Cine-mundial (1929)

Record Details:

Something wrong or inaccurate about this page? Let us Know!

Thanks for helping us continually improve the quality of the Lantern search engine for all of our users! We have millions of scanned pages, so user reports are incredibly helpful for us to identify places where we can improve and update the metadata.

Please describe the issue below, and click "Submit" to send your comments to our team! If you'd prefer, you can also send us an email to mhdl@commarts.wisc.edu with your comments.




We use Optical Character Recognition (OCR) during our scanning and processing workflow to make the content of each page searchable. You can view the automatically generated text below as well as copy and paste individual pieces of text to quote in your own work.

Text recognition is never 100% accurate. Many parts of the scanned page may not be reflected in the OCR text output, including: images, page layout, certain fonts or handwriting.

LA ATRACCION DELE ESCAPARATE Por Eduardo A. Quiñones . E han detenido ustedes, alguna vez, ante el escaparate de un comercio? E Sí, seguramente sí. Todos hemos tenido un momento, o varios, en que el escaparate comercial ejerció sobre nosotros verdadera e imperiosa atracción. Y en muchos de esos momentos no influía para nada en nuestro ánimo la necesidad de adquirir algún objeto. Hemos ido al escaparate, o vidriera, empujados por una misteriosa fuerza. Nosotros mismos, si se nos preguntara por qué estábamos allí, no sabríamos qué contestar. En ocasiones, la vidriera parece que tiene brazos, que nos retienen fuertemente. Y más de una vez, hemos entrado al comercio, después del saludo. al escaparate, para adquirir alguna cosilla de la que en absoluto teníamos necesidad y que probablemente nunca ha de servirnos para nada. Es la fuerza de la vidriera, es el poder de la presentación agradable de las mercancías, es el mágico influjo del reclamo bien hecho. Antiguamente los escaparates madrileños tenían una psicología. En ellos se retrataba perfectamente el espíritu del comerciante. Por entre aquellas mercancías diseminadas a través de los cristales, parecía asomarse el modo de ser del dueño del establecimiento. Para el observador, era el escaparate un buen punto de mira si deseaba conocer las características del comercio y la psicología del comerciante. Había en ello también un poco del alma nacional. Hoy no. Hoy el escaparate es una máscara del comercio. Todos, o casi todos, presentan artísticas distribuciones. En Madrid los hay que son, por su exquisito gusto, verdaderamente admirables. El alma del comerciante se esconde entre las combinaciones de las mercancías expuestas a la pública euriosidad. Y es que ya no son los mismos comerciantes quienes se encargan del arreglo de las vidrieras. Hay profesionales y hay empresas que lo hacen. Y las escaparates se nos ofrecen atractivos, denotadores de fino gusto. Se ha llevado a ellos un poco de arte. He aquí una de las mayores conquistas realizadas por el arte. Nunca éste y el comercio habían estado muy bien maridados que digamos. El artista era considerado como un ser inútil por el comerciante, mientras que éste, a su vez, era para el artista la más vulgar encarnación de la prosa. Se repelían, o poco menos. Nuevos tiempos trajeron distintos estados de cosas. El comercio pide embellecimiento al arte, y éste no desdeña la colaboración con aquel, de la que ambos sacan provecho. Tal colaboración acarreó un sensible embellecimiento de las ciudades. Aquellos escaparates recogidos, sórdidos, mal combinados, daban a las calles un tremendo aspecto de vulgaridad y de tristeza. Hoy, por el contrario, constituyen las vidrieras, algunos de los más vistosos adornos de las mismas calles. Son como una recia pincelada de color en el cuadro callejero de la vida ciudadana. Claro está que en Madrid, casi exclusivamente en los barrios bajos, pueden verse aún vidrieras como las de antaño. Es la rutina que ha prendido allí y no se aviene a dejar el paso libre a las corrientes modernas. Es el refugio de eso que han dado en llamar típico. Y los maniquís, feos y rígidos, de cartón o madera, que lucen bigotes de manubrio de bicicleta, parecen acobardarse en aquellos pobres comercios, sin alma y sin vida. Yo, contemplando los tristes muñecos, he pensado muchas veces que se escondieron en seme Mayo, 1929 LECHE DE MAGNESIA SQUIBB Médicos y dentistas reconocen que la Leche de Magnesia Squibb es un antiácido eficaz y de absoluta confianza. Una cucharadita a la hora de acostarse eliminará la acidez estomacal y purifi CINE-MUNDIAL Usted Cepilla Sus Dientes — Y, Sin Embargo, Se Dañan Cepillar solamente los dientes no bastará para protegerlos en La Línea del Peligro—donde la encía toca el diente. En las pequeñas cavidades que allí existen y a donde el cepillo no puede llegar se acumulan partículas de alimentos que al fermentarse producen ácidos. Si esos ácidos no se neutralizan, causarán caries en los dientes o irritaciones peligrosas en las encías que pueden degenerar en piorrea. Para eliminar dichos ácidos deberá usted usar la Crema Dental Squibb, que contiene más de 50% de Leche de Magnesia Squibb, reconocida hace años como un antiácido efectivo y seguro. Ayuda a conservar los dientes y encías en condiciones saludables. La Crema Dental Squibb no contiene jabón ni substancias astringentes oraspantesque pudieran afectar los tejidos delicados d2 la boca. Su sabor es muy agradable. E. R. SQUIBB « SONS, NUEVA YORK Químicos Manufactureros Establecidos en el Año 1858 cará el aliento. Contiene Más de 50% de Leche de Magnesia Squibb PÁGINA 507