Cine-mundial (1923)

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R. BRISBANE, el periodista mejor pagado del mundo, gusta de recalcar en sus “editoriales que no ha habido un solo hombre grande en la historia de la humanidad cuyos ojos fueran negros. Quizá sea cierto eso, pero nosotros hemos conocido muchos eretinos y soplapitos con ojos azules. NTRE las artistas cinematográficos, Elsie Ferguson se destaca por su “temperamento artístico". De esto pudimos convencernos euando hace meses nos echaron a cajas destempladas de un taller donde ella estaba trabajando. Los periodistas, y los entrevistadores especialmente, son la aversión de Miss Ferguson. Basta mencionar la prensa para que se le suba la sangre a la cabeza. Interpretaba en cierta ocasión una escena de llantos y sollozos cuando se dió cuenta de que la estaba observando, reclinado contra unos trastos viejos, un señor calvo y gordo que no era empleado del taller. En seguida se puso nerviosa e hizo que su doncella fuera a ver quién era aquel individuo. La chica volvió con una tarjeta del calvo, que resultó ser director de un popular semanario neoyorquino e iba a pedir una entrevista. Elsie miró la tarjeta, puso los ojos en blanco, tembló como delicada palmera ante el huracán, pegó un chillido y le dió un ataque. Al volver en sí juró no pisar los talleres hasta que se le diese una satisfacción, y se fué a su casa, donde estuvo recluída dos días enteros, que le salieron a la empresa a $2,000 por día, Desde entonces, y exceptuando los que la secundan, no hay bicho viviente que se acerque a la actriz mientras trabaja — ni los mismos jefes de ENERO, 1923 < Muy pronto se trocaron los papeles. CINE-MUNDIAL sr. viqo ENT En el número pasado, Navarro era el desmayado en brazos de Bárbara La Marr, pero resucitó — como lo hubiera hecho cualquier cadáver en idénticas circunstancias — y ahora él es quien la contempla ensimismado y la sostiene, por cuenta de la “Metro”, en la producción “Las Coquetas”, dirigida por Rex Ingram. A ella le corresponde “resucitar” ahora... o hacerse la desentendida, según le convenga. la compañía, Nuestro redactor Reilly pudo verla el mes pasado porque ella misma lo mandó llamar. Su “set” está siempre rodeado de una cerca con un policía a la entrada, listo para ahuyentar a bufidos a quien se aproxime por allí, pues, como nos dijo uno de los diree tores de la Paramount:— —No es cosa de perder $2,000 cada vez que a esta señora se le ocurre desmayarse. OR si alguien estima que el dato tiene importancia, citaremos que los libros de mavor venta en los Estados Unidos durante el último año han sido de temas si'alípticos. p multimillonario Henry Ford dice que antes de los cuarenta ningün hombre debe ocuparse de ahorrar dinero, sino de acumular experiencia. TC EH. Em Magnífico pensamiento para comenzar el año. ¡Son tantos los que llegan ]:0bres a esa edad! Kui Ex ER Lo malo es que Ford, debido a los litigios que le impidieron por mucho tiempo fabricar automóviles baratos, no pudo dedicarse a hacer fortuna hasta después de los cuarenta años. Quizás Wagner, si viviera, también aconsejaría a los músicos que no compusieran óperas hasta doblar los cincuenta. Foch, naturalmente, estará de acuerdo en que las grandes batallas deben ganarse de los sesenta en adelante, y Clemenceau convendrá en que los problemas de estado no se comprenden bien hasta pasados los ochenta. Lo cual demuestra una vez más que cada uno habla de la feria según le va en ella. > PÁGINA 21