Cine-mundial (1921)

CINE-MUNDIAL HERMO “HAIR-LUSTER” LUSTRE “HERMO”: PARA EL CABELLO Conserva bien el peinado. Para Hombres, Mujeres y Niños. El cabello se conservará peinado después que se aplica el Hermo “ Hair-Luster ”. No más cabello irsuto y despeinado. El lustre Hermo da al cabello un resplandor y brillo encantadores, asegurando, además, la vida y belleza del cabello. Da al pelo la brillantez y apariencia de suavidad excelentes que tan bien se ve en los actores de ambos sexos del teatro y cine. Se garantiza que es inofensivo, no contiene grasa y no mancha. Dos tamaños: 50c y $1.00 A comerciantes $4.00 y $8.00 docena. GLORIA SWANSON Estrella de las producciones de C. B. deMille, marca Arteraft. Pida cualquiera de los tamanos anteriores y se convencerá que nuestro Hermo “Hair-Luster” es tan bueno como lo describimos. : WALLACE REID Estrella de la Paramount PERFUMISTAS E IMPORTADORES: Necesitamos agentes activos en todas partes del mundo y sabemos que nuestra excelente preparación tiene una gran acogida y se vende fácilmente en donde quiera que es introducida. Si usted está interesado, mandenos su pedido inmediatamente, dándonos al mismo tiempo detalles respecto a las facilidades con que cuenta para representarnos en su territorio. Esta es su oportunidad para obtener agencia exclusiva de una de las mejores preparaciones de tocador en América. Mandenos su pedido inmediatamente. Escriba en su propio idioma. HERMO COMPANY 1012 N. Y. Life Bldg. Chicago, E. U. A. EL NUEVO PROYECTOR “COSMOGRAPH” SEMI-PROFESIONAL CON LINTERNA MAGICA COMBINADA. EQUIPADO CON LAMPARAS DE 400, DE 600 O DE 1000 VATIOS. Precio: Completo, $265.00 INCLUYENDO LAMPARA DE 400 VATIOS ESCRIBA HOY POR MATERIA DESCRIPTIVA E INFORMES THE COSMOGRAPH Motion Picture Machine Company, Inc. 138 West 7th St., Cincinnati, Ohio, E.U.A. 1921 < a AGOSTO, estaba en un hipódromo, y echó al galope sin darme tiempo a asegurarme en la montura, de modo, que en dos segundos me vi con la cabeza a ras del suelo y guindando de un estribo. Un tobillo se me torció. Pero pronto volveré a montar y voy a enseñar al descortés Rocinante un poco de buenos modales. En una avenida solitaria apeamos. Miss Hampton se tornó director de escena, y siguiéndola nos fuimos en busca de “local” apropiado para tomar las fotografías. Llegamos a una abandonada choza veraniega. —Esto es lo que buscaba — dijo la estrella alegremente. Y pusimos manos a la obra. Miss Hampton eligió un trozo de grama verde en el lejano fondo del cual aparecían los Estudios Gainsborough y el enorme Hotel Plaza. Doll, el pomeranio melenudo, convencido de la excelencia de CINE-MUNDIAL después de un breve argumento, ejemplar en mano, consintió en tomar parte en un grupo en que aparecen Doll, Miss Hampton, CINE-MUNDIAL y yo. Después de haber impresionado casi todas las películas que la Eastman ha fabricado en los últimos siete meses, abordamos el carro y abandonamos el parque. —Quinta Avenida y calle Cuarenta y Tres — dijo Miss Hampton al chófer. — Quiero dejarlos sanos y salvos en casa— nos dijo con un guiño picaresco. — Luego voy más abajo, a una tienda de sedas, en la Avenida. La estrella sacó de su bolsito un cuaderno que le entregara una de sus asistentes cuando salíamos para el parque. Se trataba de un argumento por un autor famoso, cuyo nombre no consigno aquí, porque la estrella leyó hasta la mitad de la primera plana, hizo un mohín de disgusto, y lo tiró al asiento con desprecio. —He leído suficiente — dijo. — La heroína es una coqueta que conquista una veintena de maridos y les quita las joyas de sus esposas. Yo no hago películas de esa especie. Por la sencilla razón de que en mi primera cinta personifiqué a una “vampira”, todos me envían asuntos de harpías femeninas. Además de que no es propio hacer el mismo papel en todas las obras. Las gentes tienen la costumbre de calificar a una actriz por las partes que interpreta. Y yo no tengo cara de “vampira”, ¿verdad, señor Reilly? Naturalmente que dije que no. En aquellas cireunstancias, y por lo que pudimos ver, Hope Hampton no tiene nada de harpía. Salimos del parque frente al Hotel Plaza y pasamos junto a la enorme plazoleta en cuyo centro, y coronando la amplia fuente, se levanta entre la regadera de cien chorros la endrina estatua desnuda de la “Abundancia” echando al viento los frutos de su repleta cornucopia. —¡ Hermosa mujer, Hampton. —Sí, pero el General Sherman no parece tener la misma opinión. Siempre va al galope en su jaco hacia la diosa, sin duda para arroparla con su casaca de guerra; pero pasan los veranos y primaveras e inviernos y nunca parece alcanzarla. verdad? — dijo Miss —«¿Y no se alegra usted de que el General no pueda alcanzarla? — arguyó Hope con una sonrisa. —-Ciertamente. El General sería una autoridad en cuestiones de guerra, pero por lo visto, lego en asuntos de figura. —NEsa fuente me recuerda la de mi casa en la costa occidental — dijo la estrella. — Yo tengo una hermosa quinta allá, y en la > PÁGINA 586