We use Optical Character Recognition (OCR) during our scanning and processing workflow to make the content of each page searchable. You can view the automatically generated text below as well as copy and paste individual pieces of text to quote in your own work.
Text recognition is never 100% accurate. Many parts of the scanned page may not be reflected in the OCR text output, including: images, page layout, certain fonts or handwriting.
CINE-MUNDIAL
` O
es el primer atributo de toda mujer
N cutis límpido, mejillas rozagantes y ojos que brillen, sólo se obtienen en buena salud.
El envenenamiento causado, en el cuerpo, por desarreglos intestinales o del estómago, por entorpecimiento del hígado o por el ácido úrico, se elimina efectiva y rápidamente con la Sal Hepática.
Despójese de esa fatiga, de ese aire de cansancio y de esa palidez del semblante y dé a su rostro el color y el aspecto que sólo la salud proporciona.
Vaya a la Farmacia y compre un frasco hoy fA f
AS
SAL AEPATICA
BRISTOL-MYERS CO., NEW YORK
"NES
Generador Eléctrico
de 4 Kw.
A DAPTABLE especialmente a trabajos cinematográficos y al alumbrado de Residencias Campestres, Hoteles, Circos, etc.
Produce una luz clara y sin oscilaciones.
Ni larga experiencia en embarques al exterior es una garantía de satisfacción completa en el manejo, empaque y despacho de sus pedidos. Nuestras plantas eléctricas están en uso en más de setenta países extranjeros y estados de la Unión Americana.
Pida nuestro Boletín No. 3o.
UNIVERSAL MOTOR CO.
Departamento CM
Oskosh, Wis. E. U A.
ENERO, 1923 <
Al lunes siguiente, Lucette enviaba a Henry a la escuela y se reanudaba la vida normal.
—¡Trabajas demasiado, pobre Lucette! — murmuraba el enfermo.
Ella callaba seria, casi adusta.
El mismo día, mientras le mudaba la cama, William la preguntó cuánta gente había ido aquel día a saber de él.
—Ya no viene nadie — repuso ella. — Se han cansado. Y, no debía decírtelo, estando como estás inútil... pero no tengo a quién acudir... Dinero... ¿sabes? El seguro... Hay que pagarlo mañana y con el especialista... la nurse. .. las curas... se han ido los ahorros...
—¿Mañana?...
—Mr. Hupman envió tu sueldo una semaná pero ahora ya tiene un dependiente nuevo en la tienda. No sé a quién pedir. Si lo supiera no te hablaría de ésto. Pero ese seguro... después de pagarlo diez años... Si lo perdemos, ¿qué vamos a hacer?... ¿Qué será de nosotros?... William, perdóname por
, hablarte de esto... No te enfadas, ¿ver
dad?...
—No, mujer. Estaba justamente pensando... La suscripción del monumento... No sería exactamente una limosna si te dieran algo de eso para el seguro... Aunque no pusieran luego la piedra de primera calidad...
—¡ Quién piensa en monumentos, William! La suscripción no existe. Hamilton la inició... pero después sus hijos le dijeron a Henry en la escuela que era una cosa chusca levantar un monumento a un hombre que no se había muerto todavía...
—Según eso, ellos creen que he debido morirme ya, ¿no es así?...
—¡Yo no sé! ¡Yo no sé! — contestó ella ahogada en sollozos,
—No llores, ¡no llores, mujer!
Salió ella del cuarto. El la oyó cerrar la puerta, arreglar la lumbre del fogón y dirigirse después al piso de arriba. Le parecía estar acostado sobre las ruinas de su gloria. “¡Ciento quince dólares que pagar mañana!” Esta idea llegó a dominar en su cerebro todas las demás. Debía de haber algún medio, sin duda... Y pasado un momento comenzó a hablar consigo mismo.
—Está bien, William Butler. Quiere decirse que has hecho el papel de héroe para satisfacerte a ti mismo. ¿No es así?... Y has alborotado a todo el pueblo y lo has traído al retortero... No hay derecho, William, no hay derecho... No hay más que un modo de volver las cosas a su sitio. Un sólo medio que lo arreglaría todo. Y si por cobarde dejas que esto siga así, ¡adelante!... pero entonces no pretendas ser héroe por más tiempo...
La balumba de ideas le volvió a sumir en el estado de inconsciencia. Más tarde su corazón pareció que aceleraba sus latidos. Oía la voz del doctor, pero esta vez sin poder salir de las tinieblas.
—Los estimulantes no le hacen efecto. Debe de haber perdido valor para decaer de esta manera.
iValor!... Esta palabra le trajo de nuevo hacia la luz. Le parecía ascender por la vertiente de un gran precipicio, de terrible negrura bajo sus pies y de luminosa claridad allá en la altura. Subía y subía, al parecer, clavando sus uñas en las breñas. En el momento en que sentía que sus dedos se apoyaban en el borde y que un esfuerzo más le habría servido para caer de lleno en la vida, el médico habló: —¡ Pronto, pronto, esa aguja! ;Otra inyección! ;Va a volver en sí!
Un segundo y se hallaría otra vez en la
> PÁGINA 56