Cine-mundial (1921)

CINE-MUNDIAL A Traves de la Moda JUZGAR por los trajes que vemos aparecer en todas las tiendas y cen tros de reunión de esta gran metró poli, no podemos decir todavía a punto fijo que se haya efectuado un cambio definitivo en las líneas de la moda; pero lo que sí es fácil asegurar, sin temor de equi | vocarnos, es que con las nuevas ideas que se ' nos presentan en cada modelo quedamos an | siosamente a la expectativa. La variedad de | la moda actual es grandísima y, como si | esto no bastara, vemos cada día florecer | nuevas ideas, nuevos materiales y un sin ` número de bordados, encajes y adornos, com | binados todos de tal modo que sería difícil tarea clasificarlos en detalle, porque van artísticamente unidos unos con otros. Las telas de organdí abundan, sólo que este año no son sencillas como en años ante| riores, sino que llevan dibujos y bordados que las hacen más importantes. Entre ellas admiramos una muy original cuyo bordado tiende a poner de relieve el estilo japonés, siendo lo más bonito que a primera vista | no se sabe si estos bordados forman parte de la misma tela o si bien son adornos aplicados. En cuanto a las nuevas siluetas po| dríamos enumerar una tras otra en inter| minable desfile, sin que nos sea posible defi| nir cuál de ellas sea la más correcta; conse| cuencia sin duda de la continua evolución de la moda en estos días, en que un estilo su cede al otro con tanta rapidez que dos modas a veces enteramente opuestas resultan igual mente recientes. | No cabe duda que el verano es responsable de esta inestabilidad de ideas y que contribuye en gran parte a aumentar la lista de | vestidos y prendas de vestir, que atraen la | atención femenina a tal grado que se nece| sita una fuerza de voluntad extraordinaria para admirar tanta belleza sin caer en la tentación de enriquecer con ellas nuestro guardarropa. Los vestidos de tarde en organdí son de tanta utilidad en los días calurosos .que es indispensable contar con más de uno o dos en nuestro equipo de verano. ,Para ciertas ocasiones preferimos el traje-camisa de or| gandi cubierto con bordados japoneses; en | otras nos inclinamos al vestido de organdí | | | liso, con amplia falda adornada con pliegues y alforzas; porque ahora pasamos sin escrúpulo alguno del traje enterizo de líneas rectas al vestido de exagerada amplitud y, aunque es cierto que éstos no llevan arillos que los ahuequen, el vuelo de la falda y el aderezo de la tela hacen sus veces. La labor aplicada y perforada imitando tiras bordadas la emplean con muy buen || éxito en esta clase de vestidos algunos de los | más afamados disefiadores; en ese estilo vi| mos un encantador modelo color verde mar | con amplia falda de cuatro paneles; el cuer| po, un poco más corto que los que hasta aqui hemos usado, estaba drapeado en forma de fichú, cruzado en el frente y abrochando en cada lado de la cintura donde llevaba una rosa. Tanto el fichú como los paneles iban bordeados con un pequeño volante plisado, “estos últimos con los extremos redondeados, siendo de tela bordada el del frente y el de atrás y de tela lisa los de los lados. Otro vestido de organdí color de rosa estaba adornado con unos pequeños picos de organdí | blanco, aplicados horizontalmente. Las cor Por JOSEFINA ROMERO Traje para deportes lucido por la artista Annette Bade, de las “Follies”. La chaqueta es de paño “cricket” azul marino ribeteado de trencilla blanca; la falda con pliegues con fleco de la misma tela. Modelo de Bonwit, Teller & Co. tisimas mangas estaban cortadas en una pieza con el canesú de la blusa, y la falda era recta y recogida en la cintura con una banda de fantasía. También la combinación de organdí con otra tela se ve mucho entre los vestidos de la estación; así, por ejemplo, vimos uno de muselina suiza de fondo blanco moteado de rojo que tenía una sección de organdí blanco en el frente, formando chaleco, y otra en cada costado, secciones que se prolongaban hasta la línea de las caderas en la falda y llevaban en todas sus costuras unos picos de organdí que les servían de adorno. Entre los modelos que más favor han alcanzado este verano por su sencillez y elegancia, se encuentra el llamado jumper, un traje enterizo y sin mangas que se lleva sobre una blusa de mangas cortas y con cuello en forma Peter Pan. Estos vestidos lo mismo los usa una jovencita de 17 años que una señora de mayor edad, y se hacen en colores, telas y estilos muy variados, siendo los más favorecidos los de telas de hilo en colores vivos, ribeteados de blanco y con blusa blanca, ribeteada en el cuello y en los puños con la tela del traje. El cinturón puede hacerse del mismo material o bien puede usarse uno de charol o de cabritilla en blanco o de fantasía. Cuando estos vestidos se hacen en crespón de la China o en crespón Cantón llevan blusa de punto crema con mangas y cuello de pequeños volantes de encajes valencianos; estas blusas se compran separadamente y teniendo dos o tres puede una cambiarlas tantas veces como sea necesario y aparecer siempre bien vestida en estos días calurosos en que tan difícil es conservar la frescura de los trajes. Para los vestidos de noche las líneas y formas son tan diversas que podemos dar vuelo a nuestros deseos y a toda nuestra imaginación, pues tan pronto los vemos de tafetán con mangas cortas y ajustadas y con faldas amplias y largas, tal como si fuese a lucirlo una jovencita que se presenta por primera vez en sociedad, como en chifón y telas diáfanas y vaporosas que ciñen y contornan la silueta a manera de una túnica al estilo griego. Estos últimos pueden ser enteramente lisos o bien recamados de cuentas y bordados metálicos, aunque su principal belleza estriba en la artística forma en que la tela va drapeada; por ejemplo, citaremos un elegante modelo de chifón color de fresa maravillosamente drapeado, que aparte de sus pliegues llevaba por todo adorno un gran racimo de cerezas hacia un lado, donde venía a recogerse el drapeado. ¿Puede imaginarse algo más seductor y a la vez más sencillo? La influencia del estilo español sigue haciéndose notar en los trajes de noche, con faldas amplias de ruedos festoneados y ribeteados de negro, olanes dobles, volantes de encaje y corpiños ajustados dominando siempre. Naturalmente que con estos modelos el uso del corsé se impone, surgiendo con este motivo la discusión sobre el retorno de esta prenda relegada al olvido en los últimos años, y felizmente substituída por esas pequeñas fajas de elástico que imparten al cuerpo esa famosa souplesse que tanto admiramos y aun envidiamos en la mujer parisiense. Sin embargo, no hay que alarmarse por esta noticia, pues, en vista de la diversidad de estilos y de la tolerancia tan grande que ahora existe para vestirse, podemos estar seguras de que sea cual fuere la decisión sobre el debatido punto, siempre nos será fácil arreglarnos de manera de usar corsé cuando llevemos ciertos trajes que lo requieran y las fajas de elástico con aquellos vestidos de líneas rectas cuya mayor gracia consiste precisamente en que el talle aparezca flexible y la silueta alargada como tierna palmera tropical. Las Estrellas y sus Trajes 1 — Pauline Frederick, la hermosa estrella de la Robertson-Cole Pictures Co., aparece en una reciente película ataviada con rico traje de noche en tela metálica sobre fondo anaranjado, cuya elegante y. airosa cauda arranca desde los hombros para caer recta hasta el suelo en forma de panel. 2 — Un sencillo vestido de crespón Cantón en color gris platino, es indispensable en to Acoso, 1921 —_— —_—_—_—_—_— _______O zz > PÁGINA 557