Cine-mundial (1923)

Pecas Se Descoloran Durante el Sueño Poco a poco, sin que alguien lo sepa, la Crema ''Bella Aurora" de Stillman hace desaparecer las pecas del cutis. Un poquito de esta crema puesta cada noche, restablecerá muy pronto el mismo cutis blanco y fresco que usted tenía en su infancia. En este momento sería bien comenzar los ^ tratamientos. Nadie nació con pecas, y CO. mo buenos trajes no las ocultan, ¿por qué tolerar esta inconveniencia más tiempo? Si su boticario no puede suministrarla, remitanos 50 centavos americanos para obtener de nosotros-directamente un vasito de muestra (casi dos o tres jarras se necesitan para completar tratamientos) por correo. Pídase hoy mismo gratis uno de nuestros folletos. El efecto de este remedio se aumenta rápidamente por usar con él el Jabón “STILLMAN” para el cutis, que está particularmente preparado para un cutis claro y delicado, y se vende al precio de 25 centavos americanos por pan. ¿Tiene usted nariz lustrosa? 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DE MERIDA DE YUCATAN (Viene de la página 224) ba de celebrar su sexagésimo sexto aniversario con una fiesta en el local de la misma, donde se alza un sencillo foro con el nombre de *Carlos María Quijano", en honor de uno de los fundadores de la sociedad. El cuadro artístico “Thalía” puso en escena la obra española “Los molinos de viento” y a fe que los artistas — aficionados — salieron airosos en su labor por haber puesto todo su empeño y buena voluntad en ella, Y este éxito débese en parte, justo es decirlo, a dos elementos artísticos que reforzaron el cuadro: la cantante Chole Rendón (Margarita) y el maestro Arturo Cosgaya que dirigió la orquesta, EU A Yo que vi en otro tiempo los carnavales de Mérida, carnavales que llegaron a adquirir prestigio aun fuera de la Península porque —se decía — iban en vías de competir con los famosos de Nueva Orleans, puedo exclamar, y lo hago, nostálgicamente, con el poeta Mimenza Castillo: *;Oh los carnavales de nuestras abuelas!” Hoy, en Mérida, van desapareciendo aquellas suntuosas fiestas de carnestolendas en las que se derramaba buen humor, lujo, arte y todo! Comparsas por las calles, músicas por las plazas, alegría continua. Estas fiestas adquirían entonces inusitado esplendor: lucíanse en los paseos carros alegóricos, coches artística e ingeniosamente engalanados, y era el carnaval un reír ininterrumpido de tres días con sus noches. Y no vale decir que la crisis ocasiona la decadencia actual de los carnavales. No: es la falta de buen humor, el relajamiento del gusto. Crisis las hemos padecido siempre: hoy, como hace diez años, como hace veinte... Porque en un país como el nuestro, regalado de riquezas naturales, no hay derecho, mi amigo, a quejarnos de crisis y de cosas por el estilo. Padecemos de una abulia incurable, estamos atrofiados, sentimos la necesidad de una voluntad enderezada a sacarnos de este mar muerto en que vivimos. No me hables del Gobierno: mejor es no meneallo. Ni de los hacendados: todo se les va en juntas, asambleas, etc. Pero me salgo del tema. Y vuelvo a él. Hoy, los carnavales son la ocasión que se presenta a los cobardes para cometer fechorías. No te extrañe, pues, 'si te digo, como en efecto fué, que en este carnaval que acaba de pasar se aprovecharon los rateros para penetrar con llave falsa a la casa ajena y apoderarse de lo que a su paso encontraron y luego salir con su carga con la mayor naturalidad del mundo; y alguien que alcoholizado, celebrando el carnaval de esta original manera, le pegue un balazo a un pobre comerciante que se priva de fiestas por buscar el pan del hogar, y con el mayor cinismo niegue ante la Justicia su crimen y trate de “justificarse”, diciendo que al asentar la pistola, que trataba de empeñar, sobre el mostrador que escasamente llega a la altura del vientre del buen comer Olvide decirle a su costu rera que todos sus vestidos deben tener Sobaqueras Kleinert. Sería una lástima permitir que se arruinara, la primera vez que lo usó, un vestido precioso, hecho de material nuevo, por cuanto se olvidó de usar las Sobaqueras Kleinert. 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