Cine-mundial (1928)

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Para esos que el aire Ø ha maltratado El aire, el polvo y el sol agrietan y oscurecen el cutis expuesto a los cambios del tiempo... a menos que se le proteja. Primero, un poco de Crema Hinds; después, polvo en abundancia. Sencilla precaución que permite estar al aire libre todo el tiempo que”se quiera, en la certeza de que el cutis se conservará blanco y terso porque la Crema Hinds y el polvo lo protegen de manera eficaz y segura. Para aliviar las quemaduras de sol, para evitar que el cutis se oscurezca y como base para el polvo nada hay mejor que la CREMA de Miel y Almendras HINDS OCTUBRE, 1928 CINE-MUNDIAL | efecto precioso en los fruncidos y drapeados, y se combina con encaje en color crudo, en cuellos, puños y pecheros que a veces tienen todo el tamaño del delantero. En los terciopelos lisos se usan los colores negro, verde aceituna, tabaco, azul oscuro y púrpura. Los terciopelos estampados son exclusivamente de esta temporada y los hay de dibujos tan caprichosos y originales que parecen pintados a espátula por algún pintor impresionista. He visto un vestido de terciopelo estampado color oro viejo con grandes hojas y flores de loto que es una verdadera maravilla de elegancia. Desde luego que éste es un vestido de noche, como lo son generalmente los que ostentan los dibujos más originales y atrevidos, de figuras geométricas, modernistas o de grandes flores. Los terciopelos estampados para los vestidos de calle son de dibujos menudos, florecitas, lunares o rayas, que forman un delicado jaspeado de tonalidad más clara que la del fondo de la tela. El color morado o el color tabaco son los que gozan de mayor predilección y, al contrario. de los vestidos de raso grueso, los de terciopelo transparente admiten toda clase de fantasías en la hechura. Bianchini y Couduriers son los dos modistos que han lanzado estos terciopelos, siendo también el primero el creador del raso grueso, y ambos recomiendan los tonos suaves como los más elegantes de la estación. Los ensembles de paño y crepé de seda vuelven a surgir al refrescar la temperatura, pero como no sería lógico — ¿cuándo es lógico nada en cuestión de modas? — que los de primavera sirvieran para otoño, ha sido necesario hacer alguna innovación. Esta innovación va en el vestido. Consiste en las tablas irregulares, que comienzan llegando únicamente hasta la cintura en el lado derecho y van aumentando gradualmente de tamaño hasta llegar al hombro en el lado izquierdo. Se forma así una pequeña escalerita en el delantero que no deja de tener originalidad. Además se impone el cinturón, de una sola vuelta, abrochado con una hebilla, si el vestido es de seda gruesa; y de varias vueltas, en estilo oriental como una faja de odalisca, si el vestido es de seda muy fina o de georgette. Los abrigos son lisos, con bufanda en lugar de cuello y forrados de la misma tela del vestido. Los sombreros pequeños no sólo son este año de fieltro sino de terciopelo, tanto tiempo olvidado para esta parte del atavío femenino. No varían mucho en su forma de los constantemente usados desde hace unos cuantos años, aunque ahora se observa la tendencia a recoger el ala por delante, dejando bien al descubierto los ojos. Imperan las bufandas, hasta en los abrigos de piel de que ya empiezan a verse algunos modelos en los escaparates. Hay que confesar que son muy prácticas, a más de muy elegantes, para rodearlas al cuello cuando se siente mucho el frío o para llevarlas sueltas sobre los hombros. Los abrigos de entretiempo son de forma acampanada con graciosos vuelos a los lados. Cada día es más indispensable la armonía entre el bolso y los zapatos, que han de estar, desde luego, de acuerdo con el vestido. Con cada vestido se necesita ahora un par de zapatos distintos y un bolso que haga juego con los últimos. Dentro del bolso no va ya un diminuto pañuelo que para nada servía como no fuese para adorno. En la actualidad se lleva un enorme pañuelo de chiffon de colores que ha destronado por completo a todos los pañuelos usados hasta ahora, aunque yo por mi parte confieso que me agrada más un pequeño pañuelito de hilo blanco en una mano femenina. Pero la Moda manda y yo soy bien poca cosa para que puedan tomarse en cuenta mis gustos. No terminaré estas notas sin contestar a una lectora amable que me pregunta cuál debe ser el equipo de su hija que quiere ve rebelde si se usa CREMA HINDS ¿Qué busca usted al afeitarse: comodidad o rapidez? Use usted la Crema Hinds y obtendrá ambas. Humedézcase la barba con Crema Hinds y enjabónese. Esto torna dócil la barba más rebelde y la navaja la corta fácil y rápidamente, sin irritar el cutis. Al terminar, un poco de Crema Hinds devol verá a la tez su flexibilidad. A ésto se debe el constante aumento en el uso de la Crema Hinds por los hombres que buscan comodidad y satisfacción al afeitarse. Para que la tez se vea firme, tersa y juvenil al acabar de afeitarse póngase siempre un poco de REMA de Miel y Almendras 1INDS PÁGINA 877