arrastrando
penosamente su fatigada persona
por las calles indiferentes, esquivando con recelo la mirada displicente que por casualidad deja caer sobre su funeraria persona el transeunte despreocupado.
El Carnaval parece haber hecho su tiempo y sólo ha cobrado animación en los corsos vecinales de Belgrano, Flores y San Martin y en los bailes de máscara que han tenido lugar en los principales teatros. Todos han sido brillantemente concurridos, conservando cada uno de ellos una fisonomía propia. Los de la Opera, siempre algo estirados, mantuvieron también este año su tradicional sello de elegante señorío. Los del popular Casino se distinguen siempre por la festividad de los concurrentes que forman “P elite du monde qui s' amuse.” Los del Coliseo son un término medio entre los de la Opera y los del Casino, más animados que los del primero, aunque bien concurridos, y menos bulliciosos que los del segundo aunque no menos divertidos. El Teatro Nacional reune el mundo del arte y sus numerosos acólitos que como sátelites no se despegan de la órbita de las grandes constelaciones. En el vetusto Politeama, el decano de los teatros porteños, ha repercutido el eco de las alegrías de varias generaciones, y es el punto de reunión habitual de las mismas personas que maduras ya, vuelven siempre con placer al lugar de sus esparcimientos juveniles. El Victoria, antaño, y el Argentino, después, recogían elementos de la calle poco deseables, cuya presencia daba lugar a desórdenes descomunales, hasta que la policía logró normalizar en gran parte, a lo menos, esos bailes.
Mayo, 1918
CINE-MUNDIAL
A medida que las diversiones van vulgarizándose y están a lo largo del año al alcance de todos, la gente, llegados los días de carnaval, no siente el vehemente deseo de distraerse, que podrían sentir los que hayan sido privados de diversiones en el transcurso del año.
Esos días de locura se comprendían en los tiempos de la Roma Imperial en la epoca del “panem et circenses” con quese acallaban las lamentaciones de la plebe, y en que se daba rienda suelta, los días de carnestolenda, a siervos, esclavos y a la hez del populacho para que en orgías desenfrenadas olvidaran los padecimientos de su vida habitual.
Desde sus orígenes las fiestas de carnaval fueron repitiéndose periódicamente, hasta nuestros tiempos, con intensidad proporcionalmente inversa al erado de libertad y de cultura de los pueblos y con tendencia a desaparecer cada año; la fuerza de la tradición le da cada vez una apariencia de vida siempre más raquítica, prodromo de cercana muerte.
Eran naturales también las fiestas carnavalescas en nuestros tiempos coloniales, cuando las familias patricias concedían plena libertad a la servidumbre de color que llenaba las calles con sus pintorescos candombes de negros gramillas, negros lumbeles, negros de la Martinica, etc. Y la algazara, soez y brutal en las calles, penetraba, como alegría purificada en las casas ancestrales, oxigenando los dormidos hogares patriarcales.
Hoy el Carnaval es un anacronismo y Momo una máscara de museo.
PERSPECTIVAS PARA LA TEMPORADA TEATRAL DE OTOÑO.
En los teatros nacionales argentinos.— Es inútil hacer crónica de la actual estación, pues casi todos los teatros están actualmente cerrados y sólo se han abierto en estos días para dar paso, en los bailes de máscaras, a las alegrías de carnestolendas.
Sigue funcionado uno que otro teatro al aire abierto, como el Teatro de Verano de los Hermanos Podestá y el Luna Park, bajo carpa, que llevan una existencia penosa, especialmente el último en que la vida de las compañías que en él se van sucediendo es precaria y efimera.
La característica con que se presenta el teatro nacional argentino en la próxima temporada, marca más bien un retroceso que un avance hacia los ideales del arte.
Brindarán en ella hospitalidad a piezas criollas unos diez teatros, y casi todos se dedicarán al género inferior de sainetes y zarzuelas en un acto, con espectáculos por secciones.
El drama de corte elevado, que culminó el año pasado con “Con las alas rotas,” de D. Emilio Berisso, que alcanzó, en el Nuevo, 200 representaciones consecutivas y que tan halagüefias esperanzas despertara en los amantes del arte verdadero, será desterrado este año de nuestros escenarios, pues el mismo Pablo Podestá, uno de sus más ardientes cultores, y protagonista de la obra mencionada, lo ha abandonado para dedicarse al género chico, a cuyo efecto se ha reunido con los actores De Rosa y Arata, que siempre lo habían cultivado.
Están de parabienes los autores veteranos y noveles, cuya fecundidad será puesta a prueba, pues en una plaza como la nuestra en que los teatros ofrecen de tres a cuatro secciones diarias (por la
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г elenco del año pasado.
noche se repite el programa diurno) y cuyos programas se van cambiando casi todos los días, salvo el caso de un éxito que merezca la continuidad en el cartel, difícil será que alguno deje de encontrar escenario para cualquiera de sus conatos escénicos. Tendremos por todas las tablas un desfile continuado de “cocoloches, tarugos, malevos, conventilleros, etc.” personajes obligatorios de esa clase de espectáculos que retrotraen el arte entre nosotros a sus primordios.
En el Teatro Nuevo funcionará Pablo Podestá con DeRosa y Arata. En el Argentino, Florencio Parravicini con los mismos elementos que constituían su En el Liceo (exModerno) la nueva combinación Salvador Rosich y Sra. Camila Quiroga. En La Comedia, la compañía Blanca Podestá y Alberto Ballerini En el Buenos Aires, Muiño-Alippi. En el Nacional, VittonePomar. En el Apolo, Roberto Casaux. En el Odeón, Pagano-Ducasse. En el Variedades, Bedalo-Andreu. En el Excelsior, José Gómez. En el Verano, los hermanos José y Antonio Podestá.
Como ya dijimos, todos estos teatros se dedicarán a presentar obras de género chico, menos el Argentino y el Apolo que seguirán representando comedias de tres actos, de las que serán ejes principales y necesarios los dos celebrados actores cómicos, y el Odeón en que la compañía Pagano-Ducasse abordará el eran repertorio italiano, traducido exprofeso al castellano. Es un loable propósito que merece ser recompensado por el favor del público; el Odeón vendrá a ser como un oasis en el desierto.
También se atribuye el actor José Gómez el propósito de substraerse a la influencia del sainete, y se asegura que en el Excelsior, el teatro del lejano Oeste, presentará dramas y comedias en tres actos. Dudamos que pueda llevar con éxito a efecto este proyecto, pues su clientela es justamente la que más afición tiene al el género populachero.
Pasando a los otros escenarios que funcionarán en la próxima temporada, anotaremos el San Martín en que actuará juntamente con el antiguo y popular actor Rogelio Juárez, la primera actriz señora Lola Membrives, que después de un breve paso por las tablas criollas, vuelve a las españolas que le dieron fama. El Marconi dará funciones de ópera bajo la dirección del Maestro Marranti. En el Coliseo y en el Politeama habrá, muy probablemente, compañías de operetas, ignorándose ай? los elencos. En el nuevo Teatro Porteño, cuyos últimos arreglos se están concluyendo apresuradamente, funcionará la Compañía de Operetas que dirige la Srta. Stefi Csillag. En el Hippodrome hará su “rentrée” el muy popular payaso Frank Brown, ídolo del mundo infantil, durante varias generaciones. Anuncia una compañía completa y llena de atracciones novísimas.
Actualmente funcionan: el Casino, con variados números de atracciones, algunos como el de Ripoli, el hombre enciclopédico, los monos y perros sabios, la trasmontana, notables; el Avenida, con la compañía española de José López Silva; el Apolo, con la compañía de variedades norteamericanas Baxter y Williard; el Marconi, con la Compañía de ópera italiana que dirige la primera tiple Sra. Clara Weiss; el Mayo, con la compañía de zarzuelas españolas de José Palmada; la Comedia, la compañía española de José Perdiguero; el Royal, con la compañía de revistas y sainetes de Bayón Herrera.
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