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CINE-MUNDIAL
Zena Keefe, Estrella de Selznick,
Coquetea con las Reliquias del Museo
ENA KEEFE tenia una mafiana disponible, lo cual es un acontecimiento extraordinario en los anales de la cinematografia, ya que las actrices es sabido que no tienen tiempo mas que para trabajar y para recibir
entrevistadores que las van a dar la:lata y a hacer preguntas capciosas.
Y Zena, en vez de ir a tomar té con alguna amiga o de ascender el Woolworth a contemplar el paisaje de Nueva York desde aquellas alturas, se lanzó al Museo que, precisamente por estar en el centro de la metrópoli, es un misterio impenetrable para todos los que aquí vivimos y no lo visitan más que los forasteros y las gentes que vienen de allende los mares.
Esto prueba que Zena es, no diremos excéntrica, pero sí original. De modo que habrá que felicitar a la casa “Selznick” por tenerla entre sus estrellas favoritas.
Pero como no puede una actriz dar un paso sin que la siga algún repórter acompañado del inevitable fotógrafo, por un lado puso las plantas la señorita Keefe en las salas del Museo y por el otro empezó el amigo de la cámara a hacer funcionar el objetivo. Y el resultado son las escenas que acompañan a estos renglones.
La visita fué de carácter antidiluviano. Los esqueletos de los grandes monstruos que precedieron a Noé y al Arca y a “los dos animales de cada especie”” de que nos habla la biblia, deben haberse sentido de lo más orgullosos cuando la artista ciñó las vetustas costillas con el cinturón de seda de sus brazos.
El gigante de ébano sin duda que estaba a punto de dejar caer el dardo de hierro al sentir el dardo de oro de la mirada de Zena.
Y los simios, que son como las ilustraciones vivas del “Origen de las Especies”, adquieren grotesca seriedad al lado de esa bella mujer que los contempla y los estudia.
Enero, 1921 < : i > ee 19