Cine-mundial (1918-01-01T23:23:59Z)

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CINE-MUNDIAL Cepyright 1916, by Chalmers Publishing Company Sección a cargo de F. H. RICHARDSON (Autor de el *Manual Cinematográfico" que lleva su nombre, cuya tercera edición acaba de imprimirse.) True translation filed with the Postmaster at New York, N. Y., July 30, 1918, as required by the Act of October 6th, 1917. NOMBRAMIENTO HONROSO. A recibido el Redactor de esta Sección un oficio del Secretario de la Asociación de Operadores Cinemato gráficos de la Argentina, comunicándole que ha sido nombrado Director honorario de la' Asociación, con la nota verdaderamente honrosa de que el nombramiento había merecido la aprobación por aclamación de todos los asociados. Se trata de un acto que honra y halaga al favorecido, y el redactor se siente orgulloso de haber sido honrado con tan notable distinción. A la verdad que no se esperaba que ganase tan pronto la confianza y estimación de los operadores de la Argentina. Y el hecho que comentamos pone en relieve el espiritu progresista y de compañerismo de los colegas meridionales, que saben apreciar el sincero esfuerzo en favor del mejoramiento del arte en aquellas lejanas y progresistas ciudades. El fin primordial que nos proponemos realizar en estas páginas es el de propagar los conocimientos técnicos profesionales entre los proyeccionistas de la América latina, de levantar el ramo de la reproducción cinematográfica del nivel de un mero negocio lucrativo al rango de una profesión, porque si se mira a esta industria desde el punto de vista del arte, no podrá negarse que es positivamente un arte profesional. ¡Ciencia es Potencia! Este axioma ha sido corroborado por la industria de día en día en los Estados Unidos, y acaba de ser consagrado por una orden sabia del Gobierno americano, que dispone que toda persona capaz de alguna actividad, rico o pobre, noble o plebeyo, joven o viejo, debe consagrar todas sus energías a producir alguna cosa, o en su defecto enrolarse en el ejército. En buen romance, quiere decirse con esto que toda persona residente en los Estados Unidos debe trabajar o combatir al enemigo nacional. Un aspecto mucho más positivista de este decreto nacional es el que se relaciona con la prescripción acerca de los americanos de edad militar que desempeñan puestos'o hacen labor no esencial para la guerra, a quienes se obliga a abandonar todo trabajo no esencial y ocuparse immediatamente en algün trabajo esencial, aquel en el cual su habilidad puede producir lo más, bajo pena de ser enrolado en el ejército. La suprema autoridad militar sefiala cuáles trabajos son esenciales. Con la creación de este servicio universal apareció la tendencia a declarar no esencial cuanta industria no significaba concretamente la producción de material de guerra, y fué claro para los extremistas el concepto de que la proyección de vistas animadas era una industria no esencial, alegándose como fundamento que los proyeccionistas (operadores) adquirían pleno conocimiento de su oficio en pocos días, y que esta facilidad permitía reemplazar satisfactoriamente en poco tiempo los operadores de edad militar con nuevos operadores tomados entre el elemento femenino y entre los hombres de edad avanzada. Es claro que toda esta teoría resulta absurda al ser analizada; pero no podía esperarse que los militares, contraídos exclusivamente a su digna profesión, conocieran a fondo las intimidades del arte de la proyección cinematográfica. De la discusión salió a luz el origen de tan extraña teoría. Fué un grupo de exhibidores sin escrúpulos la fuente del sofisma. Animados del innoble deseo de desbaratar toda la organización lentamente perfeccionada por los proyeccionistas para dar entrada en el arte a un personal hechura de ellos formado con elementos dóciles, ya por ser mujeres, ya por ser ancianos o inútiles, a quienes pudieran manejar a su Асоєто, 1918 (O —ÓMMMM———————————— e guisa, sofiaron con establecer un régimen barato para su propio beneficio, y no vacilaron, en su ambición, en presentar al Consejo militar de Washington la para ellos verdad inconcusa de que la proyección cinematográfica no era una industria esencial y que los operadores pueden adquirir conocimientos perfectos con una semana de estudio. También apareció una delegación de operadores de Pittsburgh, Pennsylvania (probablemente sobornados), y prestó igual testimonio, y para colmo de injuria al arte confirmó la tesis un comité ad hoc de productores de la costa del Pacífico. El Presidente de la asociación internacional de proyeccionistas iba luchando en una batalla perdida para sus representados, porque le faltaban los conocimientos técnicos necesarios para hacer frente a semejante evidencia, con tanta malicia e inteligencia acumulada en su contra. Cuando ya se daba por definitivamente perdida la campaña y se esperaba la separación de no menos de dos tercios del personal de proyeccionistas, fué llamado el Redactor de esta sección por el Presidente de la Asociación Internacional de Empleados de Teatros y Proyeccionistas de Vistas Animadas, y acudiendo a la llamada se presentó inmediatamente en Washington y convenció con razones técnicas y cientificas al Consejo Militar, en una conferencia de no más de dos horas, de la imposibilidad de "hacer en pocos días" un mediano proyeccionista, toda vez que para llegar a poseer los conocimientos necesarios se requieren estudios que no podrían hacerse ni siquiera en "algunos meses.” Demostró, además, que la separación de tan considerable nümero de proyeccionistas sería un golpe fatal para la industria, del que no habría de reponerse en muchos años. Para llevar este convencimiento al ánimo de los miembros del Consejo Militar, pusimos en forma concisa y tomando como base nuestro Manual del operador, todas aquellas cosas esenciales que debe conocer el proyeccionista. La autoridad militar, representada en este caso por el coronel Warren, mostró su deseo de proceder con estricta justicia y declaró que nuestra explicación llevaba todas las marcas de la veracidad, resolviendo en vista de nuestra prueba de evidencia que la industria proyeccionista era esencial, y como tal se la tiene definitivamente. Esta narración os demostrará, pues, que CIENCIA ES POTENCIA. A no haber tenido el Redactor de esta sección todos los conocimientos profesionales en las yemas de los dedos, habrían sido millares de proyeccionistas los que se habrían visto forzados a abandonar este campo de actividad para dedicarse a otras labores; y la industria estaría postrada aún por consecuencia de tan tremendo golpe. ¡Figurémonos por un momento las hermosisimas producciones modernas en manos y a merced de un ejército improvisado de mujeres y ancianos hechos proyeccionistas con "unos pocos días de enseñanza” . . .! Poco antes de que fuera a consumarse el atentado fué llamado el Redactor de esta sección con otras personas entendidas en el arte, para una consulta con la Asociación Nacional de la Industria Cinematográfica, con el fin de establecer una escuela inmensa sostenida por un capital enorme y dedicada a graduar proyeccionistas al por mayor, o a granel, por decirlo así, previniendo en esta forma el daño que amenazaba la deserción en vasta escala que iba a causar la clasificación de no esencial aplicada a nuestra industria. Prontamente informamos a la junta que nos ancionariamos absolutamente ningün paso en tal sentido, a menos que fueran llamados en consulta los directores de la Asociación Internacional de Empleados de Teatros y de Operadores Página 486