Cine-mundial (1923)

CINE-MUNDIAL LA HABANA Y STA Habana, maravilla de alegría y de luz, es en materia teatral la ciudad paradójica... En los largos meses de verano, cuando la ciudad “vive de noche” al amparo de la brisa que viene a calmar los ardores del día, el habanero que gusta como el que más de divertirse, o se dedica al “Martí”, donde se explota por todo el año la zarzuela, el sainete y la revista, o se somete a las contingencias teatrales de “Payret”, donde entre compañía y compañía de fuera se intercala invariablemente una temporada “social” de Regino, o se hunde definitivamente en las sombras del “cine”, que en honor a la verdad goza de todas las preferencias, ya que por lo menos en este espectáculo los empresarios de dos grandes teatros, el “Campoamor” y el “Capitolio”, han sabido instalar un servicio de ventiladores tal que suple con bastante ventaja a la brisa de la que a veces ¡ay! no hay ni sospechas. Pero apenas comienza a asomar con los primeros ciclones nuestro invierno de oro, se establece en la Habana un curioso pugilato teatral. A todo el mundo se le ocurre traer espectáculo... y asómbrense ustedes ¡el mismo espectáculo! : Y se arma un tiroteo de adjetivos como arma principal de defensa de tal magnitud que, la verdad, suspiramos por las placideces agosteñas. E Señala los primeros disparos, la proverbial aparición de “Don Juan”. Noviembre. ¡Todos los Santos!... ¡Día de Difuntos!... “aquí está Don Juan Tenorio para el que quiera algo de él”. Y con rara unanimidad, todos los teatros sin excepción, se dan a la tarea, pese a todas las prohibiciones del Alcalde Cuesta, de afear las calles con carteles multicolores que en letras de a metro dicen sobre poco más o menos: “Teatro tal. El más fresco, el mejor, el de moda, el favorito del público, el que cobra más barato, etc., etc." “Suntuosa representación de “DON JUAN TENORIO”, el grandioso drama fantástico-religioso del inmortal Zorrilla”, Y luego: “Montado con lujosísimo vestuario, regio atrezzo y des lumbrantes y nuevas decoraciones”. Y como afirmación final, y entre dos admiraciones, que no tienen nada que envidiar a las legendarias columnas de Hércules, viene la frase de rigor: “¡El Mejor!” Como esta frase parecen habérsela aprendido en “viernes” los señores empresarios, y todos ellos la usan con idéntica “rotundez”, el público no sabe en realidad a qué carta quedarse, y ante el temor de equivocarse de “Tenorio” y encontrarse con el peor cuando se busca el bueno, pues... opta por no ir! Y en los días 1 y 2 de Noviembre los teatros parecen cementerios y los cementerios teatros. Pero como en el Diccionario Teatral no existe la palabra “ENMIEND,A”, pues a pesar del fracaso del año anterior, los Empresarios han hecho este año lo que anteriormente relato y... lo volverán a hacer el año que viene, ¡pierdan ustedes cuidados! Este año, sobre todo, ha habido una verdadera tempestad de “Tenorios”. Ha sido milagroso que hayan escapado a la engañadora sugestión del “Don Juan”, tres teatros “Nacional”, “Actualidades” y el flamante “Teatro Cubano”. Porque hasta los teatros que se dedican al espectáculo cinematográfico todo el año, no han podido resistir la tentación... y hemos tenido “Tenorio” en el “Campoamor” y en el “Capitolio”. Bien es verdad que es preferible el “Tenorio” hablado a una deplorable película tenoriesca que anda por ahí, y en donde la candorosa novicia de las Calatravas sale con unos zapatos de tacón “Luis XV” 4 A la izquierda, de arriba a abajo: almuerzo dado por el cuerpo consular a los miembros del mismo. — Inauguración del campeonato nacional de base-ball. — Un aspecto de la revista militar conmemorativa de la independencia de Cuba. — Concurrentes que fueron a felicitar al Dr., Cartaya, mientras se le daba una serenata con motivo de su santo. — La compañía de Vaudeville que actúa en el Actualidades, momentos después de desembarcar. — Abajo: banquete dado por el Director del Diario de la Marina a los Presidentes de los Clubs Asturianos que contribuyeron al beneficio de la Asociación de la Prensa. S