Cine-mundial (1921)

Record Details:

Something wrong or inaccurate about this page? Let us Know!

Thanks for helping us continually improve the quality of the Lantern search engine for all of our users! We have millions of scanned pages, so user reports are incredibly helpful for us to identify places where we can improve and update the metadata.

Please describe the issue below, and click "Submit" to send your comments to our team! If you'd prefer, you can also send us an email to mhdl@commarts.wisc.edu with your comments.




We use Optical Character Recognition (OCR) during our scanning and processing workflow to make the content of each page searchable. You can view the automatically generated text below as well as copy and paste individual pieces of text to quote in your own work.

Text recognition is never 100% accurate. Many parts of the scanned page may not be reflected in the OCR text output, including: images, page layout, certain fonts or handwriting.

diez años, no hay duda que sucumbiriamos de tedio. Y el recluso que sirve una condena de por vida no debe sufrir tanto ante la pérdida de su libertad como con la monotonía desesperante del futuro, grabado en letras inmóviles sobre los muros de su celda. Por eso es romántico Nueva York, como todo lo prosaico de su fama y lo vulgar de sus muchedumbres. Porque al traspasar el dintel a la puerta de nuestras casas cada día, no tenemos la más remota idea de lo que aquel día puede traer. Y la imaginación sigue alerta, activa, lista a recibir en cada instante cualquiera de los nimios eventos que cambian el curso de una vida en unas cuantas horas. ER Miss Edna Wheaton vivía hace tres años en Itaca, población de escasa importancia del Estado de Nueva York. Poseía diez y ocho primaveras, una gran belleza y una imaginación romántica. Con estas tres cualidades — que poseen millares de millares de jóvenes en todas partes del planeta — Miss Wheaton se aburría soberanamente en Itaca. Y se vino a Nueva York. Suelta la fantasía, y alerta el sentido práctico, se entregó de lleno al estudio de música. Es Una casa productora de films, la Famous Players-Larky Corporation, que edita las cintas “Paramount” de reputación mundial, concibió un gran plan de publicidad para una de sus películas extraordinarias. “Experience” es el título que le han dado en inglés, no sé por qué, y para caracterizar la figura. alegórica de “Belleza” en el argumento, la casa queria descubrir una beldad anónima, ingenua, fresca, para ofrendar al público. Pero, ¿cómo llevar a efecto esta pesquisa con el mayor ruido posible? La casa entró entonces en arreglos con dos diarios de gran popularidad en los Estados Unidos, el “Daily News” de Nueva York, con una circulación de más de medio millón de ejemplares, y el “Detroit News”, de Detroit, que tira cerca de trescientos mil, y se lanzó a un concurso que duró tres semanas y en el cual se invitaba a todas las bellezas ocultas a que enviasen su retrato, prometiendo a la que obtuviese el triunfo un contrato para tomar la parte de “Belleza” en el film proyectado. Las profesionales quedaron excluídas, y ningún requisito se exigía de las concursantes más que el de ser extraordinariamente bellas. Más de seis mil aspirantes tomaron parte en Nueva York, y más de cinco mil en Michigan, y después de un cuidadoso examen el Jurado declaró vencedoras a Miss Edna Wheaton en Nueva York y a Miss Juliette Henkel en Detroit. Miss Henkel pertenece a una de las familias aristocráticas de Michigan, cuenta diez y siete años y entró al concurso “de pura broma”. Cuando George Fitzmaurice, director artístico de la “Paramount”, quiso hacer la selección entre las dos bellezas, se quedó indeciso y meditabundo. Durante todo el curso de una semana trató de decidirse, ya por la una, ya por la otra. Pero aquéllo era imposible. Y como buen francés, que sabe aprovechar las oportunidades cuando llegan, se quedó con ambas y encargó a la una el papel de “Belleza” y a la otra el papel de “Hechizo”. De suerte que estas dos jovencitas ingenuas que ayer nada más se movían dentro de la oscuridad de su estrecho círculo, sin nombre, sin popularidad, sin admiradores, se ven hoy, repentinamente, envueltas en el ropaje flamante de Fama y Fortuna, diosas esquivas ante cuyos altares viven y mueren y se sacrifican los humanos. CINE-MUNDIAL ¿No hay en esto una gran suma de romanticismo? Las dos beldades cuyo triunfo les ha abierto la puerta hacia la gloria, verán mañana sus nombres en signos luminosos sobre los teatros de Broadway. Tendrán admiradores a granel, joyas, coches de lujo, suntuosos trajes a su disposición. Esto es romántico. El “Daily News” y el “Detroit News” ganaron en pública simpatía y en circulación algo difícil de traducir en dólares, y la “Famous Players-Lasky Corporation” obtuvo una publicidad de tales proporciones que su película “Experience”, cuando se estrene, hinchará, hasta reventar, las taquillas de los teatros. Esto también es muy romántico... Y así, la gran metrópoli del oro sigue su turbulenta existencia, un brazo agarrado a la fantasía, otro a la realidad; aquélla flotando entre el esplendor lumínico de Broadway, ésta en bulliciosa actividad por entre los pasadizos de la Bolsa, ambas en rara armonía, satisfechas, alegres... ¡Qué país más romántico! IEA Em RAIO A) que me ban Confesiones íntimas de Leoncio Fadrique Yanez y Torremadura Escritor, literato y entrevistador No. 3 — EVANGELINA “El Debut”, esa revista social que tienen sobre su escritorio todos los privilegiados, es decir, los que, por pertenecer a los “Trescientos” cuentan con permiso para subscribirse a ella, me persuadió para que escribiera una serie de articulos respecto a quienes son las diez mujeres más amables del cine y cual es la más hermosa de todas. Mucho me resisti a aceptar esta tarea, porque sabia que iba a provocar una serie de entrevistas que interrumpirian las horas que dedico a jugar “croquet” y porque implicaria el estudio detenido de tipos de belleza femenina, con detrimento de mi ecuanimidad de espiritu; absorto a la sazón en la labor de completar mi colección de escarabajos. “El Debut” habia anunciado mis artículos con decoroso orgullo y publicado mi retrato—el más popular de todos y el que sin duda ustedes conocen—que fué tomado en la fiesta bucólica de Madame de Rochembaud-Pirazoun, donde sali en traje de arquero normando. Apenas habían pasado tres dias desde la aparición del anuncio, cuando al entrar en mi carruaje con el propósito de hacer mi paseo matinal, encontré sobre los cojines del asiento un exquisito escarabajo del Alto Nilo, ejemplar que hace tiempo aspiraba yo poseer. Este escarabajo habia sido convertido en un pequeño relicario—obra maestra de orfebreria. Lo abri y en el interior hallé una miniatura... que era el retrato de Evangelina. No necesito hacer memoria aqui de Evangelina. E mundo entero la conoce y la aplaude en esas interpretaciones de la pantalla en las que tiene el prodigioso talento de aparecer con el aspecto externo de una violeta que esconde el espiritu fulgurante de una pasionaria. Mayo, 1921 < Al dia siguiente, entre mi correspondencia vespertinas hallé un perfumado billete. El aroma era mi favorito; “Mille Fleurs de Dodu”. Las demás cartas habían sido abiertas por mi secretario. Esta estaba INTONSA. Sólo su perfume me impidió que la arrojase al cesto sín abrirla. La abri. Contenia una oblea de marfil en la que estaba curiosamente grabado un retrato de... Evangelina. Mas tarde averigue que mi ayuda de cámara filipino era quien habia sido sobornado por la estrategía de la dama en cuestión. La persecución continuó. Fuí a pasar una semana a mi pabellón de Adirondacks. Al abrir la puerta del pabellón, noté que alguien había entrado ahí antes que yo. Sobre la chimenea habia un jarrón de porcelana lleno hasta los bordes con capullos de mi flor favorita—que es de cierta enredadera silvestre llamada simunusum maniliradibus—y sobre el roble severo del hogar se erguia un retrato de,.. Evangelina. Pocos dias después, trasladé mis lares y penates a una hostería de La Sierra Azul de Virginia. Entre tanto, mis artículos aparecian en “El Debut” y faltaba sólo el último capitulo. Estaba yo a punto de decir quien era la mujer mas hermosa del cine. En este momento álgido y crítico, Evangelina, en carne y hueso, me vino a ver. Estaba yo en el último piso del Hotel, en reclusión absoluta. Mis alimentos mismos subian por un pequeño ascensor particular. Pasaba mi tiempo en el jardin hecho sobre la azotea. Y, un jueves, al caer el sol, cuando penetré en mi aposento, alli, en mi propia chaise-longe, apoyada en mi propia mesa estaba... ¡Evangelina! Cuando Homero arrancó a su lira el elogio de Helena, no habia conocido a Evangelina. Cuando Longfellow cantó a la otra Evangelina que paseó sus dolores por la Acadia y a través de los pinos de la selva primitiva, no conocia a la Evangelina que me conoció a mi. — El encontrarle a usted me causa la misma emoción que debe haber sentido Peary cuando encontró el polo— dijome sin dar tiempo a que le preguntase como habia llegado hasta alli. Comprendi que era inútil protestar. Pero, sin embargo, me mantuve reservado. Acercandome a la ventana, barri con los ojos el horizonte hecho de cumbres y pensé si, alguna vez, una montaña habria asumido la responsabilidad de decir cual era la nube más hermosa que hubiera pasado, rasgándose, por su cima... Evangelina vino a ponerse a mi lado. Una mirada a sus ojos profundos y tuve que volver de nuevo la vista hacia la serranía. Y pensé en los montes y en las nubes, en mi y en las estrellas de cine. Y, entonces, el valle pareció envolverse en la túnica rosada del crepúsculo, y cualquiera hubiese dicho que la cumbre daba un beso a la nube, fúsil farlatana ,. Una semana más tarde anuncié quien era la mujer más hermosa del cine. Al dia siguiente, en el bolsillo de mi gabán de astrakan, encontré el último escarabajo del Alto Nilo que faltaba a mi colección. Por la copia; SHAMROCK XX. > PÁGINA 330