Cine-mundial (1921)

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CINE-MUNDIAL Cronica de Puerto Rico Febrero ha sido un gran prometedor de notables estrenos: “Viva la Francia”, por Dorothy Dalton; “Ambiciones Mundanas”, por Do rothy Phillips; María Walcamp en la serie “La Red del Dragón”; Mitchell Lewis en “El Signo Invisible” — Las hermanas Talmadge — Las orquestas de Cine — En “Rialto”. OS buenos amigos y constantes tributa rios del cine, los atentos al progreso que se. viene visiblemente señalando en el arte, encendieron sus entusiasmos nuevamente, en la gran cinta “Detrás de la puerta”, obra fuerte, de una inusitada energía y trabazón dramática, estrenada en los últimos días del mes de enero. Denotamos esto, que, como se ve, se retrotrae al mes pasado, porque aún vibra el ánimo de cuantos contemplaron esa formidable obra, en donde juegan las más vivas pasiones y los episodios más perfectos deslíen, a placer, emociones caudales de precisión y propiedad y verismo pocas veces alcanzados por los ingeniosos creadores. Esa película, en vez de llevar ese título anodino y pueril de “Detrás de la puerta”, debería llamarse “Poema heroico”, de vida, de fuerza y de imponderable trascendencia cinematográfica. Pocas veces una obra de esas consigue aunar todas las cualidades exigidas para el éxito que hoy puede con firmeza y razón proclamarse. Apenas hay en la infinita producción cinematográfica, costosa como es, y exquisita, y hasta justamente eloricada, en el cine, media docena de obras de la unidad, emoción de verosimilitud, situación y plan emocional progresivo y sin 'aídas fatales, que pueda sobrepujar los alquitarados valores de esa cinta, en esos respectos. Efectivamente que esas y las subsiguientes, en “Viva la France”, y en “La Sirena Encantada” y “Ambiciones Mundanas”, exhibidas durante el mes, en los prncipales teatros de esta ciudad, y ya en turno para la isla, han exaltado la encendida pasión por los espectáculos y, acaso, atraído nuevos amateurs a la contemplación, es cierto, de tanto absurdo como por lo general pasa, burla burlando, por los admirables y dominantes prestigios de la pantalla, aunque también para “gozar con ejemplares como esos. que, aparte la natural atracción que como cosa de arte se siente en los motivos brillantemente desarrollados a veces, las múltiples facetas de la disposición teatral y la sabia (Viene de la página anterior) de afirmarse que la producción alemana nada gana con este incidente. Toda la prensa del ramo ha dado cuenta del fallecimiento de Marc Gerard, un buen artista cinematográfico, aunque humilde. Sus creaciones en la pantalla fueron muchas y su más reciente, la del “Abate Faria” en la serie Monte-Cristo, está actualmente reprisándose aquí, como un postrer homenaje al artista desaparecido. Leo en una revista, que durante el año 1920 las apuestas efectuadas en las carreras de caballos, ascendieron a la bonita suma de mil cuatrocientos millones de francos. De esta suma el Estado francés ha percibido sólo un 11%. En cambio, el cinematógrafo llega a pagar hasta un 37% y, como dice justamente el que da la noticia, el cine no es tan inmoral como las carreras. * Xx * La Comisión del “Viejo París”, durante una de sus últimas reuniones, ha reclamado la creación de un museo cinematográfico, en el cual serían guardados todos los films ya editados, relacionados con la historia de París. Dicha Comisión prevé un gasto de 225 mil francos para la creación de esta “Cinematheque”. J. Grau-R. ABRIL, 1921 < ción del arte. Por (De nuestro corresponsal) y lujosa ornamentación; lo romántico de las escenas, donde se fingen a maravilla poses de la más encantadora espiritualidad en los coloquios e idilios del corazón, hasta los parajes de recreación y de molicies amorosas, aparte eso, que no hay que dudar prende deleites y goces carísimos, se ofrece al entendimiento también, absorto, lo fantástico del costo de muchas de esas obras (como “La Sirena encantada” y “Ambiciones Mundanas”), que exigen del público una mayor reflexión par estimar lo que hasta ahora viene produciéndose en este siglo con el enorme auge del arte mudo, por muchos estimado todavía como un insulso y pueril pasatiempo. “Ambiciones Mundanas” es una feliz creaLa moral, y el ejemplo, y la enseñanza que buscan los sectarios de todos esos tópicos equívocos, en ella se enseñorean deliciosamente, además de representar un enorme esfuerzo de capital invertido en ella. Se puede asegurar que una silla para verla vale $5.00, de sobra compensados con el deleite que produce. ¡Cuántos no lloraron de confortadora emoción con el final, formidable epifonema, que tiene una influencia social más decisiva que todos los panegíricos de los idealistas cristianos y societarios en uso y abuso...! ¡Cuántos estremecimientos de contrición sincera habrá producido en las conciencias extraviadas que han logrado conocerla!... A R Pero es que “La Ganzúa del Diablo” también ha zarandeado al buen gusto de los espectadores. El actor alemán Eric Von Stroheim puede envanecerse de haber ofrecido, admirable y bellamente, una poderosa expresión de la vida elegante parisién, del mismo modo que ha sabido ser un genial comprensor de las mejores actitudes dirigidas a triunfar en el arte plástico. En primer lugar, el ambiente y los personajes múltiples que desenvuelven esa fragante creación, dan una movida variedad al asunto y a sus efectos, que es muy probable en ninguna pueda alcanzar la fortuna que en ella alcanza. París con sus lacerias y con sus invencibles señuelos de grandeza y de aristocracia, viciosos y ociosos más que otra cosa, deja sentirse en la expresión de unas cuantas escenas, de los caracteres, sitios, preocupaciones y demás circunstancias del argumento que se desarrorlla en los siete actos de esa cinta irreprochable. Y estemos en eso de los títulos. El poco acierto demostrado para expresar con ellos el carácter de las pelícuas, es por demás repetido. Parece que no es el autor quien titula su obra, sino un mozo de mulas, o un lleva cartapacios, quien parece lo substituye en eso como en una cosa baladí. Con frecuencia el título de una película despierta indiferencia y hasta negación a irla a ver, a quien, a tener otro título más expresivo, más decidor o revelador, iría de buen grado a contemplarla. Esto es corriente. Hay verdaderos poemas, obras de selección imponderables, por el arte, o la montura, o la luz, la factura y la belleza del asunto, que los han titulado tan fatal y tan inconsultamente, que han despertado francas antipatías y alejado muchas veces al público de las exhibiciones. Esa misma gran obra “La Ganzúa del Diablo”, no revela, en lo más mínimo, la delicadeza, opulencia y valer del asunto y sus luminosos pormenores. Porque “ganzúa” es cosa de ladrones, como puede comprenderse. Se ha forzado deplorablemente el sentido figurado o translaticio de su significación para el intento de expresar la tentación del lujo y sus sórdidas consecuencias, alejando por completo la intrínseca cualidad de sus méritos innegables. De lo que ha resultado, que personas conocedoras de la jerga de esos títulos y llevadas de lo que por lo regular dicen, preguntaron, desconfiados, si se trataba de una serie, asunto de truhanes y descerrradores armados de facas y black jack. Y tenían razón, desde luego. No es para menos. Ao a Oe Merece un capítulo formal, de amena información, la influencia inusitada que viene adquiriendo la comedia cinematográfica en el desempeño de ella, por Constance Talmadge. Desde hace lo menos seis meses, en verdad, el programa presentado con una de esas agiles y entretenidas obras en que ella es protagonista, despierta una insinuante y confortadora alegría. Parece que esas.dos hermanas, admirables intuitivas, e ao desde sus primeros devaneos artísticos, dominar el arte mudo en una peculiaridad especial y a tono con el temperamento, y sus gustos, y predilecciones, cada una. Así digo, porque Norma se distingue, de la misma manera, en el drama pasional, en los motivos para la teatralidad seria, donde los más caudales emotivismos prenden el conjuro de sus interpretaciones magistrales. La hermosa cinta donde la modelo salva una vida con su amor en pietismo y en santidad fecundas, divino, no será superada ni igualada quizás por ninguna de las famosas y eminentes trágicas del siglo y del gran arte europeo, sabias en actitudes, en psicologías y en gestos impeca bles, ya se llamen, o la bellísima Madame Fábregues o la gentilísima Bertini, o la inquietante Pola Negri. Y Norma, que ríe con risa siempre cascabelera, rica de los ojos más que de su boca que no es sino una invencible conversadora, Norma es como una alada primavera de alegría fragante, en esa multitud de frágiles comedias, muchas de ellas originales, y en las que su argumentista, con tino plausible, logra infundir el alma saltarina y picaresca de esa muchacha, flor de ingenio adorable, de gracia sugestiva. Debe notarse, naturalmente, que todo el feliz encantamiento no lo regala la estrella: que el feliz creador es el primero en la gran gloria de conseguir la admiración de los públicos castellanos, sin el sentido de lo cómico del público norteamericano e inglés, que tienen, virtualmente, distinta percepción y gustos en ese aspecto inteligente del arte. Que muy pocos de nosotros sabemos reír la gracia sajona... Sp ge Se El cine “Tres Banderas” sigue presentando grandes novedades. Portell y Garcia, dos empresarios que dominan el negocio, parece que trabajan por la mayor multiplicidad de programas. Son los que estrenan la obra alemana, que se viene abriendo paso poco a poco. El “Rialto” conserva sus contornos firmes de selecto, y el que estrena la pelicula americana; lo mejor, lo extraordinario. El “América”, resuelto a predominar, sosteniendo excelentes cuadros de variedades, de tal manera, que pronto se conocerá por teatro de vaudeville, lleno de amenidades continuas. “Norma” (el más fresco de Santurce y uno de los más cómodos), sostenido por el señor López, con su público asiduo y espléndido. El “Luna”, en privanza, gracias al tesón, simpatía y laboriosidad de los hermanos Vallecillo, que velan por el auge del arte y del negocio. Arecibo con su gran Teatro (Continúa en la página 304) > PÁGINA 286