Cine-mundial (1918-01-01T23:23:59Z)

Noviemere, 1918 <> €, 0.B421455c AAA ECT T LAUR 00 D eA REVISTA MENSUAL ILUSTRADA ÓRGANO DE LA INDUSTRIA CINEMATOGRÁF ICA | EDICIÓN ESPANOLA DEL MOVING PICTURE WORLD. Y ЈА TOMO III, No. 11. AINT of the President, NOVIEMBRE, 1918. Published and distributed under permit (No. 637) authorized by the Act of October 6, 1917, on file at the Post Office of New York, N. Y. By order . S. Burleson, Postmaster General. MOTAS A epidemia que los médicos, o la prensa, o quien 3. sabe quien, ha dado en llamar de "Influenza Espafiola" afecta gravemente en estos momentos el negocio cinematográfico en los Estados Unidos. Como parece que una de-las causas del contagio es la aglomeración de püblico en locales cerrados, las autoridades ordenan a diario la clausura de círculos, casinos, escuelas, iglesias y espectáculos, y se calcula que en la actualidad no quedan abiertos arriba de un 3096 de los veinte mil y pico de cines existentes en el país. En junta recientemente celebrada, los productores y alquiladores resolvieron no estrenar pelicula alguna en Norte América por espacio de cuatro semanas, y el lector del ramo puede imaginarse lo que semejante medida representa. No obstante, el comercio de exportación no se ha resentido ni hay motivos para que se resienta en lo más mínimo, y tenemos, como esperanza, la opinión de los facultativos de que la enfermedad no perdura con caracteres epidémicos arriba de mes y medio. ж ж ж N opinión de algunos empresarios que en los Estados Unidos están considerados como autoridades en cuanto se refiere a las aficiones del püblico y al progreso del negocio de espectáculos, se acerca la era de los fotodramas especiales. Segün estos peritos, dentro de dos o tres años el sistema de programas que hoy conocemos habrá desaparecido por completo y en su lugar tendremos las producciones de pequeñas compañías independientes, con elencos capitaneados por artistas notables, cuyos estrenos no pasaran de cuatro a seis por año. HE ISCUTESE en Nueva York con insistencia la 3B cuestión de créditos y la conveniencia o necesidad de contratar sobre bases menos severas con los importadores de ultramar. Debido a la guerra, y a la imposibilidad de obtener en Europa buen material en cantidades suficientes, los exportadores Ly han venido exigiendo la liquidación de todos los contratos por adelantado en esta plaza. Este sistema tiene por fuerza que desaparecer tan pronto cesen las hostilidades y se reestablezca la competencia con otras naciones productoras. Los exportadores neoyorquinos, que hoy conocen como ningunos otros el pulso de los mercados internacionales, se aprestan ya para ofrecer, tan pronto las circunstancias lo permitan, calidad, cantidad y todas las facilidades de pago necesarias. IEMPO hubo, y no hace mucho aíios, en que la marca “Nordisk” era la predilecta indiscutible de todos los paises en que se habla espafiol y portugués. En Norte América, y en muchas naciones de Europa, también estuvo de moda y sus éxitos fueron repetidos y sensacionales. Revísense las páginas de esta revista dedicadas a corresponsales, o las de nuestra edición inglesa, y a duras penas se encontrará mención alguna de la antigua productora escandinava. Su desaparición casi absoluta de los grandes mercados internacionales es otra prueba de la frivolidad del püblico y del fracaso en reserva para cuanta empresa se aferra a la creencia de haber alcanzado la perfección en su labor. Go omo m A opinión, los gustos, los modales, aun la moral Y pública, han de experimentar un cambio radical en este país tan luego ingresen de nuevo en la vida civil los dos millones de norteamericanos que hoy se baten en la heroica Francia. Luchando, sangrando, padeciendo y conquistando al lado de hombres de todas las nacionalidades y colores, cómo es posible retener los antiguos prejuicios, provin “cialismos y teorías ignaras de superioridad! ¿Les parecerán las cintas de manufactura francesa, italiana o inglesa tan exóticas como antes del conflicto? ¿Qué efecto surtirá en ellos las peregrinas versiones de la vida europea que hoy nos presentan los talleres de Los Angeles. o PÁcina 703