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Ror
ean ano Ricardo Soto
ARA cuando estas líneas se publiquen, nuestro magnifico Teatro Nacional debe haberse inaugurado, según declaraciones del Ing. Eduardo Hay, Subsecretario de Comunicaciones y Obras Públicas y organizador
de una cooperativa de capitalistas para consumar la obra monumental, que ha consumido dieciocho millones de pesos, desde el año de 1904 y que será el primer coliseo
de la América Latina.
Hace pocos meses informamos que, por iniciativa del Ing. Hay, se formó un grupo deseoso de reanudar, con
tinuándolo hasta el fin, la obra suspendida.
Se emplearon los sistemas más modernos de trabajo para obtener rapidez y el máximo rendimiento de los obreros. Las obras adelantaron a la vista de todos; pero no hasta el grado de poderse suponer una inauguración tan
próxima como la anunciada por el Ing. Hay.
Si se realiza, será uno de los mayores acontecimientos en la historia teatral de Méjico, y por eso le damos
preferencia. De lo ya realizado, vimos poco.
Ante todo, la presentación del actor español Jaime Borrás, unido a la compañía de Julio Taboada y Leopoldo Ortín, y que obtuvo un éxito inmediato.
Su actuación originó además, que se representaran algunos dramas que, aunque conocidos, son preferibles con mucho a los estrenos usuales; porque, ha
biendo tantas obras maestras escritas que no alcanza la vida del hombre para conocerlas y apareciendo aún tantas otras dignas de atención, estos mercaderes del teatro a cuya disposición estamos, tan sólo han de servirnos esas contínuas repeticiones del astrakán, los desfiles femeninos y, de vez en cuando, anunciado a toda pompa, el bello espectáculo de un individuo que se atraviesa la carne con clavos y agujas, como ese llamado Fakir Kar Lay, que tanto interesó al público del Politeama. .
Así las cosas, hemos de condenar al silencio a todos los estrenos del mes, y como los organizadores de nuestros diversos coliseos se hacen llamar directores artísticos, urge establecer una nueva clase, para no registrar con los de ellos nombres como el de Antonieta Rivas Mercado, alma de la formación de la nueva Orquesta Sinfónica Mejicana, en la que colaboran los más conocidos elementos
NOVIEMBRE, 1928
CINE-MUNDIAL
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musicales de aquí, y que se propone dar un concierto mensual, durante medio año, y celebrar un “concurso en que los artistas jóvenes de nuestro país podrán disputarse premios en la ejecución de tres distintas obras de los tres últimos conciertos, acompañados por la orquesta.” e e
Pasemos ahora a informar sobre lo que se ha visto en los campos de foot-ball, y que se redujo a una serie de juegos por la copa Covadonga; quedando finalistas los equipos “España” y “Aurrerá”, que empataron a dos tantos el partido decisivo. Hubo a continuación uno de esos zafarranchos que hemos descrito con frecuencia y que demostró una vez más lo saludable del deporte, como se entiende en esos campos, en la persona de un equipero que se lastimó seriamente la pierna, en el ojo negro de otro, acariciado por un contrario, y en los estacazos que se cambiaron las po
Las vencedoras en el Concurso de Trajes, luciendo el auténtico atavio de “chinas poblanas”.
tzquierda, momento de entrega al Museo Nacional de la histórica bandera del sexto batallón.
rras; única actividad que practican éstas, sin duda para hacerse también acreedoras al amb'cionado calificativo de deportistas.
Regresaron ya los jugadores representantes de Méjico en la Olimpiada y que hicieron a continuación una jira por Europa; tomando parte en trece encuentros; de los que ganaron dos, perdiendo ocho y empatando tres; anotaron veinte veces y les metieron la pelota en cuarenta y cuatro Ocasiones; pero siempre mereciendo elogios por su ánimo y caballerosidad, que es de esperarse continúen usando aquí, olvidadas algunas malas costumbres que conocíamos en algunos de ellos.
La Federación los agasajó, y se anuncia el juego en que reaparecerán para pocos días después de cuando escribo.
SE
Ahora, van a saber ustedes quiénes nos han visitado.
El doctor Michael Angelo De Vitis, cate
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