Cine-mundial (1923)

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CINE-MUNDIAL mejor el publico a los TN : O : ce por ciento a las naciones europeas, como cualquier Morgan de Wall Street. Y si Talma o Garrick, Vico o Calvo, Moliére o Corneille hubieran tenido el buen acuerdo de ver la luz en Ohio o en Massachusetts, pequeñitos serían a su lado los Rotschild, Creso, Midas o la familia Barca... Aun desentendiéndose de las exageraciones de los agentes de publicidad, que para sostener concentrado el interés del público eni los cómicos que les tienen a sueldo, añaden varios ceros a los que las “estrellas” reciben, es inconcuso que, en la historia, no ha habido ejemplo de gente tan bien pagada como la que ahora se dedica a entretener y divertir al mundo, lo mismo con dramas, pantomimas, sainetes y óperas o zarzuelas, en el teatro, que sobre el lienzo, o en libros, argumentos, periódicos y caricaturas. Apenas se hace popular un actor, un dramaturgo, un humorista, un dibujante o un pintor, lluévenle ofertas y contratos máximos, que hubieran hecho perder el resuello a los genios del siglo del Rey-Sol. Los empresarios o los editores saben muy bien que duplicarán y centuplicarán el dinero invertido en sueldos y derechos al recibir, del público que paga, interminables chorros de onzas, en la taquilla, en la librería o en el expendio de periódicos. El arte de divertir ha desbancado, económicamente, al comercio y hasta a la industria. Un cirujano eminente recibe muchos miles por una operación complicada. Pero tanto o más le dan a un Buster Keaton por una comedia de dos rollos o a un John Barrymore por la interpretación de un drama veneciano. Aunque el éxito no se mida en dólares, cuando el renombre viene acompañado de saneadas rentecitas, adquiere nuevo prestigio y el curioso, que hojea las estadísticas, tropieza con algunos contrastes dolorosos o, cuando menos, sorprendentes, al enterarse de que las mejores profesiones del mundo, en los tiempos que corremos, son la de actor de cine y la de abogado y las peores — siempre desde el punto de vista de lo que producen en dinero contante y sonante — la-del hombre de ciencia y la del ministro de un culto religioso, sea cual fuere su denominación. (continúa em la página 44) ENERO, 1923 < > S IRVIN G BERLIN celebre compositor de canciones populares > PÁGINA 9