Cine-mundial (1923)

rn se SEPTIEMBRE, 1923 <— CINE-MUNDIAL Paga Usted un Centenar de Sirvientes Eléctricos. GUMPDEMENTE haga girar el conmutador, y, como por ensalmo, sirvientes eléctricos comenzarán a trabajar para usted en toda la casa. En el campo, estos sirvientes prestan su insustituible ayuda en el hogar, en el granero, en la granja y en el sembrado. En su establecimiento comercial, sus mültiples manos facilitan y alivian sus labores y le economizan muchos gastos. Usted nunca sabrá la falta que le está haciendo la eletricidad hasta que comience a usarla. El Generador Eléctrico UNIVERSAL de 4 Kilovatios, le da una luz clara y sin oscilaciones y su potencia le permite usar todos los mültiples artefactos eléctricos que no deben faltar en ningün hogar ni en ningún establecimiento. A los dueños de cinematógrafos A instalación de un motor UNIVERSAL de 4 Kilovatios en su teatro le economizará gastos de alumbrado y fuerza eléctrica; tiempo, trabajo y empleados; mejorará su proyección y aumentará su clientela. Y para el empresario de circos, para el hotelero, para el propietario de restaurant, la planta UNIVERSAL de 4 Kilovatios es la solución ideal de los problemas de fuerza y alumbrado eléctricos. Para todos los que están interesados en conocer las muútlipes labobres a que puede dedicarse una planta UNIVERSAL de 4 Kilovatios, hemos preparado nuestro Boletín No. 30. Pídanoslo hoy mismo. UNIVERSAL MOTOR CO. Dept. C-M OSHKOSH, WIS. Generador Eléctrico E. U. A. de 4 Kw. PROYECTORES RECONSTRUIDOS DE SUPERIOR CALIDAD Ganga Colosal Máquina POWERS 6-A, impulsada por motor. 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Y ETTRELLAT TS ~ FANO TN que me han Confesiones intimas de Leoncio Fadrique Yáñez y Torremadura | Escritor, literato y entrevistador LISHA Schopenhauer dijo: “En substancia, las mujeres son y serán siempre esclavas de los convencionalismos y no tienen remedio posible”, : [ A esta declaración, yo puedo añadir mucho de mi | cosecha, : . A La mujer es necesaria a la sociedad y a los hombres corresponde complacerlas. Un hombre debe conocer a A las mujeres, aunque procurando siempre, con gran sigiq lo, disimular y esconder ese conocimiento. Es preciso que aparente no conocerlas del todo. Las mujeres son niñas grandes. Poseen entretenida charla y, a veces, ingenio. Pero en tratándose de razo"NN namientos sólidos y sentido común, nunca he conocido | o sabido de ninguna que los tuviese, o que razonara y | obrara juiciosamente durante veinticuatro horas conser | cutivas. Los caprichos del humor o las exigencias de la pasión tuercen sus mejores decisiones. El descuido de d su belleza, el aumento de su edad o la depreciación de sus simpatías encienden inmediatamente sus pasioncillas y echan por tierra todo sistema de ideas racionales. El hombre entendido bromea con ellas, .satisface sus menudos caprichos y las halaga, como haría con un bebé. Una mujer adora al hombre que le habla en serio y j He expresado los sentimientos que arriba quedan, a | fin de preparar a mis lectores a lo que va a seguir, que i es una aplicación práctica de mis filosofias. y Lisha es una estrella de estrellas. universalmente co| nocida y ensalzada. Sus amoríos no pueden ser enumerados según la ciencia matemática. Si amó a un hombre, amó a mil; pero sus amores han sido cortos, aunque expresivos. Quiere a un mortal durante algunos. días, lo sondea, lo vuelve al revés, se cansa de él y busca nueva diversión en otros corazones. |Pobre Lisha! Es tal la profundidad de su alma y de su mente, que no | encuentra un igual. : 3 Y, además, es cruel con sus víctimas. No es extraor| dinario desechar a un hombre, pero sí bárbaro y esen| cialmente femenino el pisotear un corazón que sangra. Lisha dirigió sus flechas contra mi. Sabiendo mi des4 4 1 "i j | A ' hl Y precio por el elemento femenino, eligió tácticas especiales y me dijo que no entendía cómo era posible que fascinara yo a nadie con mis. “efectismos”. E —Ud. es distinta, —dijela una tarde en el “Thé Dany sant” del Ritz. j A renglón seguido, se consideró con derecho para | . " . 1 E preguntarme si no podría venir a verme. Yo, genero| so, consenti, 4 Al cabo de las semanas, comenzó a enamorarse. Eso $ “era lo que yo quería, Y cuando estuve seguro de su afecto, empecé a desdeñarla, No mucho, al principio. Bastaba excusarme de una cita cualquiera, por teléfono, | minutos antes de la hora fijada, con pretextos que a le| guas sonaban hueco. Me vesti de un aire de aburrimien-. A to y de tedio en su presencia. Y, por fin, dejé de verY > Páoma 564 |