Cine-mundial (1923)

CINE-MUNDIAL L “Ford” del aire puede considerarse como un hecho. Las notables experiencias realizadas por Georges Barbot en su diminuta máquina de volar lo demuestran. Cuando se le ve poner en marcha su pequeña hélice, saltar al asiento y arrancar en un espacio de treinta metros, no puede uno menos que maravillarse de la facilidad con que la nave aérea se maneja. Después, cuando el monoplano se eleva sin vacilaciones y rápidamente, y a más de mil metros de altura, se suspende la acción del motor y el avión comienza a mecerse majestuosamente por los aires, como un cóndor, el espectador se da cuenta de que está en presencia de un nuevo deporte aéreo. Y, luego, cuando la minúscula máquina aterriza en una muy limitada extensión de terreno sin haber gastado más que una cantidad irrisoria de combustibles, se comprende que esa es, por fin, la máquina de volar al alcance de todas las fortunas. Tiene otras ventajas el monoplano de Barbot. En primer lugar, puede construirse y venderse a un precio que compite ventajosamente con el de la generalidad de los automóviles. Jur», 1923 « Es de una seguridad casi a toda prueba. Puede guardarse en un “hangar” de muy poca extensión. Arranca, como ya se ha dicho, en espacio limitado de terreno. Elimina los gastos de mantención de carreteras, polvo y renovación de neumáticos (que son indispensables en el uso de automóviles). Su operación es mucho más barata que la de un auto. Es susceptible de manejo fácil por un solo hombre. Todos estos detalles quieren decir que el *fotingo del aire", que fué hasta hace poco un sueño, se ha convertido en realidad. Lo único que falta es que su utilidad lo popularice. Y eso depende de nosotros... del público en general. ENDE (iS ose: no hace mucho, Georges Barbot atravesó el Canal de la Mancha en su: minúsculo monoplano sin gastar más que cuatro litros de gasolina, realizó una hazaña que le dió sitio preferente en la historia de la aviación. Un diario norteamericano, “The Chicago Tribune", con la intención de explotar las posibilidades de la pequeña máquina, hizo venir a Barbot con su *fotingo" a los Estados Unidos y lo comisionó para que efectuara algunos vuelos “cross-country” e hiciese otras demostraciones prácticas en su diminuto avión. La máquina es típica y pertenece a la especie de los “monoplanos para cernirse”: las alas son en extremo gruesas en la base y gradualmente se adelgazan hasta terminar en un verdadero filo a los extremos. Pero no es propiamente una “máquina de cernirse” porque lleva un motor de quince caballos y de dos cilindros, enfriado por medio de aire, es decir, montado a descubierto. Con la ayuda del motor, el piloto puede abandonar el suelo y elevarse a cierta altura y; después, parando el motor o disminuyendo su potencia motriz, cernirse en los aires, mediante corrientes de aire favorables. Barbot ha demostrado con esta máquina que puede hacer una travesía de ciento cin (Continúa en la página 422) Las tres fotografías son del “fotingo” de Barbot en que este aviador francés cruzó hace poco el Canal de la Mancha. Los detalles característicos de la máquina, tales como el diminuto motor de dos cilindros y al aire, se ven claramente en las vistas. — Abajo, a la izquierda, el helicóptero de Bothgat que hizo recientemente varias pruebas con éxito en Dayton, Ohio. — A la derecha, la escuadra alemana de aeroplanos metálicos, que se exhibió en la Expo sición de Leipzig. ——————> PácrNA 408