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CINE-MUNDIAL m
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TO santes como Xanen, la ciudad sagrada del Mas rruecos espafiol. Ninguna como ella presenta la característica especial de la raza, sin filtraciones extrafias en su arquitectura y en sus costumbres.
Hay otras muchas ciudades en el Imperio más ricas y populosas que ella: Tánger, Tetuán, Casablanca, Fez; pero todas presentan muestras del cambio operado en sus vidas por la influencia europea, y ninguna ha podido conservar su carácter propiamente moro, ya que junto a las construcciones del país se han ido elevando grandes casas a la occidental y han resultado dos ciudades distintas en una sola, y en alguna, como Tánger, de tal modo ha influído la civilización europea que ha absorbido casi por completo a là cindad y hoy la vemos poblada de teatros y cabarets y bazares y hasta los mismos moros se sienten ya europeos y hacen sus vidas.
Xanen, no. Es aún la ciudad netamente mora, con el mismo carácter íntimo y misterioso de cuando era la ciudad desconocida que nunca pisó planta de masarani. Construída en un socavón, entre altísimas montañas, á nada hace sospechar al viajero que tan próxima la tiene, cuando, de pronto, al escender el automóvil a la cum
Dra ciudades moras tan curiosas y tan intere
Vista parcial de Xanen, la vetusta ciudad sagrada del Mogreb
bre de una cuesta aparece la ciudad toda con su traza pintoresca. Encerrada en una extraña muralla formada por casas que pegadas unas con otras hacen un cerco que la abraza, hay que | penetrar en ella por arcos en herraduras que son las puertas que de trecho en trecho cortan el muro sin fin, en el que aparecen ventanucos estrechos y alargados que más parecen aspilleras de castillo medioeval que ventiladores de morada.
Sobre una suave colina se alzan sin orden ni concierto apretados racimos de casas que trenzan el laberinto de las empinadas y caprichosas callecillas. Casas blancas, resplandecientes y cegadoras a la luz del sol que violento arranca de su blancura , reflejos deslumbradores y forma en los claros absurdas sombras de prodigiosas tonalidades — morado, azulado, amarillo de topacio.
Y sobre las techumbres de teja mora, verdinosas por el mus
| St / 7 FEE go de la lluvia de los siglos que puso en ellas un manto esme
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