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CINE-MUNDIAL
Las que verdaderamente disfru* O tan son las madres; éetas son más JO cortejadas que lo fueron en su viY da, se infantilizan patéticamente, N pierden la noción del tiempo y del A 0 número. Creen tener la edad de la NS e hija: es más, creen ser ella, y dicen: C
—ĦTYencemos un nuevo contrai’... Traba, amos con Gilbert... Hemos gustado mucho.
¡Felices ellas! 3
La vida de la estrella es un trabajo contínuo, una exhibición constante; un ininterrumpido batallar, D 2 para subir, para mantenerse, para => no decaer. Una pose perpetua, en casa, en el restaurant, en la calle, Q en el teatro, en bodas, divorcios, entierros; siempre mendigando unas líneas en los periódicos. Una constante mueca. S
Europa es el oasis, donde piensan encontrar la calma ansiada; pero co
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un ademán doliente, levantóse el tupido velo para secarse las lágrimas... y apareció el rostro que tantas veces nos ha conmovido en aquellas escenas en que el macho brutal la brutaliza. La memoria evocaba su trabajo soberbio, en “Husión”(cuando la carreta la «onduce a la guillotina y no tiene fuerza ni para levantar el pañuelo), lento, angustioso momento... y los fotógrafos pudieron tomar lo menos cien pies. Las fuerzas la abandonaron, se deslizó y cayó de rodillas, como en “Ilusión” (cuando le roban el hijo)... y los crueles chicos del manubrio aprovecharon el dolor de la indefensa mujer e impresionaron a su gusto. Se desmayó, (como cuando ve al verdugo en “Ilusión”) dando la cara valientemente... al aparato.
Levantáronla, sin estorbar el radio de acción de la cámara, sin tra
to tar de birlarle la escena... y ella
confusa y avergonzada, con ese moN vimiento encantador de sus bellas manos cubrióse la faz con el negro
mo el viejo continente se hizo para velo... como en el décimo rollo en que el artista de cine se vista, beba, “Tlusión”.
se case o divorcie en él, resulta que DS Deudos y amigos transidos de dovuelve desilusionada en busca del A ž O 0 O lor, mudos por la emoción, conduúnico sitio donde puede dormir: el \ Y cen la inerte figura al imponente
estudio.
“Lasciate Ogni Speranza”. Apenas entréis por la puerta del objetivo, la paz y el equilibrio huirán de vuestro espíritu y acabaréis por envidiar a los que mueren en el apogeo de la gloria, porque ellos no conocieron el desencanto. No supieron lo que es el “haber sido”.
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— Cuánto “extra” señor!
—¿Qué? ¿Hay película de Cecil en puerta?...
—No seas bruto; es algo más se
TOA —¿Cuánto pagan? —;¡ Materialista! es un entierro.. Ihoa o miles. EIES sia: WE). 15), UE)
ta-ta tata.... La música gime la marcha fúnebre de Chopin. Poco a poco avanza el cortejo.
¡Ahí vienen!... ¡Ya están ahí! La muchedumbre que momentos antes alegre y chirigotera bullía en derredor del templo, tórnase seria y silenciosa.
Empujaban, hacia atrás, como los cangrejos, para hacer sitio; alineábansez las cabezas se descubrían; una expectante compostura sucedió a las risas... y como si un electricista fuese dando vuelta a las llaves de un registro, iba cambiando la expresión de las caras, a cada diez pasos que avanzaba la caja. Los guiños y sonrisas apagábanse. Los rostros en el estado de transición tomaban la estúpida expresión correspondiente; avanzaba el féretro unos pasos más; la invisible mano daba vuelta a la llave: registraban expectación; otro avance, otro manejo a la llave, compunción; más pasos; otra vuelta; dolor. Vuelta a la llave del agua: llanto sale por el grifo; pasa por delante el cadáver. Varias llaves: desesperación, histerismo y así hasta el vómito.
Los diferentes actores bien en foco, trabajan; procurando que ningún rival les robe la escena. Unos rememoran lo estudiado, otros improvisan. Las cámaras buscan con su ojo único, ángulos originales, efectos de luz, personalidades, amigos. Indiferentes, enfocan ora éste, luego aquel... y todos los enfocados piensan: “¡qué chico más simpático es el operador; esta vez me cogió!...” o bien:
Enero, 1928
Rolls-Royce. Total: miles de pies de película
O Y para los Noticiarios. El público se conmueve, algunos / / O lloran.
—Es la novia, es Rómula... ¡Qué Sasal O O golpe cruel! ¿Quién sabe si lo soEN NE [ brevivirá? — murmuran quedo a la l i O) oreja del vecino. Las campanas sue
| E O nan, el cortejo avanza... © La modesta iglesia construída con ( ) QU el dinero del muerto, de Ben Turf O pin el bizco, de Jackie Coogan el Q Ua “chicuelo” y de otros católicos... y
“Ya me la pagarás, bandido” (si no le apunta).
Cada uno tiene circunscrito el radio de actuación, la intensidad y el carácter; ¡guay si se extralimita! Las miradas despreciativas del competidor lo aniquilan. Los conocidos se tapan los ojos con la diestra; los amigos aprietan el pañuelo o lo muerden; los íntimos se apoyan en el hombro de un amigo, que les sostiene para que no caigan y que está orgulloso de ser amigo de un íntimo; los intimísimos lloran a lágrima viva sin avergonzarse. Tan grande es su dolor que para ellos no existe público, ni lugar, ni nada... Sólo existe el fotógrafo.
Se abrió la muchedumbre dando paso a una enlutada que acababa de bajar de un automóvil. Apenas podía sostenerse con sus propias piernas; pronta a desvanecerse, la imagen del dolor personificada, el corazón se oprimía al verla, Cuando estuvo en foco, con
judíos, abre sus puertas de par en par para recibir por última vez a su hijo predilecto, el gran artista, > el caballero sin tacha. Así se expret san según la consigna los amigos de
veras. Los mismos que días antes le
g negaban talento, hombría, belleza y
le mentaban la familia.
El espectáculo resultó bastante lucido; excelente publicidad, para las últimas películas del héroe, para la agencia funeraria... y algunas “es
trellas” de algo empañado brillo.
Más tarde, otro meneo al parche,
con motivo del entierro... y “el muerto al hoyo y el vivo al bollo”.
Los fotógrafos han acabado su tarea; a escape al laboratorio, a batir el tiempo del competidor. Como almas que lleva el diablo ruedan los automóviles camino de Hollywood. Unas horas más tarde el aeroplano volará con los positivos a bordo, hacia los cuatro puntos cardinales. El mismo día en Boston, Chicago, Nueva York, etc., se divertirá el público y hará sus chistes y comentarios, al ver las teatrales muecas de los que allá, bajo el sold de California, creyeron que interpretaban una desgarradora escena.
x kx *
La estrella nace por un capricho del destino, o a merced de alguna influencia rara que la lleva de las sombras al deslumbramiento del lente; vive en un mundo fantástico para ella, en el que se pierden todas las proporciones y muere ya enterrada en vida por la indiferencia del público o ya en la plenitud de su popularidad, perseguida hasta el fin por las muecas teatrales de ese mundo singular que brilla o vegeta en torno del cinematógrafo...
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