Cine-mundial (1921)

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CINE-MUNDIAL La Factura de Argumentos Cinematográficos Por A. VAN BUREN POWEL autor de la obra “Los Resúmenes de Argumentos Cinematográficos” y de “Belinda se Peina de Alto”, “Cuidado con la Pintura i “Sally está de Prisa”, “ Babette” y otros argumentos de películas, tanto originales como adaptados, XII Preparacion y presentacion de los argumentos NA vez que, habiendo estudiado lo mejor posible todas las películas que hayamos visto y leído cuidadosamen te tantos argumentos como hayan llegado a nuestras manos, estemos seguros de que poseemos un tema distinto de los demás y cuando hayamos desarrollado ese tema en la forma más perfecta que a nuestro alcance esté, nos hallaremos en disposición de presentarlo a una casa productora. Los argumentos de cine deben ir siempre escritos a máquina y sólo en una carilla de papel. Si los temas están destinados a casas productoras de los Estados Unidos, es preciso que vengan redactados en inglés. Si no seguimos estas dos reglas al pie de la letra, como si no hubiéramos hecho nada, porque nadie leerá nuestro argumento, sean Cuales fueren sus méritos. No hay manera de registrar en los Estados Unidos la propiedad literaria de un argumento cinematográfico. La ley de Registro de los Estados Unidos no reconoce el argumento de cine como una forma especial de literatura y exige de dicho argumento los mismos requisitos que de una novela, un libro o un artículo. En otras palabras, el argumento de cine no puede ser registrado, a no ser que sea llevado a la pantalla, es decir, producido por una casa manufacturera de películas, o que sea impreso, publicado y puesto a la venta entre el público. Ni una ni otra cosa es factible para un escritor de argumentos de cine. Pocos (o ninguno) hay que estén en condiciones de producir sus propios argumentos, ni de imprimirlos y publicarlos en forma de libro o folleto. En consecuencia, es imposible proteger la propiedad literaria de un argumento de cine en los Estados Unidos. No es, sin embargo, probable, que nuestros argumentos sean robados o usados gratuitamente por una Casa norteamericana bien reputada. La fama de estas casas está muy bien sentada y es raro que un argumento de cine sea robado o plagiado. Por lo general, cuando tales cosas ocurren, es por accidente, o por culpa de algún empleado poco honorable. Y, siempre, en esos casos, el productor está dispuesto a indemnizar al despojado, sobre todo si éste comprueba que el argumento fué entregado al taller antes de que la película se hiciera. No hay más que una forma para presentar argumentos de cine a las casas productoras de películas de los Estados Unidos. Y esa forma es la siguiente. Nuestro argumento debe ser puesto en un sobre lo suficientemente grande para contener el manuscrito y otro sobre en el que estén nuestro nombre y nuestra dirección, a fin de que nos sea devuelto, en caso de no aceptarse. Este sobre debe tener pegados los sellos americanos suficientes para el franqueo postal. Sellos de otros países son inútiles, porque la ley postal exige que sólo los de los Estados Unidos sirvan para el franqueo doméstico. En países extranjeros, los sellos de los Estados Unidos Junio, 1921 < que han sido presentados con éxito en la pantalla. N. de la R.— Este es el último artículo del señor Van Buren Powell. El mes entrante dará los datos complementarios que aquí ofrece y con ellos terminará la serie que ofrecimos a nuestros lectores de escritos relativos a la redacción de argumentos. En la ignorancia del interés que esta sección tenga para el público que lee CINE-MUNDIAL, rogamos a nuestros amigos que nos digan si les parece que mantengamos abierto el “departamento” o si basta con los datos que hasta ahora han sido publicados. Y) son fáciles de obtener en las oficinas del Cónsul norteamericano. Por lo general, el editor de argumentos de cine necesita unas dos semanas para leer y estudiar un manuscrito, a contar de la fecha en que lo recibe, a causa de la gran cantidad de correspondencia que a cada “Studio” llega diariamente. Si considera que nuestro argumento vale la pena, el editor lo entrega al Director, el cual, a su vez, necesita tiempo y calma para leer y darse cuenta del tema y para discutirlo con la estrella que ha de interpretar el papel principal. Además, el argumento debe ser tomado en consideración y autorizado por el propietario de la casa productora o por su representante. Por estas razones, no debemos impacientarnos ni apresurarnos a exigir la devolución del manuscrito, a menos que haya transcurrido demasiado tiempo sin que nos den noticias de él. Hay que contar los días que razonablemente puede tardar en llegar la correspondencia, añadir dos o tres semanas más para la lectura y discusión del argumento y, si al cabo de seis semanas, pongamos por caso, no recibimos ni contestación ni devolución, estará bien que enviemos una carta, cortés y en inglés, al editor de argumentos, preguntándole si ha recibido el manuscrito y diciéndole en qué fecha se lo enviamos. No hay que olvidar que el editor de argumentos es persona ocupadísima y que puede interpretar mal nuestra ansiedad por el-argumento enviado, a menos que nuestras letras sean hechas con mesura y tacto. A pesar de lo que se diga por ahí, el editor de argumentos de una buena casa productora tiene tantos deseos de encontrar un buen tema para las películas como el autor de una obra tiene de verla representada sobre la pantalla. En consecuencia, debemos tener la certidumbre de que mereceremos todas las consideraciones que el mérito de nuestro argumento implique. A continuación enumeramos los tipos de argumentos que los productores de los Estados Unidos solicitan. ; Dramas de cinco o más rollos. Estos no deben ser tragedias ni tener temas mórbidos. Jamás deben presentarse en estos asuntos, muertes, asesinatos, relaciones sexuales ilícitas, robos, homicidios, destrucción deliberada de la propiedad u otros actos atentatorios y castigados por las leyes o que no sean a propósito para las mentes de los niños. ` Comedias dramáticas de cinco o más rollos, que tienen mucha demanda. Las mismas restricciones se aplican a esta clase de producciones que a los fotodramas. La comici dad debe predominar, pero la diversión ha de obtenerse más bien del contraste de los caracteres y de lo cómico de las situaciones que de payasadas o pantomimas vulgares en que haya acrobacias, piruetas y volatines ridículos. Tales recursos son indignos de una comedia fina. Esta debe contar con elementos de lógica y verosimilitud en su desarrollo. Las comedias ligeras de cinco rollos ya no tienen demanda. Estas no integran elementos dramáticos ni serios, sino que están destinadas a divertir a la manera de los sainetes y sin payasadas ni porrazos. Las comedias pantomimescas de dos a cinco rollos son también vendibles, si los personajes son originales y las situaciones son cómicas como consecuencia de una rápida presentación de complicaciones más o menos absurdas, pero siempre sin pantomima. Las comedias de pantomima, es decir, las “clownescas” son muy difíciles de vender, porque es muy raro que un director de esta clase de obras encuentre novedades en el argumento de un novicio. Las que se reciben en los talleres son, generalmente, viejas, trilladas y sin originalidad. Se ha producido tal número de cintas de esta clase, que las situaciones se repiten en todas y nunca se encuentra nada original. Además, la generalidad de estas películas se manufacturan por medio de trucos ideados en los talleres mismos y se necesita ser un profesional para presentar innovaciones realmente interesantes y dignas de ser tomadas encuenta. Por todas estas razones, no aconsejamos a nadie que escriba esta especie de argumentos. Habíamos preparado una lista de las casas que compran argumentos cinematográficos en los Estados Unidos, pero no está completa todavía y hemos preferido esperar hasta la edición de julio de CINE-MUNDIAL para presentarla a nuestros lectores. En ella estarán incluídas no solamente las direcciones de los talleres de Norte América, sino los requisitos que, en cada taller, se exigen para la aceptación de los argumentos. En conclusión, es preciso que tengamos fe en la honradez e integridad de los editores de argumentos de las casas productoras; tomemos en consideración la multitud de argumentos que ahí se reciben, para no perder la paciencia si tardamos en obtener respuesta respecto a ellos. Recordemos que se han producido tal número de películas, que es muy difícil encontrar ideas nuevas y originales, que son las que los editores requieren. Pero, si estamos seguros de que poseemos un tema original, no debemos vacilar en presentarlo, porque vale la pena recibir, en premio a nuestros esfuerzos, una bonita suma. Y ahora, sólo me queda el despedirme personal y amistosamente de mis lectores. La serie de artículos que me propuse escribir para CINE-MUNDIAL ha concluído y conste que me proporcionó un sincero placer comunicar a sus amigos mis conocimientos respecto a la técnica de argumentos. Deseo a todos un gran éxito en el descubrimiento y desarrollo de ideas originales y en la venta de esas ideas a los editores de las casas productoras de películas y ojalá que las pequeñas revelaciones hechas en el curso de este tra (Continúa en la página 441) > PÁGINA 416