Cine-mundial (1923)

Es lera con Pauline en brazos. tres o cuatro veces. Pero, a pesar de ue DICIEMBRE, 1023 < CINE-MUNDIAL GRATISSEs: GRATIS su 4 y su ¿Puede Ud. imaginarse algo más elegante, distinguido y t más útil que una de estas plumas fuente de llenadura auY nombre tomática con su nombre y apellido grabado en letras de oro? Az Esto es exactamente lo que le ofrecemos: una pluma fuente ideal en todos conceptos por su durabilidad, acabado, y elegancia en el diseño. Profesionales, hombres de negocios, oficinistas, etc., etc., usan estas plumas fuente a diario por su calidad superior, por los perfiles en la letra que se pueden obtener con ellas y particularmente por que no permiten que la tinta se salga. Las plumas fuente de hombre miden 6% pulgadas y las de damas 514. La palanca llenadora en ambas plumas es enchapada en oro. Las de damas tienen en vez del sujetador enchapado en oro una argollita también enchapada en oro. El precio de cada pluma es de $2.00 moneda americana, libre de portes. 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Eai | RD ella pesa poco, cuando llegamos al sépt'mo ascenso, le confieso que comencé a sudar y a sentir que se me doblaban las piernas, —A que, según nos dijo Ford, y según me PRN A A us he convencido yo subsecuentemente, para saber subir una escalera cinematográfica, se necesita muchísimo talento. —Eso sí que es una noticia para mí. —Fíjese Ud. en las escenas en que apare cen escaleras y actores o actrices que la: suban y verá que siempre son muy cortas. . —Ya me he fijado, pero lo atribuí al pu dor característico de las artistas que sin dud:| no querían que se les vieran las piernas... | —Nada de eso. Con los hombres ocurre lo propio. Es indispensable hacer la subid: con gracia; es necesario medir los pasos : fin de que salga natural la acción; es preciso saber doblar las rodillas sin enseñar la suela de los zapatos al espectador... y cuandc lleva uno en brazos a una sefiora y va subiendo por la décima vez los mismos peldaños. le aseguro que es muy difícil acordarse deif tantos requisitos. Un guiño tiene gracia na1 tural, pero subir una escalera es algo torpe f — para el que la sube y para el que ve | subir — y para que no resulte una ridiculez.| se requiere práctica y estudio. | —Entonces ¿las escaleras no son sus predilectas? —De ningún modo. —¿Qué predilecciones tiene? —Dos: los niños y los libros. —¿De qué clase? —Chiquillos de todas clases. Libros, de teatro, de cine y de:arte en general. Supongo | que sabrá Ud. que estoy suscrito a CINEMUNDIAL... (Paso, gratis, la información al Departamento de Circulación para los fines consiguientes y que se me abone en cuenta). —Y dígame Ud. ¿cuánto pesa? —Ciento ochenta libras. —¡ Haberlo dicho antes! —exclamé para | mí capote. —Ya sé entonces por qué tú te | pasas la vida sin desayunos. Es que no quie| res engordar más. Y me despedí, sarcástico, diciendo al sim| pático Tom: | —Que siga conservando su salud. GUILLERMO VALENCIA (Viene de la página 714) |. de saltimbanquis del piropo. Carece de in| ventiva para el arte exquisito de la vaciedad. | Y, como yo, es casado y es casero. Y, como | yo, mal de su grado, impelido por empujones | de turbamulta, ha dado chapuzones obscenos en nuestras marejadas políticas; y se ha puesto casaca de funcionario, y ha alzado voz y gesto en circos de parlamento. Y, como yo, abomina de los Licenciados y de los commis| voyageurs y de los globe-trotters y de los prestidigitadores. Y, como yo, ¡casi todo! Salvo una cosa: su orientación política. El es godo y un ferviente clerical. Es verdad que, a pesar suyo, y en fuerza del vuelo cerebral que lo arrastra, se le extravasan por las estrecheces del formaje dogmático conceptos | que no se compadecen con su clericalismo | gótico. Quizás no es su cerebro, sino su | corazón, quien ha fabricado la doctrina. Tal vez la fastuosidad de las dalmáticas, y el] humo odorable de los braseros del incienso, y el órgano — que también inciensa ritmos—, | y las mitras y los báculos de oro y los pecto| rales refulgentes... Y el ansia de salir de la | amarga tierra negra y de surcar empíreos | tendido en alas místicas... La aspiración sentimental hace a veces de forma cerebral. Es posible que el sentimiento del poeta haya arrastrado en él consigo al pensamiento del filósofo. : Con todo, jamás hablamos de eso. Yo pasé siempre por nuestras divergencias con.tacto respetuoso, como una mano junto a la portezuela de un santuario. No lastimé jamás > PÁGINA 748