Cine-mundial (1923)

(aw maduras reflexiones, que queriendo insultarlo, ese señor había elogiado a “Maera”. Porque, pasando por alto, en un rasgo de piedad para su autor, esa comparación tan escasa de ingenio acerca del físico del torero, llegaría a la conclusión de que “Maera” es también, moralmente, parecido a don Quijote. Y en cuanto a que imite a Charlot, yo lo encontraría muy censurable en caso de que no tuviera méritos para hacerlo, como no los tuvieron Billy West y Canillitas para copiar a Chaplin; pero si *Maera" hace con un toro de lidia, lleno de poder, lo que Charlie inició con becerritos tiernos, ¿quién se atreve a censurarlo? Sería como declarar sin valor a la “Eneida” porque se ^arece a la “Ilíada”. Como ya dije a Uds., yo hubiera pensado todo eso si mi sangre fuera sajona; pero (¡ay!) es, como la de “Maera”, caliente y revoltosa; y por eso, comprendo perfectamente que cuando nuestro don Quijote de seda y oro vió abrirse ante él, por segunda vez en Méjico, la puerta de cuadrillas, llevara el fogoso propósito de borrar, con valor y sangre, la idea de que era un Charlot; sin pensar, naturalmente, que con el Charlot taurino sucederá lo mismo que con el cinematográfico; pues, andando el tiempo, podrá decir con una sonrisa bajo su minúsculo bigote: “los últimos serán los primeros”. Y “Maera”, aquella tarde, hizo lo que los otros, y algo más; y uno de los otros, era el “Gallo”. Sin embargo, al día siguiente, el cronista taurino ratificaba su juicio: un Charlot, nada más que un Charlot. Llegó la tercera corrida; y “Maera” estuvo mejor aún. Puso tres pares de banderillas, como yo creo que no volverá a ponerlos nunca, pues citó a un metro de los pitones, a la mitad de la distancia a que acostumbra hacerlo; y ya es decir. En un quite, por sobresalir muchos codos, quiso dar un temerario farol de rodillas, y tuvo que acostarse en el momento de llegar el toro, porque no le pudo dar salida. Al día siguiente, se le censuraba esto: “es que no sabe”, dijeron; pero yo vi que no era eso: sino el alma española, orgullosa y brava, que habiendo hecho todo lo que puede hacerse, y que se censuró, quiso hacer lo imposible. La cuarta tarde, salió Gaona con “Maera”. Esto, aquí, significa una pita para quien torea con el mejicano, hágalo bien o mal. Y quiso la suerte que a Gaona le saliera su toro ideas: pequeño y noble. Naturalmente que hizo todo lo que puede, que es mucho, y se le aclamó con entusiasmo. A “Maera” le sa lió un hueso, y estuvo como los buenos: va. liente y breve. La porra gaonista, silbó: quería que con un animal infame toreara como Gaona con uno excelente. Y “Maera” lo hizo con su segundo enemigo, que era tan malo como el otro: obligó a saltar la barrera a todos los peones y se puso de rodillas en medio del ruedo; aquel pase, nos hizo levantarnos a todos; y ya no pudimos sentarnos, porque se sucedieron los ayudados, naturales, afarolados de rodillas y un molinete que provocó una tempestad. Toda la plaza, hasta la porra, aplaudía delirantemente; pero hubo uno, uno solo, que hizo uso del pito. “Maera” miró hacia él, hizo un gesto arrogante y a la hora de matar, se entregó al toro, que le dió una voltereta espantosa, de la que por suerte únicamente sacó un golpe que le hizo perder el sentido. Al llegar a la puerta de la enfermería, lo recuperó y, desprendiéndose de quienes lo conducían, se fué a su enemigo, ante cuya cara abrió los brazos, descubriendo el pecho, hasta caer desmayado allí mismo, al tiempo que la fiera doblaba. Yo fuí uno de los muchos que dejaron escapar una lágrima: ante aquello, señores, había que olvidar que estábamos en la fiesta del salvajismo, y sentir todo lo bello de aquel inmenso amor propio. Después, vino su beneficio; y el público que conserva conciencia, lo recibió calurosamente. Después, durante la corrida, la porra quiso silbarle y se la hizo callar con una de las ovaciones más grandes que se han oído en la Marzo, 1923 < CINE-MUNDIAL plaza del Toreo, y que “Maera” escuchó llorando en su burladero. Hoy, es ya el torero de la temporada, y se le alaba y se le defiende con entusiasmo contra ese grupo que desde hace tanto tiempo da su triste nota de servilismo. De Mérida (Yucatán) QUELLA mañana del 22 de diciembre, la noticia, aterradora, corría en el café de boca en boca. Nadie se la esperaba, y he allí por qué producía más asombro, más dolorosa impresión en nuestro ánimo: —;¡ Carcabel ha muerto! Y yo, como todos los que ordinariamente concurrimos a aquel centro de reunión — donde entre volutas de humo de cigarro y aroma de café, unos comentan, y, a veces, producen, el chisme político; otros bordan:sobre la personalidad de un torero desconocido; en aquella mesa se hacen y se desbara tan reputaciones, en la de más allá se entre- gan a la voluptuosidad de una charla insustancial, aquí se mariposea sobre temas de arte — nos resistíamos a dar crédito a la luctuosa. nueva. —¿Será cierto? —Es increíble. Ayer todavía hablé con él. —Anoche, en el teatro, nos saludamos. Y se sucedían frases por el estilo. Y cada quien quería ser el que habló la última vez con el poeta. Es un poquillo de la vanidad humana. Quien más quien menos, sin creer del todo en la muerte de Cascabel, había sido el último que con él cruzó palabra. Pero, ya confirmada la noticia, todos lamentaron hondamente la muerte del amigo. Porque Cascabel era un hombre muy popular: todos lo conocían y él a todos conocía. —¡ Hola! ¿Qué novedades traes, compadrito? —su sacramental saludo. Y como el interpelado respondiera negativamente, ya teníamos a Cascabel revelando alguna nueva — “sólo a ti te lo digo" — y bordando prodigiosamente sobre un tema real y imaginario. Lorenzo López Evia, que tan popular hizo su seudónimo Cascabel, era en el campo de las letras peninsulares uno de los más prestigiados representantes de la lírica festiva, la que enriqueció con gran número de composiciones en las que rebozaba buen humor, cuentos que ponían de relieve su ingenio, y varias piezas teatrales de indiscutible mérito que fueron recibidas con aplauso por la crítica y los públicos. El año pasado, había fundado en “La Revista de Yucatán”, en la que redactaba, la sección de topiquitos, y con áticos versos comentaba la nota saliente del día. Con su muerte la literatura peninsular ha perdido uno de sus mejores representantes. ko *k ox A principios de la última semana debutó en el Teatro Principal de esta ciudad la compañía de zarzuelas y revistas encabezada por los actores cómicos Miguel Wimer y César Sánchez, ambos directores de escena. Su presentación fué un triunfo tanto para la compañía cuanto para la empresa. Si hemos de hablar sinceramente, no se trata de una gran compañía, como pomposamente fué anunciada; pero sí cuenta con elementos de valía, como sus propios directores, Ricardo Beltri, regocijado tenor cómico que sabe sacar partido de todas las obras en que actúa, Chucho Ojeda que tan honda impresión dejó en nuestro público en temporadas anteriores... Descuella entre el elemento femenino Enriqueta Pérez, que posee un magnífico temperamento dramático. Han subido a la escena diversas obras del género chico español y varias revistas mejicanas. Entre las primeras, “La Cañamonera”, que fué la del debut, obtuvo gran éxito; no así “Los molinos de Viento”, que por la deficiencia del barítono Tejel hizo mala impresión en el público. “La danza de los millo s”, “El país de los volcanes”, son revistas ica que han alcanzado algunas representaciones. Verdad es que la compañía es homogénea v tiene empeño en hacer de cada velada un . éxito; pero también es cierto que tiene algunos lunarcillos fáciles de borrar. ¿Vale repetir un ejemplo?... Se me olvidaba: es justo hacer mención de la buena labor del tenor Roberto Camacho. * * * Al igual que en todos los centros de importancia — y conste que en esto no queremos hacer auto-elogio de nuestra tierra — en Mérida, con diversas fiestas, celebróse el primer centenario del natalicio del ilustre benefactor de la humanidad, el sabio químico francés Louis Pasteur, descubridor del suero contra la rabia. El Comité de la “Asociación Médica Mexicana" y la *Sociedad Médica Yucateca" iniciaron y llevaron a feliz término los festivales más salientes: la primera una suntuosa velada en el teatro “Peón Contreras”, a la cual asistió selecta concurrencia de damas y caballeros, presidiéndola en el escenario el Cónsul de Francia, M. Esteban Ailloud, el ameritado Dr. Ricardo Sauri, y otros distinguidos colegas suyos. La entrega de premios a los vencedores en el concurso científico que convocara la “Asociación Médica” y en la que fueron laureados los doctores Abelardo Lara (medalla de oro y diploma de primera clase) por su estudio sobre “Parasitología”, Alvaro Avila Escalante y Germán Pompeyo (diplomas de segunda clase) por sus trabajos sobre “La mortalidad infantil en Yucatán”, la recitación por su autor de unos bellos versos del poeta don Jaime Tió Pérez, el canto de “The Wander's Night Son” de Rubinstein por la Srta. María Solís Pasos y el tenor Anselmo Castillo y elballet de Schubert, Andante de la Sinfonía en Do Mayor, cantado por un grupo de sefioritas dirigido por el bajo Sr. Agesilas Marín, constituyeron los números más sugestivos del programa, La Sociedad Médica Yucateca contribuyó con el festival efectuado en el Parque del Centenario, la mañana del 27, donde fué descubierto un monumento levantado a iniciativa de esa Sociedad en homenaje a Pasteur. Ante numerosa concurrencia, formada en su mayor parte de médicos y en la que había representaciones de diversas sociedades culturales y recreativas y del Ayuntamiento de esta Capital, abrió la fiesta el Dr. Narciso Souza, quien pronunció un largo discurso haciendo referencia en él a distintas etapas de la. vida del sabio. FEE Después de una larga y provechosa jira por la capital de la República y otras ciudades, ha vuelto entre nosotros el popular actor cómico del género regional Héctor Herrera y su homogénea compañía. Viene de nuevo a cosechar aplausos y dinero, ya que su trabajo es apreciado por los tandófilos meridanos, sentando sus reales en el escenario del antiguo teatro Independencia que hoy lleva el nombre de una célebre actriz mejicana: Virginia Fábregas. La tiple cómica Lupita Suárez es hoy una artista que trae en su bagaje más conocimientos de la escena que, unidos a su natural vocación, haránla triunfar siempre, siempre que quiera, se entiende... Y esto se consigue con no dejar de estudiar. Pepe Airón. De Barranquilla (Colombia) SI como en ciertas épocas, la avalancha de duettos y compañías invade la metrópoli costeña, ahora nos hallamos en un período de verdadero reposo teatral, y el público ha visto mientras tanto, en la pantalla del “Teatro Colombia” y del “Teatro Cisneros”, una serie interminable de buenas (Continúa en la página 176) > PÁciNa 162