Cine-mundial (1923)

“banquete asistirán más “de veinte estrellas de | ambos sexos, políticos, pintores, escritores, periodistas. Estos echarán también sus correspondientes discursos, discursos que al día siguiente aparecerán en sus respectivos periódicos y que llevarán hasta los ültimos ámbitos -del mundo la fama del “Portento Bonaerense"...—y Lane, falto de aliento, se detuvo y se enjugó con un enorme pañuelo la frente sudorosa. Sara no hallaba palabras para expresar su sentir. WM ———Pero ¿y esos discursos?—dijo finalmente. ¿Qué sabe usted lo que dirán esos periodis | tas? ¡Si no han visto aún mi película! LC —¡Nimguna falta les hace! — exclamó | — Frank—. Yo mismo les he escrito sus discur sos. ¿Se cree usted que:podrían ellos encon trar las palabras adecuadas para una ocasión M — tan memorable? | | — A Vino al fin la gran noche. n La flor y nata de Hollywood, lo mejor de M ^ entre sus elementos artísticos, técnicos y di — rectores, se congregó en la vasta sala del Cinematógrafo. | | — Desenvolvióse el drama en la pantalla lu IN ^ minosa, y las ovaciones se sucedieron casi sin B interrupción desde el principio hasta el final | . de la obra. Cuando la luz se hizo en la sala, una verda| dera tormenta de aplausos y vítores obligó a Sara a levantarse y a saludar al püblico. i Un intenso rubor encendia su rostro, de | ordinario pálido. Ea ¡Había triunfado! ¡Definitivamente! Podía verlo allí, en aquella sala llena de i gente entendida, y también de rivales suyas. Rivales que en aquel momento olvidaban sús celos y sus rencillas para aplaudir al verdadero talento. Blake no pudo sustraerse tampoco al homenaje que le tributaban sus amigos. — Bah !—exclamaba, mientras estrechaba las manos de los que le felicitaban por su producción—. Eso es una prueba más de lo que puede hacer un director cuando tiene a mano un actor o una actriz de talento. Lane arrastró a Sara hasta su automóvil. Blake se abrió paso hasta el suyo, un torpedo de dos asientos sin pretensión alguna, que se destacaba por su sencillez de entre aquellos lujosos y llamativos automóviles que a uno y otro lado de la anchurosa avenida se — alineaban en la espera de sus dueños. = —jEh! Blake — le gritó Sara desde su automóvil— aquí hay sitio para usted... E —;i Oh, gracias... no puedo ir ahora! Tengo que ocuparme del nuevo scenario. Ya la — veré mañana en el studio. Buenas noches. Que se divierta. — . Sara se quedó pensativa, más pesarosa y | afligida que despechada. Hubiera querido M tener a su lado, durante aquella fiesta, al TET Mite RA EPIA ORIO oven E hombre que había hecho posible su triunfo. Y en su pesar se mezclaba otro sentimiento indefinible que le llenaba de turbación y aceleraba extrañamente los latidos de su corazón. : Pocos minutos después se hallaban en el YO NR eo E EU I ERES | gran “hall” donde había de tener lugar el |banquete. Mil luces políeromas lo iluminaban. E El golpe de vista era soberbio, y no se | sabía qué admirar más, si el lujo deslumbrante de la sala, con sus luces, sus espejos, sus mesas cubiertas de flores y de fina vaJilla, o el conjunto abigarrado de hombres E impecables se.fundían con las sedas y rasos Y: brillantes y el centelleo de la pedrería. Durante la comida reinaron una cordiali A A O A A UNA " x p PME x B y CINE-MUNDIAL dad y una alegría que pronto degeneraron en la licencia más absoluta. Sara se asombró de las libertades que aquellos hombres, aparentemente tan correctos, se permitían con sus compañeras de mesa. Y más le sorprendió todavía la actitud pasiva de aquellas mujeres que en ocasiones pasaba de los límites de la decencia. —;No es mala la “juerguecita” eh?—le preguntó a Sara, Nanette, que se hallaba sentada a su lado. —¡Jamás me lo habría imaginado !—murmuró aquella. —No me arrepiento de haber venido—-prosiguió, irónica, Nanette—Frank Lane dijo que daba esta fiesta “en tu honor”. Me pregunto si lo dijo como sarcasmo... Sara, novicia en aquellas lides, meditó. ¿Era esta la manera cómo acostumbraban a divertirse las tan pregonadas “lumbreras” de la cinematografía? Alzó la vista. Un hombre y una mujer—ella era una conocida actriz con millones de admiradores en el mundo—se habían encaramado sobre la «mesa, y hollando las flores y haciendo una hecatombe de platos y vajilla, ensayaron complicados pasos de fox-trott. Las bebidas alcohólicas, no obstante la prohibición imperante, habían circulado aquella noche libre y profusamente. Una atmósfera pesada de borrachera envolvía a los comensales. ¡Qué artificial era todo esto! ¡Y sobre todo, qué grosero! —decíase Sara, asqueada—. Y más se afirmaba en su mente la verdad y mujeres, en donde el negro y el blanco. ESCUELAS INTERNACIONALES (International Correspondence Schools) 280 Broadway, Nueva York, E. U. A. Sírvanse enviarme, sin compromiso alguno de mi parte, todos los datos referentes al sistema 1.C.S. para la enseñanza del curso en español marcado con "X". 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