Cine-mundial (1921)

Record Details:

Something wrong or inaccurate about this page? Let us Know!

Thanks for helping us continually improve the quality of the Lantern search engine for all of our users! We have millions of scanned pages, so user reports are incredibly helpful for us to identify places where we can improve and update the metadata.

Please describe the issue below, and click "Submit" to send your comments to our team! If you'd prefer, you can also send us an email to mhdl@commarts.wisc.edu with your comments.




We use Optical Character Recognition (OCR) during our scanning and processing workflow to make the content of each page searchable. You can view the automatically generated text below as well as copy and paste individual pieces of text to quote in your own work.

Text recognition is never 100% accurate. Many parts of the scanned page may not be reflected in the OCR text output, including: images, page layout, certain fonts or handwriting.

CINE-MUNDIAL Gilda y el entrevistador en el parque de Chapultepec. No citaremos el nombre de la revista que la artista lleva en las manos. Gilda Chavarri Habla de sus Aspiraciones RAN las nueve y media cuando llegué a los estudios de “La Cinema”. Se me avisó que Gilda Chavarri había salido a tomar unos exteriores a Chapultepec, el delicioso bosque, donde permaneceria toda la mañana. Mi intención era ganar tiempo y resuelto como estaba ya respondí al gerente: Pues no hay otro remedio, iré en seguida a Chapultepec a entrevistar a Gilda; a más que me resulta interesante, es cosa que no voy a dejar para mañana. Tomé los datos y las señas y salí disparado a coger un coche, y con toda velocidad y atravesando la Reforma, me trasladé al bosque, donde la compañía estaba actuando en algunas escenas. Busqué, y a lo lejos, a la izquierda del Castillo, distinguí un grupo que me dió a com YE YE, Mayo, 1921 < Por ADOLFO QUEZADA, Jr. prender lo que hacia. Me acerqué al director de escena y al fotógrafo. Los actores estaban al frente. Gilda no aparecía por ninguna parte. Una entrevista al agua — pensé. — Gilda terminó su trabajo y se ha marchado: esta vez me lucí. Cuando el director me notó y me saludó, le pregunté compungido por la señorita Chavarri. —Debe estar a poca distancia de aquí; probablemente en el lago; se pasea mientras tomamos unas escenas en que ella no aparece. El cielo me abrió sus puertas; di las gracias y me dirigí al lago, que, en efecto, estaba a corta distancia. El sol caía casi perpendicularmente y hacía un calorcillo como de baño turco. En las cristalinas aguas del lago paseaba una que otra barquilla. El her Lila, eo Ultimo retrato de Gilda Chavarri moso surtidor del centro se alzaba majestuosamente. Me acerqué y sorprendi a la estrella arrojando pastelillos a los cisnes, que tan magnifica vista daban al paisaje. Un hermoso auto esperaba a distancia. Gilda no me ob servo; llegué a ella y la saludé preguntándola: ` i —¿No es interrumpirla? Ando precisa mente en estos parajes por usted. —Nada de eso, tengo mucho gusto en que haya venido; pero, ¿cómo hizo usted para encontrarme? Fué muy fácil, pues recibí señas exactas. ¿Qué le parece si charlásemos un rato para CINE-MUNDIAL? —No está mal un sitio como éste para una entrevista. ¿Se ha fijado usted qué paisaje tan pintoresco? Es mi sitio predilecto. —En efecto, es hermosísimo; lástima que Febo no permita prolongar contemplaciones a esta hora. Gilda y yo caminamos en dirección de su coche, donde nos hicimos sombra. Gilda me dice: — El sol es necesario en nuestro trabajo, pero a veces es tan rudo con nosotros... —¿Qué le parecería si habláramos algo de su carrera artística y de sus impresiones de “estrella”? —Me parecería bien; pero eso de “estrella”, creo que lo soy, pero de cartón; no he hecho lo bastante todavía para merecer el título de verdad — Gilda sonríe modestamente. —Nada de eso, Gilda, ya se sabe que usted se lleva un buen trecho de popularidad.. Y dígame, ¿se va usted a dedicar en definitiva al cine? —Desde luego que sí, el cine es mi mayor ilusión y pienso no dejarlo. —Pero puede haber algún suceso importante que la haga abandonarlo. Gilda me comprendió y repuso: —Hasta el momento no he pensado en casarme; en mi corazón sólo vive el arte; sería difícil que yo cambiara de ideas... (Continúa en la página 379) > PÁGINA 348