Cine-mundial (1923)

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cas originales y con otros elemenios simpáticos que regocijarán al público. La recomiendo a los exhibidores de España y de la América latina y no creo equivocarme calificándola de excelente desde todos los puntos de vista. — Reilly. EL CARROMATO (The Covered Wagon) "Paramount" —3000 metros Intérpretes: J: Warren Kerrigan, Lois Wilson, Alan Hale, Tully Marshall, Ernest Torrence, Ethel Wales, Guy Oliver y Johnny Fox. Argumento de Emerson Hough. Adaptación de Jack Cunningham. Dirección de James Cruze. Fotografía de Karl Brown. Argumento Varias caravanas de carromatos se congregan a las márgenes del río Missouri y emprenden la marcha hacia Oregon. Molly, hija de Wingate, jefe de la caravana, es novia de Sam, uno de los tenientes ` de su padre. Sam es un pícaro. En el curso de las largas jornadas, Molly se enamora de Will Banion, otro de los excursionistas. Sam trata de desacreditar a su rival con atroces calumnias. De las aventuras subsiguientes, de los obstáculos que la caravana tiene que vencer y de la dicha definitiva de los enamorados está integrado el resto de la producción. Todos los que se dedican — equivocada y presuntuosamente — a la manufactura de las llamadas películas históricas, debían asistir a la exhibición de ésta y tomar lecciones de James Cruze, un director que de la noche a la mañana se nos revela como rival de Neilan o de Ingram. A cualquiera otro, le hubiera venido grande un asunto de la magnitud de “El Carromato", porque el argumento que va en las líneas precedentes no da idea del alcance artístico de la producción, la primera de que tenemos noticia que haya sido acogida unánimemente por la crítica con general y merecido aplauso. Si no temiésemos incurrir en la vulgaridad, diríamos que “El Carromato" es un “gran paso” en el progreso cinematográfico y “marca una nueva etapa", etc., etc., pero como los “grandes pasos" y las “nuevas etapas" están ya desacreditados por culpa de las exageraciones de los agentes de reclamo, habrá que conformarse con declarar, para beneficio del lector, que este fotodrama es un trasunto gráfico, magistral y hermosísimo de aquella época de la historia de los Estados Unidos en que se inició el desarrollo de las costas occidentales poco antes del descubrimiento de las minas auríferas en California. Las largas peregrinaciones a través de la pradera inmensa, donde había que abrirse paso a despecho de las emboscadas de los indios y que han dado motivo para innumerables — y pésimas — películas del *Oeste", forman el fondo de la cinta. Pero su mérito consiste en la maestría con que están manejadas las grandes masas, en la excelente interpretación de Marshall y "Torrence, en la belleza de la fotografía y en el realismo de la presentación. Para clasificar esta producción de modo que los exhibidores de nuestros países se den cuenta de su carácter, diré que es una especie de “Nacimiento de una Nación”, mucho mejor hecha y mucho más atractiva. Si tendrá en otras latitudes el interés que ha despertado aquí, es cosa a la que no puede uno comprometerse, pero no cabe dudar de su hermosura, independientemente del tema que posee. En la clasificación cinematográfica norteamericana, “El Carromato" tiene el primer lugar entre las cintas estrenadas este afio. — Reilly. COMO UNA ROSA (Mighty Lak a Rose) “Primer Circuito”—2400 Intérpretes: James Rennie, Sam Hardy, Anders Randolf, Dorothy Mackaill, Helene Montrose, Harry Short, Paul Panzer, Dora Mills Adams y “Jean”. Dirección de Edwin Carewe. Argumento de Curtis Benton. Fotografía de Sol Polito. Mayo, 1923 < CINE-MUNDIAL EZ, T E Y ~ Y E I [| [| > ES Y S r, Ses s Tres bellas artistas que acaban de firmar contratos por varios años con el Primer Circuito Nacional de Exhibidores. De izquierda a derecha, Virginia Browne Faire, a quien ya conocemos; Andrée La fayette, a quien quisiéramos conocer y Sylvia Breamer, que no necesita presentación. AAA CV CY IT CFTYTECETYTYTTCTTT IT TY TETETLCETETYTETTTETETETETETETTTETETITITYTETETITETLTETITITETETLTETLTITITITITITLTITITLTITLTTITET TIT ET CTI ERROR LORD ARROLLADO INIT TY ERRADA Argumento Jerónimo Trevor, célebre pianista, oye tocar el violín a una ciega, asilada en un Orfelinato. Compadecido, saca de ahí a la muchacha y la manda a vivir a la casa de un tío suyo, para que se eduque en la música y en el trato de gentes. Pero resulta que, al ir a recibirla el tío, se mata a consecuencia de un accidente automovilístico y la cieguita cae en poder del jefe de una banda de picaros que se hace pasar por el tío difunto, a fin de escapar de la policia que lo viene siguiendo. El bandido intenta explotar a la joven para beneficio propio. Uno de los subalternos de la pandilla, de nombre Jimmie, enamorado de la música de la ciega, la defiende contra las infames intrigas del cabecilla. Sobreviene una pelea, en el curso de la cual toca un silletazo en la cabeza a la muchacha. Segura de que va a morir, la joven congrega a los de la cuadrilla en torno y les echa un discurso que los conmueve y los guía a arrepentirse de la mala vida y a dedicarse a tareas más honorables en lo adelante. Un cirujano afirma que podrá devolver la vista a la ciega y, entonces, los bandidos deciden hacer un último robo a fin de encontrar el dinero necesario para la operación. Jimmie cae en manos de la policía. Trevor encuentra a su protegida. Siguen días de rosa. La joven va a casarse con Trevor. Jimmie sale en libertad y... se deshace la boda, porque la ex-cieguita se declara enamorada del ex-presidiario. Esta producción gustará a todo el mundo a pesar de la inverosimilitud de su tema, porque es de un sentimentalismo legítimo y de una dirección escénica casi perfecta. Pertenece a la misma especie de esas otras películas de carácter romántico que han estado dando dinero a los exhibidores desde que el cine es cine, no tanto por sus méritos artísticos como por lo amable del asunto, que es azucarado, aunque no empalagoso. La interpretación ayuda a coronar el éxito de la cinta. La fotografía, como siempre, muy bien. No faltan humorismos que vienen muy a pelo para aliviar la tensión melodramática de ciertos puntos de la trama. No dudamos de que guste en nuestros países, como ha gustado aqui. — Ariza. JAZZMANIA (Jazzmania) “Metro” —2400 Intérprete principal: Mae Murray. Colaboradores: Rod La Rocque, Herbert Standing, Eddie Burns, Jean Herscholt, Robert Frazer, Lionel Belmore, Wilfred Lucas, Harry Northup, Thomas Guise y Henry Barrows. Argumento de Edmund Goulding. Dirección de Robert Z. Leonard. Fotografía de Oliver T. Marsh. Argumento Resuelta a no casarse con el Principe Otto, que amenaza con sumir en una revolución al imperio de Jazzmania, la reina — Ninón de nombre, si no les parece a Uds. mal — huye a los Estados Uni dos con un periodista. (Esto sólo sucede en las películas. Que no me vengan a mí con cuentos.) Lo primero que hace es dedicarse a bailar y a escuchar el “jaz”. Y lo baila durante los mil y pico de metros que siguen a su precipitada fuga. Luego regresa a su país y aquello es el delirio. Es decir, todo el mundo se entrega al jazz y olvida las revoluciones. El periodista, claro, se casa con Ninón. Y no pasa nada más. Espléndidos escenarios, a todo lujo. Deslumbrante vestuario. Riquísima “mise en scene”, aeroplanos por los aires y bailes de toda clase, grupo, calibre, especie, orden, tono, calidad y época. Fotografía mejor que la ordinaria —que ya es mucho decir — y, en general, asunto “caro” y característico de Mae Murray. Por lo demás, no me comprometo. — Guaitsel. EL PEREGRINO (The Pilgrim) "Chaplin"—1200 metros Intérprete principal: Charlie Chaplin. Colaboradores: Edna Purviance, Kitty Bradbury, Mack Swain, Dash Loyal, Dinky Dean, Mae Wells, Sydney Chaplin y Chuck Reisner. Argumento y dirección de Charlie Chaplin. Marca del “Primer Circuito Nacional de Exhibidores”. Argumento Escapa de la cárcel un reo y, para que no lo atrapen, roba las ropas a un clérigo que está batándose y se las endosa con los resultados que son de imaginar. Sube, ya con aire eclesiástico, a un tren, pero en vez de bajar en la estación a donde se proponia ir, desciende apresurado em otra, en la que la parroquia y el vecindario están esperando al nuevo pastor protestante. Temeroso de captura, el reo se pone en lugar del reverendo y va a la iglesia, donde dice un sermón extraordinario. Al salir del templo tropieza con un antiguo camarada de celda y se complican las cosas, porque éste roba el dinero de la señora en cuya casa se hospeda el supuesto clérigo. Pelean entre sí los amigos de otros tiempos y el “héroe” logra devolver a la dueña lo robado. Pero el alguacil del pueblo, enterado de su verdadera identidad, le echa garra. No obstante, conmovido por el acto de la devolución en vez de conducir al preso a la Penitenciaria, lo lleva a la frontera mejicana. Hay mucha, muchísima distancia, entre “El Chiquillo” y “El Peregrino”. Esta última cinta no tiene nada de excepcional. No es que le falten situaciones cómicas, ni que deje de ser, a ratos, divertida, pero, por una parte, muchas de esas situaciones tienen humorismos locales y que sólo harán reír a los que estén al tanto de las costumbres norteamericanas en el capítulo de la devoción dominical y, por otra, es evidente que Chaplin no se esforzó por exceder, en comicidad, a sus interpretaciones precedentes. Lo mejor es el sermón. De sus colaboradores, hay que mencionar a (Continúa en la página 309). > PÁGINA 283