Cine-mundial (1923)

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r li | $ E intentó zafarse de entre mis manos. Pero yo no solté mi presa. —¡Conque una cita importantísima!...— me dije para mi coleto. —¡Vas a ver tú qué pronto te olvidas de ella! Y en voz alta, y con, tono de misterio, exclamé: —Yo también tengo una cita importantísima... importantísima... Conchita me sondeó con esa mirada peculiar suya que parece decir: “A mí con camelos, no". Condescendió, empero, a preguntarme burlona: —¿A quién va a ver?... ¿A la Gloria Swanson, o bien a la mamá de Bull Montana? —No, Conchita. Se trata de un “gachó”... apenas conocido... quizá no le conozca usted... Ramón Novarro. Otro paréntesis necesario. Conchita Piquer es una admiradora incondicional y fervorosa del gallardo mejicano. Hasta que le vió en “Las Coquetas” su ídolo había sido Valentino. Desde ese instante Novarro ocupó el trono del italiano. Como diría éste: “¡La dona é mobile” Al oír pronunciar el nombre de su ídolo, Conchita olvidó sus prisas, su cita importante, todo. —; Fetel? — me preguntó en cañí. Las emociones súbitas le hacen hablar a Conchita hasta en vascuence. —¡La pura chipén! — respondí yo para mostrarle que no me quedaba corto en eso de hablar el idioma de Rafael el Gallo. Me creyó. De modo que agarrándose de mi brazo me “ordenó” incontinenti acompañarla a presencia del astro. — ¿Y su cita importantísima, Conchita? — CINE-MUNDIAL hube de preguntarle yo con el consiguiente retintín. Lectora: no sé si su contestación fué en vascuence o en tibetano. Lo cierto es que sonó en mis oídos como un pistoletazo. Llegamos a la oficina y nos encontramos en ella con Ramón Novarro en persona, puntual y sonriente. j Comprendí al punto que aquellos temores míos no tenían fundamento. El Ramón Novarro que tenía delante era el mismo mozo que había conocido en Hollywood, seguro de sí mismo, entusiasta y simpático. Conchita contempló de hito en hito al ídolo. —;Sabe usted? — exclamó con esa espontaneidad tan suya. — En las películas aparece usted muchísimo más bajo. En este momento Conchita expresaba un juicio muchas veces repetido por la gente a propósito de la estatura de Novarro. Para aclarar de una vez todas las dudas que existan a tal propósito, consignaré que el actor mejicano, lejos de ser bajo, tiene una estatura aventajada. O para ser más preciso: mide exactamente 5 pies 10% pulgadas, o sea 1 m 76, por el sistema decimal. Como era la hora del lunch, Novarro sugirió el trasladarnos a un sitio donde se pudieran conciliar mis deberes de repórter con las obligaciones debidas al estómago. Salimos. Conchita colgada del brazo de Novarro y yo cerrando la marcha. Sentados alrededor de una mesa, en Piccadilly, Conchita se puso a torpedear a Novarro con preguntas tendenciosas. Creí llegado el momento de intervenir. —Conchita — empecé muy serio. — Tengo una misión que cumplir y es la de enterar a las lectoras de CINE-MUNDIAL de la. vida, gustos e inclinaciones de Ramón Novarro, el ültimo y más flamante astro del Cine. Por lo tanto, no lo acapare para usted sola y pre güntele cosas generales que interesen a to das. En una palabra, sea usted la znterviewa dora y yo me conformaré con el papel de ama nuense, anotando cuidadosamente sus pregun` tas y las respuestas del interviewado. Conchita no tuvo más remedio que rendirse a mi razonamiento y comenzó su interrogatorio. —¿Es usted mejicano, Novarro? —De nacionalidad, de sangre y .de corazón, si bien me enorgullezco de descender de un segundón de Castilla, de esos que vinieron a América a labrarse con la tizona la fortuna y los timbres de gloria que le negaban en su tierra las leyes del mayorazgo. De él, sin duda, un Samaniegos, heredé mi afición a la esgrima... —De lo cual dió usted pruebas elocuentes — interrumpí yo —en “El Prisionero de Zenda”. Allí, como Ruperto de Hentzau, mostró dotes formidables de espadachín y... —¿Quién interviewa aquí? — interrumpió Conchita lanzándome una mirada llameante. Volvióse a Novarro y al punto tornáronse sus ojos dulces y acariciadores. — ¿Qué edad tiene usted? ¿Qué clase de mujeres le gustan? ¿Le gustan las españolas? ¿Cuándo se casará? ¿Piensa usted. ..? Ante un barrage semejante el znterviewado levantó al cielo sus brazos. —¡Komrad! ¡Komrad! — exclamó con actitud cómica. Luego, con una sonrisa: —Cumplí 23 años el mes pasado. En cuanto a mujeres, me gustan todas en general, pero. ..— e inclinándose hacia Conchita le Proyector Portátil Holmes Puede Usarse Para: Teatros Escuelas Iglesias Agentes Viajeros El Mecanismo Está Completamente Protegido El Proyector Portátil Todo de Metal 740 SEVENTH AVENUE Marzo, 1923 < El Proyector Sin Polea Distribuído por HOWELLS CINE EQUIPMENT COMPANY, INC. Cables: HOWELLFILM, New York La Mayor Casa de Accesorios Cinematográficos del Mundo. El Proyector Portátil Holmes Es Un Proyector Profesional Reducido a Tamaño Portátil Funcionara Con Cualquier Voltage desde 6 a 110 Voltios 108 Vatios a 1000 Vatios Necesitamos Agentes NUEVA YORK > PÁcINA 174