Cine-mundial (1923)

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CINE-MUNDIAL EVERSHARP WAHL PEN Hay puntillas Eversharp negras (siete grados de dureza), moradas de copiar, rozas yazules, que ajustan perfectamente en el lápiz Eversharp. II. N | N N $ à ESECHE usted su corta-plumas y olvide su habilidad para tajar madera: use un Ever sharp. El Eversharp, siempre aguzado sin aguzarse nunca, carga una amplia dotación de puntillas que meses. LA *DIVINIDAD" HISPANA... (Viene de la página 387) Mardones pertenecen ya al Metropolitan por derecho propio, pudiendo enorgullecerse de contar seis años de constantes triunfos. Fleta es una incógnita. Triunfó en Madrid, en Buenos Aires, en la Habana, en Méjico... ¿Le perseguirá aquí la misma lamentable suerte que a Lázaro? Ballester, contratado en el Metropolitan desde hace varios aiios, tiene ante sí análoga perspectiva. Si le dejan debutar con “Rigoletto” su victoria puede ser formidable, y ponerle en una sola noche en la cumbre. ¿Le dejarán? De Lucrezia Bori, hoy en el apogeo de su gloria, podría escribirse todo un libro en su honor. Su sólo nombre ya evoca un pasado ilustre... Fuera de la escena se llama Lucrecia Borja, y se envanece, con legítimo orgullo, de ser: descendiente de los Borjas valencianos, que dieron a Játiva un Papa; Alejandro VI, y a Roma un Cardenal, hijo de aquél, y hermano de otra Lucrezia a la que, por fortuna, en nada se parece la divina diva, como no fuese en la belleza. Una belleza peregrina que en la otra Lucrezia no disculpó sus crímenes. Lo único bueno de la tal Lucrezia se redujo a la aparentemente generosa protección que brindara a las Letras, a las Ciencias y a las Artes. Donizetti la puso en solfa, y dió con ello motivo a los famosos versos de “El nudo gordiano”, de Don Euge nio Sellés: —Lucrecia fué angelical: amó a su padre, a su hermano... —Cantada, y en italiano, gana mucho la moral... Junio, 1923 < La Lucrezia del Metropolitan puede ahorrarse todas estas preocupaciones por los Borjas que se tradujeron al italiano como Borgias, con sólo recordar que otro Borja de su misma familia, nacido en Madrid, honró su nombre de Francisco de Borja al ponerlo al pie de muy inspiradas poesías, y, por si esto fuera poco, honró también su título de Príncipe de Esquilache, y fué un gran Virrey en el Perú... Muy cerca de doscientos mil dólares por año gana la diva española en Nueva York, siendo la artista que más óperas nuevas canta. Nuevas... y viejas, que parecen nuevas, porque nadie mejor que ella las cantó. Uno de sus últimos éxitos, el de “Cosi fan tutte”, la divina comedieta de Mozart, traspasó los mares, llegó a Europa, y en el próximo mes de agosto irá Lucrezia a cantar esa ópera exclusivamente a Zurich, en Suiza, y a Salzburgo, en Austria. Y en el otoño volveremos a admirarla en el Metropolitan, donde su contrato acaba de renovarse por tres años más. Miguel Fleta viene a Nueva York precedido de una enorme fama, y su debut ha de ser un extraordinario acontecimiento. Pero, repitámoslo: ¿gustará? El Metropolitan es un teatro de público incomprensible. Y claro es que al aludir al público no nos referimos a los multimillonarios más o menos auténticos que se abonan a la famosa herradura de brillantes, sin otro propósito que el de mostrar a las gentes inferiores el lujo de los desnudos de las señoras que les acompañan. Estos poderosos espectadores suelen llegar al teatro cuando comienza el segundo acto, para irse antes de que se acabe el ter cero. Su misión es puramente decorativa, y, El legítimo lleva el nombre grabado. THE WAHL COMPANY, Nueva York, E. U. de A. alcanza para escribir satisfecho durante muchos De venta en los mejores establecimientos de todas partes. Eso lo garantiza. cuando más, se limitan a aplaudir tibiamente a la diva o divo de moda, elogiando, al salir, la elegancia de la soprano predilecta o el buen tipo del tenor favorito. Y en su generoso. apasionamiento llegan hasta perdonarles que canten sin temor a interrumpir las tan interesantes conversaciones de palco a palco... El buen público del Metropolitan — latino en su mayoría — es el que pacientemente se apretuja en el pasillo circular del patio de lunetas. Ese público es el que aplaude o vitorea de buena fe a los artistas que le agradan, y el que discute a los ídolos impuestos por la Empresa. Ese público y el de los anfiteatros de las alturas son los únicos que saben juzgar lo que ven. ¡Pero es lo mismo! A Lázaro le aclamaban, y le dejaron irse de regreso a Europa. Fleta, para triunfar aquí rápidamente tie ne, sin embargo, un fácil recurso: que se deje raptar, y que los periódicos cuenten luego todo lo ocurrido, con pelos y señales... Le costará algún dinero la cosa, pero el éxito es seguro. Podría hacer también algo parecido a lo que hizo cierto maravilloso violinista cuando por vez primera se presentó ante el público. Su agente de prensa contó desde todos los periódicos la historia (inventada, por supuesto) del genial artista. Los padres de éste viajaban por el océano Pacífico un año antes de que el hijo naciera, cuando les sorprendió una horrible tempestad, que hizo naufragar el buque, péreciendo todos los que iban a bordo, menos una inconsolable esposa, salvada milagrosamente, en un bote, con el que ella pudo llegar hasta una pequeña isla desierta... Desierta, despoblada, sin un hombre... ¡Pero no desha > PÁcINA 412