Cine-mundial (1923)

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EPN e CINE-MUNDIAL Una mejora radical L delgado cilindro de metal de la pluma Wahl constituye una mejora radical porque la hace más durable, la equilibra mejor, aumenta su capacidad, y realza su belleza. Su excelente construcción hace imposible que se rezuma, sude WAHL PEN Compañera del y eche borrones. Siempre está lista para usarse. Puede obtenerse en estilos y puntos que satisfacen todas las necesidades y todos los gustos. Escoja usted una pluma Wahl que haga juego con su Eversharp La legitima lleva el nombre grabado. Eso la garantiza. THE WAHL COMPANY Nueva York E. U. A. EL SECRETO DE UN TRAJE... (Viene de la página 514) «estrecharon las nuestras, que estremeciéronse ante la caricia. Sus ojos, fulgurantes de luz, iluminaron los nuestros, que la miraban. Su boca, sangrienta clavellina, se entreabrió para mostrarnos la más deslumbradora sarta de perlas que pudiéramos contemplar nunca... Un pincelillo rojo asomó entre las perlas, y, por un instante, atrevióse ligero a humedecer la pulpa coralina de sus labios. Interrogamos a la fascinadora artista — «creadora del Teatro Español en Nueva York — y ella cuéntanos sus éxitos de tantas noches, que la llevaran tan lejos de nuestra escena, haciéndola recorrer de norte a sur y de este a oeste los Estados Unidos, unas veces como actriz, y otras como pianista, pero siempre triunfante. Sus temporadas en el Princess, en el National, en el Belmont, en el Longacre, en el Little, y en tantos otros prestigiosos teatros donde se presentara como estrella dramática española, no fueron menos brillantes que las hechas como actriz en inglés o como concertista de piano. Myrrha Alhambra — hija de artistas es artista en todo. ¿En el Cine también?... Va a respondernos, cuando nos fijamos en una pintoresca colección de fotografías, que destácanse de un álbum abierto sobre una mesita del saloncillo: las fotografías son todas ellas de un torero, de un torerillo de cara aniñada, que sonríe siempre... Su sonrisa nos hace poner una vez más los ojos en Myrrha Alhambra, que, sonriendo también, nos dice: —Es mi hermano... Se me parece mucho, ¿verdad? ¡Cualquiera creería que soy yo!... Lo creyeron tantos... SEPTIEMBRE, 1923 < Y cambiando de tono, con íntima tristeza, agregó, visiblemente emocionada: -—Murió el pobrecillo. ¡Le perdí para siempre! Se acabó el torero... Hubo un instante de silencio, que rompió la artista preguntándonos: —¿Quieren ustedes conocer el secreto de un traje de luces? Un traje de luces, verde esperanza y oro... Un traje de luces que nadie volverá a vestir. Y habló así la artista: —Estábamos en la frontera de Méjico (¿qué importa el lugar exacto?) y una empresa cinematográfica nos había contratado para impresionar una película cuyo protagonista había de ser un torero: el Torerito, como le bautizara el autor de la obra. En una finca andaluza, entre los toros, naciera y creciera el Torerito: un chicuelo hijo de un mayoral que, por ser viudo, no se ocupara del muchacho. Este vivía alegremente, en plena libertad, haciendo toda clase de diabluras. Toreaba a los becerros y a las vacas, y hasta se atrevía con los toros... Era un valiente. Su padre, al enterarse de las fechorías del chico, le riñe y le amenaza. Hasta que un día huye el muchacho, escondiéndose en un tren, y así llega a Sevilla, en un día de corrida... : —Interesante prólogo. —El muchacho logró meterse en la plaza, entre el gentío que se apifiaba a las puertas, y ya dentro se dispuso a realizar, en cuanto pudiese, lo que tantas noches llevara soñando... Sale un toro formidable, que siembra el pánico en derredor, y entonces, como una flecha, se arroja el Torerito al ruedo, pónese frente al bruto, y asombra al püblico con su amen — Como hizo Belmonte para darse a conocer. — Como hicieron tantos toreritos... Verán ustedes. Al domingo siguiente torea en Sevilla, ya contratado, y comienza una carrera triunfal. Recorre toda España y toda la América española donde aún se rinde culto a las corridas de toros, acompañado siem pre de su fiel banderillero Alegrías, que es pa-. ra él, más que un hermano, un padre... (Alegrías era Domingo Uriarte, el valiente matador, viaticado cuatro veces...) Alegrías vela por él en la plaza y fuera de la plaza, y no se explica cómo el muchacho no se vuelve loco por las hermosas mujeres que le asedian... —¡Como a todos! —El Torerito es amable con todo el mundo, pero jamás se enamoró. Entre las que le persiguen sobresale una inglesa, ya jamona y muy sentimental, a la que a duras penas puede contener Alegrías, dispuesto a sacrificarse por el Torerito, y a ofrecerse él como víctima a la insaciable sajona... Van a Méjico, y allí se encuentra el Torerito con un gran admirador: Fred King, simpático norteamericano, fuerte y jovial, entusiasta de las corridas de toros. El Torerito y King se hacen muy amigos, están a todas horas juntos, y llega un momento en que no saben estar el uno sin el otro. —Lo cual es muy verosímil, aunque muchos lo duden. : —No analicemos el porqué. La cuestión es que simpatizan. Fraternalmente. Un día, en una juerga, Fred salva a puñetazos la vida de su amigo, contra cinco o seis sinvergüenzas que querían explotarle. Y el Torerito guarda en lo más profundo del corazón esta impagable deuda de gratitud al buen > PÁGINA 546